Capítulo 14

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Gabe vio salir a Julie y sintió como si le hubieran conectado un gancho al hígado. Se veía agotada, su piel pálida enmarcaba la oscuridad de pesadas ojeras, con sus finos labios le imitó un intento de sonrisa.
—Ey—la saludó suavemente caminando hasta ella después de estar un largo rato con la espalda recargada contra la pared opuesta a la puerta.
—Hola—le respondió—¿Llevas esperando mucho?
—No mucho—¡mentira! La había esperado desde que  había entrado. Julie lo descifró.
—¿Debe ser aburrido, no?—comenzaron a caminar, hombro con hombro. Gabe debía esforzarse para mantener el ritmo lento de la chica de cortas piernas.
—¡Para nada! Aunque debo admitir que  era mucho más interesante vigilarte antes de que te convirtieras en toda una celebridad—bromeó dulcemente. Julie se rio divertida de verdad.
—¿Qué te puedo decir?...El peso de la fama —se encogió de hombros simulando lo exhaustivo que podría llegar a ser. Aquello hizo reír a Gabe, fuerte.
—Modesta, como siempre—fue irónico, aún entre risas.
—Pero, en serio. ¿No era aburrido?
—Te acostumbras. Es un trabajo que llevo haciendo años.—le explicó—Tampoco es una vigilia a cada minuto. Sin embargo tengo que estar lo suficientemente cerca para cerciorarme que no suceda nada fuera de lo común. Te conozco demasiado bien...
—Intento verle el lado donde eso no es considerado acoso...pero me cuesta trabajo—Julie era una bromista nata. Ella y su padre tendían a recurrir al humor en las conversaciones para levantar el ánimo. Gabe lo sabía, pero Julie no sabía que él lo sabía.
—No me enorgullece, lo admito—Gabe sacudía los hombros al reír y ahí se reflejaba lo relajado que podía ser cuando nadie más estaba cerca.—¿Y qué tal el entrenamiento?—cambio el tema. Julie se lo pensó, se sentía del carajo. Su cuerpo apenas soportaba estar de pie, estaba profundamente cansada. Aunque no había tenido entrenamiento físico por la mañana, lo cual le resultaba tranquilizante ya que no había visto a Leonardo desde la discusión que tuvo por Dianna. Suspiró con pesadez.
—Aún no se...creo que fue bien, o eso me dijo Robert, para ser la primera vez...pero me siento del carajo—lo dijo con humor pero en realidad era una confesión.—Además no se que pasará después de lo de Leonardo...
—Por eso no te preocupes, yo puedo entrenarte—se ofreció él de inmediato. Julie sonrío, la idea le pareció bastante agradable. Se comenzaba a acostumbrar a la presencia de Gabe, cuando estaban juntos tenía la sensación de haber estado juntos desde siempre-lo cual era peculiarmente verdad-.
—Solo no me mates de cansancio. Suficiente tengo con todo eso de la magia...—accedió ella.
—Prometo hacerte toda una guerrera. Debo admitir que el chico Lampard es bastante bueno, tiene buenas referencias. Pero nadie te entrenará mejor que un propio angelino. Créeme—se alabó un poco sin parecer presumido. Julie prefirió no hacer ningún comentario. Solo se escuchaba el ruido de los pasos de ambos. Hasta que Gabe se aclaró la garganta. Cambió el tema a cómo serían los entrenamientos de combate con él, y así se zambulleron en una relajada conversación.

*****

Aquella noche, Robert llamó a la puerta de Julie, cuidando no ser descubierto por nadie. Ella lo recibió adormilada.
—Tenemos un ligero inconveniente—le informó cómo saludo.
—¿Qué pasó?—cerró la puerta poniéndose muy alerta.
—Catrina nos ha dicho hace unos minutos que El Juzgado le ha pedido organice un baile navideño aquí mismo. Están ansiosos por conocerte; es un pretexto de lo más pobre, si a mi opinión vamos. A pesar de nuestra discreción, el rumor continúa extendiéndose.—Julie lo miró sin saber exactamente qué decir—Pero tranquila, yo te respaldo. Estoy aquí porque es la oportunidad perfecta para sacarte de aquí...—ella se pasmó, sintiendo la esperanza aflorar de sus entrañas—Contacté con Amelia, pero para que sea posible que tú hables con tu familia necesitamos que estés fuera de este lugar, aquí dentro te vigilan a cada paso. Y solo será una llamada, es todo lo que puedo conseguirte. Estarás sola después de eso...—de pronto se sintió nerviosa. Debía confiar por completo en Robert y no sabía si estaba lista para ello.
—Ok, entiendo. ¿Cuál es el plan?—dijo sin pensarlo demasiado.
—Correcto, esto del baile navideño, debemos usarlo a nuestro favor. Pondrán todos los reflectores sobre ti, esa noche será tuya, es por eso que estos días deberemos entrenar hasta drenarte toda la energía—ella no pudo diferenciar hasta que punto llevarían la metáfora a la realidad—Los Lampard se concentrarán en prepararte a ti y al evento, eso me dará tiempo de organizar la ocasión. Conozco a los de su especie, armaran un gran alboroto, algo ostentoso, elegante; y a después de media noche estarán más atentos a sí mismos. Demasiado enfiestados, cuando las luces de tu reflector los deslumbren, te sacaré de ahí como tras bambalinas...
Después de un silencio, Julie le sonrió con inocente picardía.
—¿Acabas de utilizar metáforas de espectáculo por mi?—bromeó. El mago siseo una risilla.
—Te daré los detalles del plan luego. Esto no lo sabe nadie...
—¿Gabe?—él negó con la cabeza, aquello le generó una pizca inseguridad.
—Mantengámoslo confidencial, al menos hasta no tener algo sólido.
—Está bien—accedió no muy segura.
—Bueno, sin más que comentarte, me retiro.—Se agarró de la manija y luego se volvió como recordándose agregar un dato importante—Algo más, Julie... es necesario que sepas, que no importa que pase esa noche, no tiene que influir en la decisión que tomes, del bando que elijas... al final de todo decisión es tuya, el poder es tuyo, ¿si?—perforó su mirada con la viveza de sus ojos azul eléctrico.

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⏰ Última actualización: Jan 24, 2020 ⏰

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