Sábado 22 de septiembre de 2007, 21:42
Chicken Tikka Masala
Media hora después Sara me pasaba a recoger por Norma Cómics, mi lugar de peregrinación desde que tengo memoria, donde aproveché para mirarme algunos cómics mientras esperaba. Desde allí bajamos hacia el Born, donde estaba el paki al que había decidido llevarme a comer y del que hablaba maravillas.
De camino le pregunté por los estudios, y me explicó que recién había empezado el último curso de Bellas Artes y que ya se estaba empezando a plantear cómo ganarse la vida cuando terminara, a pesar de lo mal que estaba todo. No es que la conozca demasiado, pero no tengo ninguna duda de que saldrá adelante, de que conseguirá todo lo que se proponga. Y así se lo dije, y ella me recompensó con una sonrisa y un abrazo. A pesar de lo que habíamos vivido, de la muerte de Rafa, de la marcha de Dani, y del poco tiempo que ha pasado desde entonces, me agradó comprobar que seguía siendo la misma chica que habíamos conocido antes del verano.
Ya en el restaurante, sumergidos en el fuerte aroma a especias que parecía emanar incluso de paredes y muebles, la conversación dio un giro de ciento ochenta grados. Sara me dijo, mientras esperábamos el primer plato, que seguía mis progresos a través de la prensa e internet, y que cada mañana se pasaba por el kiosco que tenía debajo de casa para ojear los periódicos en busca de nuevas noticias sobre Post-it. Al escuchar aquello me sentí agradecido pero, a la vez, un poco incómodo; hacía mucho que nadie se preocupaba por mí aparte de mi madre.
Tratando de cambiar de tema, tomé la palabra y la puse al día sobre el caso del secuestrador, Láncara 10-7. Primero le resumí lo que sabía y le confesé que la policía había llegado a un callejón sin salida, lo cual no le sentó demasiado bien. Pero luego, cuando le hablé de la caja de seguridad que habíamos encontrado Carmen y yo hacía unos días, vi cómo se le iluminaba la cara. Juan Carlos me había asegurado aquella misma mañana que este lunes la abrían, que tenían la esperanza de encontrar en su interior alguna pista que les guiara hasta ese cabronazo. No es mucho a lo que agarrarse, lo sé, pero por el momento es mejor que nada.
Cuando llegaron las bandejas del exquisito pollo Tikka Masala, que jamás había probado y que no olvidaré mientras viva, nos relajamos un poco y pasamos a temas más cotidianos: hablamos de cine, de cómics, de sus insufribles compañeras de piso, de artes marciales y de mis viajes por media Europa cuando aún competía… Mientras la escuchaba hablar de un novio extravagante que tuvo hace unos años, me sorprendí pensando en mis últimas relaciones. Aún no sé cómo han pasado ya más de tres años desde que lo dejé con Lucía, pero tengo que decir que, hasta ahora, tampoco ha sido algo que me haya quitado el sueño. Supongo que he estado bien solo, a mi rollo.
Luego, al llegar a los postres, estuve a punto de contarle por qué estaba en Barcelona aquella mañana, lo de la captura de Hollidays, pero me lo pensé mejor. Sería más divertido si lo descubría por la portada de algún periódico.
Después de comer dimos un paseo hasta la estación de Arco de Triunfo y allí nos despedimos.
Una hora después entraba por la puerta de casa, y fui directo a tumbarme en el sofá. Hubiera querido escribir todo lo que había sucedido en ese momento, para no olvidar ningún detalle, pero eran demasiadas cosas y necesitaba descansar un poco; si quería estar fresco para sobrevivir a otra noche en la ciudad, y las de los sábados eran especialmente duras. Puse la tele, bajé el volumen casi al mínimo y, antes de fijarme en lo que estaban dando, ya había caído rendido en brazos de Morfeo.
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Identidades Secretas
Science FictionEsta novela es continuación de HOY ME HA PASADO ALGO MUY BESTIA (novela finalista de los V Premios Ictineu a Mejor Novela Fantástica, que podéis encontrar en mi perfil) y ha sido recientemente publicada por NORMA Editorial. Es recomendable no leerla...