INTRUSO.

15. Secreto de novios.

Desperté por la mano de Nicolás en mi cintura,giré violentamente y lo golpeé en la nariz y se desmayó. ¡Rayos! ¡¿Por qué tengo tanta fuerza bruta en mi cuerpo!?  Porque eres boxeadora Jenn. Me contesto a mí misma y voy corriendo por hielo y un paño húmedo para parar el sangrado,Nicolás despierta y me mira molesto mientras se incorpora en el lado izquierdo de su cama.

— Mis heridas se están apenas borrando y tú vienes a empeorarlas más.

Me dice con evidente enojo.

— ¡No me gusta el contacto físico! Y tú pusiste tu brazo en mí,simplemente reaccioné.

Nicolás me mira primero serio,pero su expreción cambia a feliz. ¡Éste chico es extremadamente bipolar! Y eso es una enfermedad grave.

— ¿Por qué sonríes?

Cuestioné mirándolo expectante mientras me lavaba los dientes ahora.

— Porque al menos sé que si alguno de esos cerdo italianos se mete contigo lo dejarás noqueado.

Terminé de lavar mis dientes y me arrimé al marco del baño.

— ¿Ves? Yo también tengo muchos lados buenos. Ojalá y a ti no te pase nada,Hoult.

— No tienes por qué preocuparte por mí,siempre ando armado. Ah,por cierto...—buscaba algo en su mesa de noche y me arrojó un arma que atrapé con agilidad— Esa es tu nueva mejor amiga.

— ¡Andaré armada!

Me espanté y dejé caer el arma al suelo.

— Tienes dos opciones Jenn: La guardas en tu mochila o la cargas contigo en tus caderas respaldada. Pero en ninguna de esas opciones está no llevarla contigo. Por cierto te daré tres cartuchos diarios por si se presenta alguna emergencia.

— ¿Qué hago si mi padre la ve?

Nicolás me mira con una cara de sarcásmo.

— Tu padre seguramente tiene más de una consigo.

—Quiero que me cuentes todo lo que sabes Nicolás,ya estoy metida en esto y quiero enterarme de todo,me da miedo dar un paso en falso y ver como lastiman a los que amo.

— Dime qué quieres saber.

— ¿Cuándo te metiste con los Salvatore?

— Te contaré la mayoría de la historia,pero no puedo.

Me dijo Nicolás y se fue a la cocina. Me vestí en seguida y corrí tras él. Él estaba sentado en el comedor con dos platos servidos.

— Come ya,tengo que ir a dejarte antes de las doce.

— ¿Cómo haremos con mi papá?

— Tú no dirás nada,yo iré a tu casa después pero no podemos seguir metiendo a tu padre. Guarda el arma que te di y no le cuentes nada.

— Pero le di mi palabra a Salvatore que mi padre los ayudaría en su sucio negocio.

— Lo cumplirás,pero deja que algunas cosas se resuelvan primero. Tu padre está retirado de toda esta mierda. Él habló conmigo el Martes,cuando tú subiste tuvimos una charla fuerte. Él sabe de quién soy hijo y piensa que yo no soy diferente aunque realmente es así. Yo no me parezco en nada al animal que tengo como progenitor másculino.

— Nicolás....¿por qué te golpearon esos hombres?

— Tuve que obligarlos a pagarme. Los ayudantes de mi padre se iban a encargar de todo,pero todo se salió de control al dispararle al hijo de Salvatore.