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Le veía de reojo mientras soltaba pequeños chillidos ante lo delirante que resultaba el dolor en sus heridas aún recientes.

Frank solo mantenía el semblante serio, aplicando más alcohol y vendando de último para así terminar al fin la curación del pelirrojo.

- Listo.- Suspiró. Alzó el rostro mirando al mayor con un pequeño puchero.- No fue tan doloroso.- Gerard asintió repetidamente.

- Lo fue, Frankie. Dolió muchísimo!!- Exageró. El castaño alzó una ceja mientras se cruzaba de brazos. Soltó aire rodando los ojos.

- Bien. Te daré un premio por ello, qué quieres?- Gerard sonrió como el gato de Alicia en el país de las maravillas, aplaudiendo para sí mismo mientras abrazaba al tatuado quien solo se sobresaltó un poco antes de por fin colocar sus brazos a su alrededor.

- Qué tal un besito?...- Susurró bajito. Aún así Frank lo había oído, y ahora sonreía algo perdido y confuso consigo mismo. Eso era una pesadilla, una que empezaba a disfrutar.

Volvió a suspirar e hizo que Gerard le viera frente a frente.

- Con una condición.- El puchero no se hizo esperar en el pelirrojo de nuevo.

- Pero si es un premio por ser valiente y no llorar mientras me curabas.- Se quejó. Frank apretó los labios ante lo malditamente lindo que ese hombre se veía haciendo esa cara y pensaba en qué rayos!?, desde cuando a él le parecía lindo el maldito rostro de un hombre.

Aunque sabía de antemano que Gerard era especial. Justo como Mikey le había dicho. Y ahora lo veía tan claramente.

- La condición es que busques un abogado para recuperar a Bandit.- Dijo directo. Gerard borró su puchero poniéndose serio, relamiendo sus labios y bajando la mirada- Gee...- Colocó una mano en su mejilla y le acarició con su pulgar.- Aquí estoy contigo.- Asintió regalándole una sonrisa para después verlo fijo encogiéndose de hombros.

- Si tú estás conmigo, entonces podré lograrlo. Tú eres mi fuerza.- Dijo con sinceridad. Y Frank sintió su corazón acelerarse nervioso, viendo a esa verde mirada y luego sus labios rosados. Se acercó a él besándole enseguida algo posesivo, sintiendo las manos del mayor en su pecho, y ahora las suyas en su cuello, su respiración y su piel.

Esa sensación de cosquilleo en el vientre, ese sentimiento que crecía constantemente.

- Gerard!...- Ambos se separaron enseguida algo abruptos, respingando y respirando entre cortado viendo a Mikey parado en el umbral de la cocina donde se hallaban.- Diablos! Pero que...- Notando enseguida las notables vendas en sus brazos.- Qué le hiciste!?- Yendo enseguida con odio hacia Frank, tomándole del cuello de la camisa y acercándolo a él.- Te voy a matar!

- Mikey!!, espera!-

- Es un hijo de puta!, te dije que si te atrevías a lastimarlo!...

- Yo lo hice!!- El puño del rubio se detuvo a medio camino mirando atónito al avellana quien apenas y se había inmutado.

- Qué?- Soltándole y mirando a su hermano con horror.- Gee pero que...

- Lindsey me quitó a Bandit, Mikey. Se la llevó...

- Cuándo!?, a dónde!?-

- Hace dos días... Estaba muy mal... Solo quería morir... Frank me salvó... Él me curó... Perdón Mikes... Yo...

- Shhh.- Mikey le abrazó enseguida algo en shock. Tragó duro mientras acariciaba la espalda de su hermano, y se imaginó el dolor que debió haber sentido por todo aquello. Suspiró.- Esta bien. Vamos a recuperarla. Lo prometo.- Le dijo firme. Gerard había derramado algunas lágrimas en el proceso asintiendo al final.- Ahora cambia esa cara. Dónde está esa hermosa sonrisa, Huh?- Gerard soltó una risita tímida sonriendo a su hermano.- Bien. Así me gusta. Qué tal si vas a cambiarte. Hoy es la bienvenida de Rowan a la familia de Kristin y tú eres mi única familia aquí. Te llamé pero no respondías así que vine por ti.- Gerard asintió.

- Quisiera ir pero no quiero dejar a Frankie solo.-

- Oh no hay problema!- Respondió enseguida el castaño aludido a todo. Estaba más tranquilo al saber que ahora no sólo él apoyaba a Gerard para recuperar a su hija. Y verlo sonreír y distraerse un rato le alegraba. Mucho. - Yo me quedaré aquí, viendo una película tal vez... Te esperaré. Si?, tú ve y diviértete.- Ambos hermanos quedaron atónitos viéndose entre sí.

Pero Mikey estaba en deuda con ese enano. Así que no se detuvo a abrir la boca.

- Tu igual puedes venir, Frank.- El castaño parpadeó sin creerlo mientras el pelirrojo sonreía tan enorme que se preguntaba cómo es que no le dolía el rostro. Dio unos cuantos saltos aplaudiendo mientras abrazaba a su hermano emocionado.

- Gracias Mikey!!, iré a cambiarme y vengo!- Corrió feliz a su habitacion quedando solo ahora el rubio y el tatuado en la cocina, ambos viéndose algo reacios al otro. El mayor suspiró rodando los ojos.

- Si te atreves a querer escapar, te mato. Solo te dejo ir por qué le has salvado la vida a una de las personas más importantes de mi vida. Pero aún así no confío en ti. Así que cuida como pisas, Frank.- Señaló el rubio. El tatuado tragó saliva asintiendo. No tenía miedo pero simplemente le resultaba disgustante aquella amenaza.

Es que acaso no podía confiar solo un poco en él!?...

Salvó a Gerard.

Quería ayudar a Gerard de verdad.

Él quería a Gerard!

Claro que de una manera diferente a la marital.

Solo quería que recuperara a su hija y que esa sonrisa jamás vuelva a ser opacada por una bolsa de papel, promesa.

***
Sin ideas time :v

Gracias por leer esta historia medió estancada jeje

Enfermiza Obsesión. ||Frerard||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora