días después

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Pasaron varios meses Mario y Úrsula cada día que pasaban ambos estaban más nerviosos por aquel evento tan especial.

El bebé estaba mas mayor, había crecido, pero no mucho.

Quedaba cerca de veintiocho horas para que se diesen el si quiero.

Mario y Úrsula estaban en el sofá viendo una película.

-¿Tienes ganas de que nos casemos? preguntó Mario.

-Si ¿y tu? preguntó Úrsula.

-También dijo Mario mientras se besaban.

El bebé comenzó a llorar, Úrsula se levantó del sofá donde estaba abrazandose y besandose con Mario y se dirigió hasta la habitación del bebé para ver que le ocurria.

Cogió al bebé en brazos y lo llevó hasta el baño para cambiarle el pañal. El bebé se fue calmando y se lo llevó al salón junto a Mario y Úrsula.

Allí siguieron viendo la película que estaban echando en la televisión. Cuando la película acabó era la hora de preparar la cena, Mario dirigió a la cocina para empezar a preparar algo de cena mientras que Úrsula se dirigía a darle el pecho al bebé.

Úrsula cuando acabó se dirigió hasta la habitación del bebé para acostarlo y cuando lo acostó se dirigió hasta la cocina para ver como iba la cena.

-¿Como vas cielo? preguntó Úrsula.

-Bien, la cena esta casi lista dijo Mario.

-¿Que hay de cenar? dijo Úrsula.

-Puré de verduras con pescado dijo Mario.

-Muy rico dijo Úrsula mientras se dirigía a poner la mesa.

Mario empezó a servir la cena y colocarla en la mesa.

Se sentaron en la mesa y comenzaron a comer mientras conversaban.

-¿Donde dormiras mañana? preguntó Úrsula.

-Aqui en casa dijo Mario.

-No, no puedes recuerda que la noche antes de la boda no puedes dormir con la novia dijo Úrsula.

-Es verdad, bueno iré a hacerle una visita a mis padres dijo Mario.

-Me parece bien, dijo Úrsula mientras reía.

Terminaron de cenar y se pusieron a limpiar los platos sucios y la cocina.

Aún estaban cansados por las despedida de solteros que habían tenido.

Úrsula se fue a cenar con sus amigas entre ellas estaba Ana y después se marcharon a una discoteca bastante famosa.

En cambio Mario y sus amigos se fueron a cenar también y después se fueron a casa de un amigo con un par de chicas aunque Mario aquella noche no había echo nada.

Mario y Úrsula se dirigieron a la habitación del bebé para darle un beso de buenas noches y a continuación se dirigieron a su habitación para descansar.

-Buenas noches reia dijo Mario mientras le daba un beso.

-Buenas noches mi vida dijo Úrsula mientras se abrazaba a él.

Úrsula y Mario durmieron toda la noche abrazados.

Eran las cinco menos cuarto, el bebé comenzó a llorar. Úrsula se levantó de la cama y se dirigió hasta la habitación del bebé. Lo cogió en brazos y le dió un beso en la mejilla, lo agarró y se lo llevó hasta el baño para cambiarle el pañal.

Cuando acabó Mario seguía llorando. Úrsula lo cogía en brazos.

-No llores cielo decía Úrsula mientras le daba besos. Le empezó a cantar canciones para que le entrase el sueño y se pudiese dormir.

Mario comenzaba a cerrar los ojos y Úrsula lo puso en su cuna. Úrsula volvió a su cama junto a Mario donde vió que él estaba durmiendo.

La noche fue pasando pero Úrsula se desveló en aquel momento en el que el bebé comenzó a llorar y no se pudo dormir más.

Úrsula se levantó de la cama, eran cerca de las ocho, y decidió limpiar la casa.

Empezó por los baños continuó por el salón y acabó por la cocina y los dormitorios.

Eran cerca de las diez Mario se levantó de la cama y se dirigió a buscar a Úrsula.

-Hola princesa dijo Mario mientras se acercaba a ella a besarla.

-Buenos días guapo dijo Úrsula.

-¿Que haces despierta? preguntó Mario mientras observaba que todo estaba limpio.

-Me desvelé y me levanté de la cama dijo Úrsula.

-Voy a hacer el desayuno, ¿Te apetecen tostadas? preguntó Mario.

-Vale dijo Úrsula mientras acababa de fregar el suelo.

Cuando acabó se dirigió hasta la cocina donde vió como Mario acababa de preparar el desayuno.

-Llegas a tiempo cariño, el desayuno ya esta dijo Mario.

Úrsula se sentó mientras miraba el desayuno que Mario le había preparado, un cafe con leche y un par de tostadas de mantequilla con mermelada de fresa.

-Mañana a estas horas me estaré preparando para ir a la iglesia dijo Úrsula mientras tomaba un sorbo de aquel café con leche que parecía que estaba algo caliente.

-No me dejes esperando mucho tiempo en el altar dijo Mario mientras reía.

-Tranquilo dijo Úrsula mientras reía también.

Ambos conversaban mientras acababan de desayunar.

Cuando acabaron metieron los platos sucios en el lavavajillas y Úrsula se dirigió hasta la habitación del bebé.

Cuando Úrsula entraba por la puerta de la habitación del bebé, comenzó a llorar y Úrsula se dirigió hasta su cuna para cogerlo en brazos.

Se dirigió al baño junto al bebé para cambiarle el pañal y darle el pecho.

Salió del baño y Mario se tranquilozó. Úrsula lo llevó al salón y lo sentó en el sofá mientras le puso los dibujos animados en la televisión.

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