CAPITULO 13: DOLOR Y DESEPCIÓN

238 60 6
                                    

Una mañana mientras realizaba unas compras para mi madre, mientras esperaba en la caja del supermercado para pagar me encontré con Flavia, la mamá de Victoria.

_ Hola Ignacio

_ Hola, ¿Cómo va todo?_ pregunté

_ Muy bien, gracias a Dios todo comienza a acomodarse en nuestras vidas..._ comentó

_ Qué bueno, Dios siempre es Fiel...

_ Si!, después de un tiempo de pruebas, Dios comienza a darnos la salida...

La miré sin comprender de qué estaba hablando.

Entonces ella me explicó:

_ Roberto se fue a Córdoba temprano, un abogado tomó la causa de su despido y el juicio salió favorable, así que deberán pagarle una indemnización por su despido. Con ese dinero pensamos comprar un terreno, para poder edificar una casa y no tener que pagar más alquiler... Y Dios fue aun más bueno cuando ayer le llamaron de una empresa para una entrevista de trabajo y mañana debe presentarse!

Escuchaba la emoción con la que Flavia me relataba estos sucesos pero no podía compartir su alegría, sabía que el desenlace de todo sería la partida de toda la familia, y eso incluía a esta muchachita de la que estaba enamorado.

_ Victoria debe estar muy feliz_ comenté

_ Si, quiso acompañar a Roberto a Córdoba, de paso aprovechar para visitar a sus antiguos compañeros y buscar unos papeles para la facultad, está entusiasmada con seguir estudiando...

Mi corazón se estrujaba de dolor mientras escuchaba aquellas palabras.

_ Para nuestra familia fue una bendición venir a vivir a este lugar, hemos crecido y fortalecido nuestros vínculos familiares, Victoria ha cambiado mucho desde que llegamos, la he visto madurar y crecer en las cosas espirituales, igual a Eze y Nico, hoy podemos verles orar y leer sus Biblias y eso es gracias a vos, has sido un gran líder.

_ No es todo merito mío... son buenos chicos... y tienen buenos padres.

_ Victoria te admira mucho, nos ha contado sobre la perdida de tu papá y la casa, debió ser muy duro para vos siendo tan joven...

_ Pero Dios fue fiel y nunca nos dejó faltar nada...

_ Igual con nosotros... bueno te dejo seguir con tus cosas...

Y nos despedimos.

Mi ánimo cambió después de aquella charla. La partida de Victoria estaba cada vez más cercana. Y a pesar de mis esfuerzos por no enamorarme, mi corazón estaba completamente ligado a ella

Dejé las bolsas en mi casa y me dirigí a la loma.

Estaba enojado. Miles de pensamientos venían a mi mente. ¿Por qué tuve que enamorarme de ella?... ¿Por qué?... ¿Será que tengo que estar solo toda mi vida? El amor no es para mí_ me dije como reproche.

Cuando llegué a loma caí de rodillas como tantas otras veces, pero no podía orar. Me sentía hasta enojado con Dios. ¿Por qué había traído a los Benet a Miramar? ¿Por qué a nuestra iglesia?...

Miré hacia el suelo... y allí estaba la piedra con el nombre de Victoria.

La tomé y sin dudarlo demasiado la arrojé lo más lejos posible hacia la laguna.

Hubiera querido que fuera igual de sencillo arrancar mis sentimientos y tirarlos allí a la mar.

_ Lo siento Señor, lamento enojarme contigo... es solo que... realmente la quiero.

Me levanté y regresé a mi casa. Entré en la cocina donde mi mamá preparaba la comida y me senté.

_ ¿Qué te sucede?_ preguntó mi mamá_ hace días que estás decaído.

_ No es nada mamá, ya se pasará...

_ Hijo, puedes contarme...

La miré por un segundo, quería decirle, pero ella tenía demasiados problemas con mi abuela y las cosas de la casa como para tener que lidiar con mis enamoramientos.

_ No es nada mamá, en serio.

_ Tengo un noticia para darte_ me dijo con alegría_ llegó una carta de tu tío Natanael.

_ ¿Natanael? ¿Está vivo?

_ Así parece, hace años que no sabemos nada de él, y nuestras cartas siempre han sido devueltas, pensábamos que quizás habría muerto, pero nos equivocábamos.

_ ¿Y qué dice?

_ Regresará en un mes, se enteró de la muerte de tu abuelo y de tu padre hace muy poco tiempo, cuando regresó a la Argentina y sabe que Enriqueta está cada vez más delicada y quiere venir a verla.

_ ¿No hay fotos de él? No recuerdo ni su cara.

_ Eras muy pequeño cuando se fue a África como misionero, ha pasado tanto tiempo... no lo sé, como 20 años... quizás ni yo lo reconozca...

La llegada de mi tío generaba una gran expectativa, nuestra familia por años lo había dado por muerto, y ahora de repente aparecía.

Mamá consiguió una cama prestada para agregar en mi habitación y poder hospedarlo. Comenzamos algunos arreglos en la casa para que estuviera más presentable. Pinté las ventanas del frente y plantamos unas nuevas flores en el jardín.

Ocupar mi tiempo me hacía bien y distraía mi mente de los sentimientos que tanto dolor me causaban.

Me consolaba pensando que solo quedaba un mes y medio de clases y luego Victoria y su familia se irían.

Una tarde al salir del colegio, llegué a la loma noté algo que llamó mucho mi atención. Habían colocado un gran cartel que decía: SE VENDE.

No podía creerlo.

¿Qué pasaría si vendían aquel lugar? ¿A caso me prohibirían la entrada? ¿Y si edificaran algo que dificultara la vista?

Y de golpe pensé: ¿Qué pasaría si yo comprara este lugar?

Anoté rápidamente la dirección y sin detenerme a pensar demasiado corrí para averiguar más detalles.

Llegué a una oficina en el centro. Había pasado mil veces por aquella calle, pero nunca le había dado importancia.

Entré y pregunté por el terreno.

Los dueños eran alemanes y querían vender ese y otros terrenos antes de regresar a su país. No pedían una gran suma, 15.000 pesos, pero yo no tenía suficiente dinero ahorrado.

Me entristecí y regresé a mi casa. En la soledad de mi cuarto pensaba que sería una gran pérdida si construyeran algo en la loma. Ya no podría contemplar mi bella vista de los atardeceres en la mar desde ese lugar, ni sentarme largas horas en el césped a hablar con Dios.

_ Señor, sé que mi relación contigo no cambiará porque pierda ese lugar... pero tú sabes que es importante para mí... Quisiera poder comprarlo... te pido que abras las puertas para que consiga el dinero que necesito... tu puedes hacerlo... Ayúdame...

Necesitaba un milagro. Y si de milagros se trataba, tenía al mejor especialista, mi gran Dios.

Solo podía descansar en él y confiar.

Mi lugar en el mundo _ (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora