◇ Capítulo 10 ◇

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JODER, JODER, COMO DUELE.

Al despertar me sentía más adolorida que nunca, incluso peor que nuestra primera vez, incluso al mover los brazos sentía un gran dolor y ardor pues había mordido algunas zonas a tal punto de que se abrieron un poco. Nunca imaginé el conocer aquel lado de Jotaro, por otro lado, fue muy agradable.

— A-Auch... Auch...— Dije mientras intentaba sentarme con cuidado pero era imposible, creo que Jotaro estaba muy necesitado.

— Oh, ya despertaste— Abrió la puerta y observé que traía puesta una bata de baño.

Demonios... no pude bañarme con el.

— ¿Tan enojado estabas o qué? ¿Desde hace cuánto no lo hacías? Pudiste haberme matado.

— Ambos lo disfrutamos, así que no sólo yo tengo la culpa— Abrió un poco su bata dejando a la vista unos rasguños algo profundos en su pecho— ¿Lo ves? Ahora no me eches la culpa mujer, tu también estabas así.

— ¡Es injusto! ¡Ni si quiera puedo pararme!— Lo miré de reojo mientras me cubría hasta el pecho con la sábana.

— Descansa, igual y te pongas peor si intentas sentarte— Dio un sorbo a su taza de café y salió de la habitación.

— ¡Al menos tráeme algo de comer! —Alcé la voz y decidí volver a dormir, pero el escuchar el timbre lo evitó ¿Quién llega tan temprano? Un momento ¿Qué no tendría que trabajar todo el día?

Escuché que entraba alguien al departamento, no era Dio pues no escuchaba su risa burlona ni era Annie pues no escuchaba una voz chillona. Escuché como chocaban ambos vasos entre sí ¿Estarán bebiendo algo? ¿Jotaro con quién?

— ¿Qué haces aquí tan temprano?— Escuché a Jotaro decir.

— Oh, bueno, vine a ver como estabas— Hm... no importa. Será mejor que duerma— También vine a ver a ____. Me preocupa así que, entraré a la habitación, espero que se hayan divertido en la fiesta de anoche.

— Espera, espera, no entres ahí, no entres— Escuchaba poco a poco como alguien giraba el picaporte ¿Qué demonios...?— ¡Kakyoin! ¡No se te ocurra abrir la puerta! — ¡¿Mami?! ¡Me matará!

— ¿O si no qué? Déjame ver a ____— Me senté sobre la cama, aún estando desnuda y cubierta por las sábanas decidí abrazar la almohada de estrella que le había regalado a Jotaro Ay no, ay no.

Al entrar Jotaro estaba detrás de Kakyoin, jamás había visto tan nervioso a Jotaro, ni si quiera en esos capítulos de JJBA donde batallaba, pero hubo un silencio incómodo. Kakyoin con una mirada seria observaba mis piernas y mi cabello despeinado, esto terminaría mal.

— Te dije que no entraras— Agregó Jotaro seriamente.

— Oh, no importa, entiendo, son pareja y todo...— Kakyoin parecía comprender pero de un momento a otro su mirada se volvió seria y podías notar como su enojo aumentaba— ¡¿PERO QUE LE HICISTE A MI NIÑA?!  ¡TAN SOLO MIRA SU CABELLO Y SU PIEL! ¡MIRA ESAS MARCAS DE MORDIDAS Y... Y... ESO! —Cada vez que Kakyoin daba una queja le daba una bofetada a Jotaro.

Después de un minuto golpeando su mejilla Kakyoin tuvo suficiente y se acercó a mi jalando de mis mejillas.

— ¿Qué te hizo aquel hombre malo?

— Pues.. nada, creo... sólo tuvimos-

— ¡Shhhh! —Colocó su mano sobre mi boca antes de que terminara de hablar — Vamos a bañarte ¿Si? — Se ve relajado, pero prefiero que esté que enojado.

— Yo debería de hacerlo ¿No? —Dijo Jotaro mientras se acercaba seriamente a los dos.

— Ni si quiera puedo ponerme de pie, lo máximo que puedo hacer es... girar mi cuello —Miré algo nerviosa a Kakyoin.

¡JOTARO! BUENOS DÍAS | JotaroXLectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora