CAPITULO 22: PREPARANDO EL PESEBRE

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Corrí a la iglesia, con la esperanza de que algunos chicos hubieran accedido al pedido de Luz.

Para mi sorpresa casi todos estaban allí. Nadia, Victor, Nico, Eze, Julia, Mateo, Raquel, Tomás, Florencia, Paula, Santiago, David y allí a un costado estaba ella.

Saludé a cada uno. Victoria casi ni me miró cuando la saludé, no me sorprendió su reacción, me merecía su indiferencia y rechazo.

Traté de no dejarme llevar por las emociones y sentimientos que me embargaban al verla, debía ocuparme de la representación para el pesebre, ya habría tiempo para remendar mi error.

Nos sentamos y cuando los chicos hicieron silencio les expliqué lo que me habían pedido desde el municipio. Las opiniones estaban divididas, algunos pensaban que era una locura y que no podríamos llegar a hacerlo. A otros les pareció una buena oportunidad pero no se animaban a actuar delante de tanta gente.

Yo trataba de convencerlos pero no estaba funcionando.

_ Chicos, chicos!_ dijo Victoria pidiendo silencio_ entiendo a cada uno de ustedes, no es sencillo organizar esto de un día para el otro, pero también pensemos que esta oportunidad es única y no podemos desaprovecharla. Debemos vencer nuestros miedos y timidez y hacerlo. Poder testificar a casi la mitad de la población de Miramar en un solo día, este es un sueño que creímos imposible. Si todos juntos aceptamos, el desafío será más fácil y saldrá mejor. Yo digo que lo hagamos.

_ Gracias Victoria_ le dije _ te agradezco tu apoyo, creo que sería bueno que cantaras una canción, a todos nos gustará escucharte.

_ Por supuesto, será un placer.

Las palabras de Victoria motivaron a los chicos y decidieron sumarse. Algunos no se animaban a actuar pero se encargarían de otras cosas.

Sin demorar, dividimos los papeles y armamos un relato para que alguien leyera mientras otros actuaban.

Los disfraces podríamos retirarlos a la mañana siguiente en el municipio.

Felipe tenía una vieja mula que era muy mansa, así que a los chicos se les ocurrió que podíamos pedirla prestada.

Las chicas buscaron un muñeco y armaron el pesebre con paja seca que conseguimos en un decampado.

Todos tenían tarea para hacer.

Nos despedimos y quedamos en reunirnos bien temprano en el salón al día siguiente para ensayar y ver los detalles que faltaban.

Mientras nos despedíamos me acerque a Victoria para agradecerle nuevamente por su apoyo y las palabras de aliento para los chicos.

_ No creas que lo hago por vos_ me dijo muy cortante_ esto no tiene nada que ver con nosotros, es la oportunidad de predicar a todo Miramar y no podemos desaprovecharla.

Me acerqué más para que el resto no escuchara lo que le decía y susurré casi a su oído:

_ Sé que me merezco que me trates así, pero si solo pudieras escucharme un minuto, solo un minuto, quizás entenderías...

_ Creo que ya entendí_ respondió mirándome con esos hermosos ojos negros_ ...no hay nada que aclarar.

Sabía que ella tenía razón de estar enojada, pero me dolían sus palabras y tenía miedo que no quisiera perdonarme y escuchar lo que realmente había pasado.

_ Por favor Victoria... necesito que hablemos.

Ella bajó la mirada; pude notar que cambio su actitud y luego de unos instantes respondió:

Mi lugar en el mundo _ (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora