Capitulo 2

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A veces cometemos errores mortales, incluso, a veces tomamos decisiones desgarrantes. Recuerdo que una vez alguien me dijo; si no nadas te hundes. Y desde entonces, atemorizada por el miedo de hundirme comencé a nadar tan rápido como mis débiles e inexpertos brazos me lo permitieron. Hasta que con mis extremidades agotadas e incapaces de dar una zarpada más me rendí en la batalla contra el mar.
-¿Por qué continuar si ya estoy muerta?-me pregunté con un pesimismo enfermizo.-¿En que momento de mi alocada juventud me convencí a mi misma en la idea de que miles de toneladas de agua que habían estado ahí y acá fluyendo libres podrían ser superadas por unos pocos kilos de masa poco tenaces?- y luego me ahogué.

Terminé en el fondo de lo que fuera aquella cosa que yo llamaba infierno. Estaba débil, con los pulmones empapados y el corazón cuarteado. Escondía la cara entre mis manos... manos que ya no reconocía. El cabello me flotaba haciendo suaves ondas y con los ojos saltones de tanto derramarse, me miré al primer reflejo que encontré sobre una botella de cristal medio enterrada en la arena, inevitablemente me vi. Estaba acabada, tan enterrada como aquella botella, incapaz de moverse por mis propios medios, temblaba ¿estaba asustada, tendría miedo de algo? ¿O solo lo hacía por qué no sabía hacer otra cosa?
Me di pena ajena ¡de mi misma!
Sabía que tenía que sacarme de ahí por mis propios medios y que tenía que hacerlo YA.
Así que tomando fuerza de no sé dónde, me llené de valor y me preparé para afrontar todo lo que sabía que estaba por venir.

[...]

Después de un largo día de clases llegué a casa con jaqueca y con la ansiedad molestándome como pequeñas hormigas alrededor de las yemas de mis dedos. Mi mamá tenía mi comida favorita servida en el hogareño plato marrón con flores amarillas similares a los girasoles de toda la vida. Había protestado con ella unas mil veces sobre renovar la vajilla por algo más moderno y menos viejo pero ella insistía en dejarla tal como estaba, fue hace menos de 2 semanas que tuvo la ocurrencia de tomarme la palabra...así es, en efecto mi mamá renovó platos, vasos, cubiertos y todo lo referente a la cocina... a excepción de mi plato. A mi mamá le gusta jugar juegos para demostrar su mayor nivel de intelecto, de ahí heredé muchísimas cosas (de su caja de personalidad). Sin embargo hoy no estaba para enfrentarme a retos que requirieran más energía de la necesaria. Así que me disculpé con la cabeza y levanté mi plato para guardarlo en el refrigerador, de inmediato subí las escaleras hasta que alcance mi cuarto y finalmente me aventé en mi cama. Sabía que no podía quedarme dormida pues tenía ya mi lista mental de pendientes y cosas por hacer. La lista consistía en trabajos para la escuela, examen en mis clases de inglés extra curriculares, entre otros. Quería lograr hacer todo eso en un solo día gracias a mi compulsiva ansiedad.
Tras un largo suspiro me levanté y me preparé a mi misma para continuar otro atareado día de mi rutina.

Me considero una persona sencilla, obedezco a mis padres, voy a la escuela de 7:00 am a 2:00 pm, luego a clases de idiomas y a baile. Personalmente soy algo testaruda, y a menudo la gente me llama rara; pero eso a mi no me molesta, siempre me digo que algunas personas son diferentes y eso no tiene nada de malo. Sé que soy especial, mas no creo que la gente a mi alrededor lo noté.
Y no soy atractiva, pero tampoco soy de mal vista. Me gusta reírme y soy muy confusa. Todo depende de mi humor, y soy muy versátil. Lo que menos me gusta de mi es que soy muy sensible y eso hace que cualquier cosa me haga llorar...pero no se vaya a confundir con debilidad o torpeza. De buena gente soy muy agradable, pero de tonta soy muy hija de puta.
Justo ahora mi situación es estable, hubo un punto de mi vida en el que me desvié un poco del camino y estaba algo perdida, ahora me siento mejor. Tengo un propósito de vida de nuevo y me reto a mi misma en el buen sentido. Las cosas marchan bien, aún que un poco más aburridas (muuuuuy aburridas). A veces quisiera cambiar un poco mi rutina pero nunca me atrevo.

El nombre de mi mamá es Amelia Gambetta, ella es de Verona, Italia. Mi papá es Carlos Rythemford, el es Méxicoamericano. Ambos se conocieron en México donde se enamoraron y luego simplemente decidieron que quieran pasar el resto de sus vidas juntos.
Después de medio año de matrimonio tuvieron a su primera hija; Sissela de 27, luego a Damián de 26, después Julianna (yo) de 17 y por último Emma de 7.
Todos somos diferentes, cada uno tiene su personalidad. Sissela y Darío no viven en casa ya, viven en Guadalajara y en Monterrey ahora. Emma y yo acompañamos a nuestros papás en nuestra casa de toda la vida.
Hace unos años fui detectada con ansiedad y desde entonces me obligué a reducir la velocidad de mi vida.

A la noche llegué agotada una vez más a mi cama con mil pensamientos rebotando de extremo a extremo de mi cerebro, tras una cena ligera y una pastilla me quedé dormida.
Cuando amaneció mi alarma sonó retumbando por todo mi cuarto y me levanté des-ubicada, la apagué y me preparé para otro día de escuela. La escuela no suele ser tan aburrida, me llevo bien con la mayoría de los individuos que caminan de aquí allá, algunas materias me resultan interesantes y soy muy fan de los deportes. Así que está bien supongo, aún que mi único problema es el hecho de levantarme temprano, pero lidio con ello.

Tengo al rededor de 10 o 11 materias diarias y asisto a la misma preparatoria que Sissela y Darío asistieron antes (y que probablemente Emma también asistirá), la falda del uniforme me queda como campana de capilla católica mas lo que me molesta no es lo mal que me hace ver, sino lo incómodo que puede llegar a ser en tiempo de calor. La escuela no es muy grande pero hay el espacio suficiente para la cantidad de alumnos que la frecuentan día a día. Y tiene una biblioteca sin chiste y con libros aburridos que ya leí como 3 veces por estante, pero es un lugar callado y como no tiene el vidrio de una ventana entonces la corriente de aire es espléndida...
Tengo un círculo de amigos pequeño, los demás son solo compañeros. Mi círculo lo componen únicamente 5 personas;
La primera y más importante; Hailey Olsen, es mi mejor amiga. Tiene los ojos miel y el cabello rubio. Es alta y sus emociones se reflejan en la manera en que su rostro se enciende a rojo. Además tiene un carisma único que invita a las personas a su alrededor a acercarse. Hailey es la perfecta representación gráfica de una "niña buena" pues es estudiosa, responsable, amable, graciosa, consiente, altruista y tiene un corazón tan enorme que no le cabe en el pecho. Lamentablemente no tiene tanta suerte en el amor, aunque ella sea incapaz de notarlo... se ha creado un estereotipo sobre el hombre perfecto basándose en el millón de libros ficticios que hemos leído y eso la tiene algo desilusionada acerca de la realidad.
A lo que me refiero es que cuando ella encuentra a alguien después de un tiempo llega a sentir que lo que tiene no es suficiente, deja de sentir. ¡Pero no me mal entiendan! Ella es increíble, simplemente aún no encuentra a la persona correcta. Es por eso que se entrega sentimentalmente a cada rato, y por ende termina herida a cada rato también. Yo le aconsejé que no se desespere, que lo que tenga que pasar pasará. Pero por lo tanto se encuentra soltera de a ratos y enfocada a otras cosas.
Ella y yo somos más que hermanas, estamos ahí la una para la otra y llegamos a conocernos a un punto en el que sabemos lo que la otra piensa si quiera antes de decirlo. Nos conocemos hasta los gestos.

La primera clase fue español, tuve que hacer un texto de hojas y hojas de extenso protestando contra el bullying. Después continuó álgebra que hacía al tiempo parecer escurrirse como miel hasta caer perezosamente. Y así corrieron las clases, al final le pedí a Hailey un aventón a mi casa. Cuando llegué mi mamá estaba haciendo la comida en la cocina
-Julie, ayúdame a poner la mesa. Por favor- me pidió antes de cualquier cosa. Dejé mi mochila en el perchero junto a las escaleras y me dirigí a cumplir mi tarea. Tomé los tapetes del gabinete junto a mi mamá; —¿Cómo te fue, ma?—le pregunté cómo inicio de conversación.
—Bien, atareado. Fui al dentista, y recoger las fotos familiares, dejé el carro en el taller. ¿Y el tuyo?
—Lo de siempre...
—¿Entregaste los trabajos de ayer?
—Si, todo en orden. ¿Viene mi papá a comer?
—Aja— afirmó mientras revolvía el espagueti que tenía en la sartén—No tarda en llegar, fue por Emma a la escuela...
Puse la mesa lo más rápido que pude y en cuanto terminé mi papá entró jugueteando con mi hermana menor.
—¡HOLA!—Saludó Emma entusiasta. Después de acomodarnos a la mesa procedimos a comer.
—Ya compré boletos para la Navidad en Verona— comentó mi mamá emocionada
—¡YESSS!—Celebró Emma
—¿Cuando sales de vacaciones, Julie?—preguntó mi papá
—Aún me falta una semana...¿para que fecha son los boletos?
—Este fin de semana...—.
Todos nos quedamos callados pensando en futuras soluciones.
—Entonces voy a cambiar la fecha, ¿está bien?— me preguntó mi mamá.
—Si, puedo quedarme en casa de Hailey... ella también irá estas vacaciones—sugerí.
Cuando terminamos de comer mi papá, Emma y yo lavamos los trastes.

Quien vive dentro de ella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora