La silla detrás suyo cayó al suelo, provocando un sonido sordo que en realidad casi ni fue capaz de oírse gracias a todas las alarmas que comenzaron a chirriar al mismo tiempo. Y antes de poder acercarse a la puerta, en dirección a la habitación donde tienen encerrado a Loki, el piso se movio, de tal forma que parte del sitio quedó inclinado, provocando que objetos se movieran en dirección contraria.
Oyó a Ayelen decir una palabra vulgar en voz alta, a la vez que se sostenía a la mesa —que está atornillada al piso— y con la otra mano atrapaba la pequeña de Rose, que se aferró cual gato al material costoso.
Mikaela, agarrada a un borde de la pared que sobresale de la puerta, gritó. —¿¡Estamos en el aire!?
Tony, quien de alguna forma milagrosa tenía la armadura ya puesta, voló a su lado y abrió la puerta. —...Se puede decir que si. Esta es una base que tomamos "prestada" de S.H.I.E.L.D.
La base aérea volvió a su posición normal, pero se podía notar que en cualquier momento se inclinara nuevamente.
—Rompieron una de las cuatro turbinas. —Natasha estaba sobre una máquina, a su lado Bruce movía sus manos de un lado a otro, tocando botones táctiles sin parar. —Están intentando romper otra.
—"Rompieron" me suena a manada. —y tras ese comentario, el millonario salió por la ventana en busca de los causantes de la destrucción de la base. Steve tenía parte del traje puesto, así que tomo el escudo y comenzo a dar indicaciones.
—Natasha y Bruce se encargaran de mantener estabilizadas las turbinas hasta que podamos detener.. a quienes sean que estén haciendo esto. —agarró dos bolsas negras y se las entregó a unas confundidas Ayelen y Rose. —Son paracaídas, en caso de que los necesiten. Lo cual espero que no suceda.
—Coincido con eso. —murmuró la castaña, clavando sus uñas en la bolsa, intentando ocultar su miedo.
Mikaela realmente quería quedarse allí y cuidar de ellas, pero debía saber que sucedía. La pulsera cada vez se ajustaba mas y mas en su muñeca, mostrando así la desesperación con la cual Loki la llamaba.
—Steve Rogers. —alzó su voz sobre todo el ruido y caos formado en tan solo cuestión de segundos, llamando la atención de la mayoría. —Confío en que cuidaras de ellas. Confío en todos ustedes. —las runas volvieron a aparecer en su piel, marcas rojas y vibrantes.—Pero si les sucede algo sean conscientes de que lo último que querrán es la furia de un gigante de fuego.
Lo único que obtuvo del rubio fue un corto movimiento positivo de la cabeza.
—¡¡Mi!! —se detuvo en seco y giró la cabeza, alarmada por tal grito descomunal. A veces olvidaba de lo que eran los pulmones de Ayelen. Cruzaron mirada varios segundos, una charla en silencio y sin necesidad de palabras.
Rose entendía ese sentimiento, porque le sucedía lo mismo con su prima. A la cual ahora comenzaba extrañar y deseaba contarle sobre esta excitante aventura con los vengadores y su Kouhai Gigante de Fuego que de paso es la..¿novia? de Loki.
—Volveré.
Y salió por la puerta, los ojos iluminando de un tono dorado profundo.
Loki levantó la mirada con casi pereza, ojos esmeraldas que relucían odio hacia el ser enfrente suyo. Recordaba perfectamente el día que entro a Asgard con sus Gigantes de Fuego a provocar caos y destrucción, y sobre todo, para plantar la semilla de la duda en los habitantes.
—Quien diría que en la casa de Odín había un Gigante de Hielo. Somos diferentes y a la vez no, Loki. —Bietka, comandante de Muspelheim, sonrió de forma aterradora. —Y quién diría que Mikaela terminaría aquí, en Midgard.
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Like Fire and Ice
FanfictionLoki siempre se sintió mal al estar a la sombra de su hermano. Hasta que cierta rubia, le hace entender, que el tiene luz propia y que al igual que el Dios del trueno, puede brillar a su manera. Portada creada por; @WrenParker ♥ Historia completame...