CAPITULO 18: AMOR CORRESPONDIDO

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Muchas cosas cambiaron después de aquel campamento. No solo en los adolescentes.

Al regresar a casa, noté que mamá estaba diferente. La escuchaba cantar y la veía sonreír con frecuencia.

Ignoraba completamente los motivos que la hacían tan feliz, pero me gustaba verla así.

En la casa se respiraba un aire completamente distinto. La abuela había mejorado mucho gracias a los nuevos remedios que el tío Natan le había recetado.

Los arreglos a la casa continuaron y Natan había resultado ser muy habilidoso con la carpintería y albañilería.

Los años en áfrica le habían hecho una persona práctica e ingeniosa.

Él y mamá pasaban largas horas charlando y compartiendo historias de aquellos años de separación. Ella hablaba de nuestro padre y sus problemas de carácter. Y de las experiencias del abuelo en la iglesia con la visitación y Natan relataba sus operaciones, vacunaciones y tantos tratamientos que había improvisado con algunos pocos antibióticos.

Una noche mientras ellos charlaban en el patio, Luz entró a mi pieza en silencio y se sentó en la cama de Natan.

_ ¿Pasa algo?_ pregunté al verla

_ Creo que mamá está enamorada

Reí ante la ocurrencia de mi hermana.

_ ¿Estás loca?!

_ Es en serio_ me respondió_ ¿a caso no te has dado cuenta? Cada día pasan más tiempo juntos, y ella está sonriente y feliz, se arregla... No hace falta ser demasiado inteligente para darse cuenta.

_ Pero... no puede ser

_ ¿Por qué no? Mamá está sola y Natan es un buen hombre

_ Pero... no sabemos cuánto tiempo va a quedarse... y él quiere seguir soltero... creo...

_ Ignacio, no seas ingenuo, el no va a irse... ya consiguió trabajo, está contento con tener una familia... a mi me gustaría mucho que él se casara con mamá... me gusta verla así de feliz, creo que nunca la vi sonreír así con papá...

Y era verdad. Luz tenía razón. Mi padre solo había amargado sus días, en cambio Natan, la trataba como un caballero y ella se veía diferente a su lado.

Sin embargo, no podía hacerme a la idea de que mi madre se casara nuevamente.

Quizás temía que sufriera si Natan no correspondía a su amor, o si el decidía regresar a áfrica.

Luz en cambio, estaba resuelta a que ellos se casaran.

Yo no comprendía que la figura de un padre, estuvo siempre ausente para ella, y buscaba en Natan ese lazo que nunca tuvo.

Comencé a prestar más atención a la relación de mi tío y mi mamá y no necesité demasiado tiempo para confirmar que las sospechas de Luz eran verdad. Sus miradas, sus risas, la forma en que se trataban... había algo más que una relación de cuñados.

Sabía que algo había pasado el fin de semana del campamento, algo que había cambiado la forma en que se trataban y hablaban. Pero no me atrevía a preguntarle a mi mamá y menos a Natan.

Esa misma semana, decidí visitar a Victoria, para saber cómo estaba de su pie.

En mi mente, sabía que estaba en cuenta regresiva. Faltaban diez días para la entrega de diplomas y fiesta de egresados y la mudanza sería el día siguiente.

_ Hola Ignacio_ me dijo Flavia que salió a atender la puerta_ ¿vienes a ver a Victoria?

_ Si, quería saber cómo estaba.

_ Está mucho mejor. Pasa...

Cuando entré en el comedor pude notar la gran cantidad de cajas embaladas para la mudanza.

_ Ella salió con Roberto a buscar más cajas y de paso irían a la modista, creo que va a tener que usar otros zapatos porque después del esguince no podrá caminar con los tacos altos.

_ Quizás deba regresar en otro momento.

_ Mañana va a ir al colegio

_ Entonces la saludaré allí. No te molesto así puedes seguir preparando las cosas para la mudanza.

_ Si, aun quedan muchas cosas por guardar.

Me despedí con tristeza. Iba a extrañar mucho a aquella familia. Toda la iglesia los extrañaría.

La tarde siguiente, apenas si cruce un saludo con Victoria, todo sexto estaba revolucionado porque solo faltaba una semana para la fiesta. Los ensayos de la entrega de diplomas y los adornos para la decoración llevaban mucho tiempo.

En mi interior seguía la misma lucha, tratar de alejarme y no pensar en ella. Pero allí estaban mis sentimientos y no los podía evitar.

_ ¿Qué vas a usar para la fiesta de egresados de Victoria?_ me preguntó mi mamá

_ No lo sé_ respondí_ una camisa y un jean

_ Ignacio, es una ceremonia importante, deberías usar un traje_ me dijo mientras se sentaba en una silla a mi lado

_ No tengo dinero como para comprar un traje, estoy ahorrando y no puedo hacer ese gasto ahora.

_ Quizás el traje que tu padre usó en nuestra boda pueda quedarte.

Sentí que era el momento justo para preguntarle sobre Natan, y sus sentimientos hacia él.

_ Mamá... ¿ya has olvidado a papá?

_ ¿Por qué me preguntas eso?

_ ¿Has pensado en volver a casarte?

Se quedó en silencio y pensativa.

_ Mamá, me di cuenta que Natan te cae muy bien...

_ Debí suponer que lo notarías... a veces me olvido que ya no eres un niño... iba a decírtelo...

_ ¿Lo quieres? ¿Estás enamorada de él?

_ Es difícil de explicar... pero siendo sincera... sí, creo que sí. Me siento cuidada y acompañada a su lado. Él me escucha y se preocupa por lo que pienso y siento...

_ Cosas que papá no hacía...

_ Yo ame a tu padre, y mientras él vivió siempre le fui fiel, aun cuando nunca tuvimos un matrimonio feliz_ comentó mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

_ Lo sé mamá, y me gusta verte feliz, no quisiera que sufrieras por nada más_ respondí tomando sus manos que estaban sobre la mesa_ ¿el tío te ha dicho algo? ¿Sabes si comparte estos sentimientos?

Asintió con la cabeza_ Hemos hablado del tema, pero tenía miedo de cómo pudieran reaccionar Luz y vos. Por eso le pedí que me diera tiempo, no creo que Luz acepte una decisión como esta.

_ Mamá, ella fue la primera en darse cuenta, y está de acuerdo... yo me resistía a pensar en la idea de que te cases... pero si eso te hace feliz...

Su cara se iluminó en una sonrisa y levantándose de su silla me dio un fuerte abrazo mientras me decía:

_ Me da tanta alegría escucharte decir eso.

_ Ya es tiempo de que seas feliz.

Me alegré por ella. Al menos alguien en esta familia resolvería sus temas del corazón.

Mamá habló con Natan y aquella misma noche se oficializó la relación.

Luz estaba muy contenta. La abuela también. Y yo compartía la dicha de mi madre, que después de años de sufrimiento comenzaba a ser feliz.

Rápidamente se hablaba de la boda, y se proyectaba para cerca de navidad.  

Mi lugar en el mundo _ (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora