.20

714 112 129
                                    

Sintió el movimiento de su esposa al levantarse, más él se quedó ahí, tan quieto que parecía no respirar.

No había dormido en toda la noche y la cabeza empezaba a dolerle.

Tanto se había desacostumbrado a esa cama?... Se sentía como cuando visitaba a algún amigo y contrabajo podía acomodarse en su cama.

Era extraño.

Se rindió poco después y se puso de pie, se lavó la cara y los dientes para así salir y bajar.

Escuchó un par de voces desde la cocina.

-...No lo sé... No lo veo bien, Linda. No quiso decirme nada y tampoco quise presionarlo, pero me pone mal no saber por lo que ha pasado y no poder ayudarlo.- Expresó su mujer con notable dolor.

- Hiciste bien Jam. Es mejor darle tiempo... Él va a estar bien. Siempre ha sido alguien fuerte que sale adelante a pesar de todo.

- Lo sé pero...- Se asomó entonces viéndolas a ambas sin expresión alguna.

- Y los niños?- Preguntó. La castaña le sonrió.

- Buen día amor.- Acercándose a él y depositando un beso casto en sus labios. Frank cerró los ojos por un momento abrazándola a medias.- En la escuela. Contrabajo quisieron ir... Quieren que juegues con ellos cuando vuelvan.- Asintió acercándose luego a su madre a quien abrazó con fuerza.

- Hola bebé.- No respondió. Se quedó un momento ahí sintiéndose pequeño de nuevo.- Estas bien?- Asintió vagamente. Se separó de Linda y caminó hasta la cafetera sirviéndose un café.

- Eh, tengo algunos panqués hechos, quieres uno?- Miró a Jam de reojo cuando se dio cuenta de un pequeño flash acaparando su visión. Volteó enseguida a ver.- Aléjate de ahí.- Le dijo ella preocupada. Cerró enseguida la cortina y le miró.- Están aquí desde muy temprano. No sé cómo han podido pasar hasta aquí.- Se disculpó. Negó.

- Esta bien Jam. Déjalos, se hartaran en algún momento.- Sonrío. Ella parpadeó confusa asintiendo, alejándose de él un poco para darle paso.- Iré un rato al patio.- Deteniéndose antes de salir de la cocina.- Y Sweet pea?- Ella respingó regalándole una sonrisa.

- Con Evan. La cuida de vez en cuando, ya que habíamos estado ocupados con las campañas de búsqueda y eso...- Susurra. Él asiente.

- Dile que la traiga, quiero verla.- Rié apenas para luego continuar su camino hasta la puerta del patio donde se sienta en una vieja mecedora de madera, asentando su café en una mesa a su lado y viendo los columpios que le había armado a sus pequeños hacia unos dos años atrás.

Casi todo seguía igual, incluso descuidado.

- Puedo acompañarte un rato?- La voz de su madre le hace respingar mirándola atento.

- Claro.- Linda se sienta y respira profundo.

- Es bueno estar en casa no?- Frank baja la mirada un poco pero no hace más movimiento más allá de ese.

- Hey... Les traje más café y panqués.- Se asoma Jamia.- Tengo que ir al súper mercado así que... Linda te cuidara por unas horas, Frankie.- El tatuado asiente y recibe un beso en su frente, luego ve a su esposa alejarse y queda solo con su madre quien toma una taza de café y empieza a beber.

- Estamos solos ahora.- Le recuerda. Ladea el rostro sin entender.- Por si necesitas decirme algo... Por si quieres hablar...- Niega.

- Estoy bien, mamá.

- Seguro?... Soy tu madre. Yo te traje al mundo, te crié y te hice un buen hombre. Tienes una hermosa familia y los has cuidado muy bien. Sé que por tu cabeza pasan muchas cosas en este momento. Y sabes que yo siempre estaré aquí para escucharte y apoyarte.- Concluye. El tatuado la mira fijo con los labios temblándole.

El dolor de cabeza va en aumento y solo puede agarrar su taza y tomar un gran trago de café.

Come un panqué y vuelve a tomar café para luego asentar la taza de nuevo. Mira al horizonte y lleva sus piernas a la altura de su pecho. Sabe que Linda le sigue mirando fijo. Sabe que necesita de ella, y se siente de nuevo como un adolescente.

- Me secuestraron.- El sonido que ella hace es de dolor. La ve llevarse una mano al pecho y otra a la boca.

- Frankie...- Niega.

- Esta bien.- Le dice.- Estoy bien.- Afirma. Ella aún así no evita seguir mirándole con desesperación.- Era un hombre.- Relata.- Al principio no lo entendía. La razón por la cual lo hizo... Juraba que era amor.- Rió derrepente entonces recordando todo lo que sucedió. Como aquella bolsa café en un principio solo le mostraba la mirada verde llena de locura, y luego, aquella cabellera pelirroja con esa gran sonrisa en su rostro que parecía doler. Ese atento comportamiento y esa preocupación por su persona. Le recitaba su amor, su verdadero amor. Su enfermizo amor.- Y lo odiaba, lo odiaba por hacerme eso mamá. Me preguntaba quién mierda era tan hijo de puta como para alejarme de mi familia!?- Alzó sus brazos en desesperación por querer entender aquello mucho tiempo después. Linda siquiera podía responder. Frank suspiró y desvío la mirada abrazándose a sí mismo.- Luego de que me resignara a no poder escapar de ahí, por alguna razón empecé a conocerle más.- siguió relatando.- Y sin darme cuenta, a pesar de que tenga miles de problemas mentales y a su alrededor, yo...- Se encogió de hombros. Tragó duró y se tomó su tiempo. Escuchaba su propia respiración y aún así, aveces parecía no hallarla. Tenía que despertar, tenía que avanzar. Por qué no podía volver a ver a Gerard. Por qué él tenía una familia, y por qué aunque su corazón siempre lo tendría ahí, no buscarle era lo mejor que podía hacer por él.- Me enamore de él.

El silencio reino tal funeral.

Frank se puso de pie pasando de largo a su madre y abriendo la puerta a casa.

- Frank.- Con la voz de Linda de fondo haciéndole parar.

El tatuado volteó a verla sin ninguna expresión, pero Linda lo veía claramente, su hijo estaba hundido en si mismo, estaba mal.

La desgracia en su mirada, el dolor en su persona.

Quién era ese hombre y que había hecho con su bebé!?

- Esta bien.- Le repitió él.- Estoy bien.

- No, no lo estas!, te arruinó la vida!, escúchate!, enamorarte de un maldito loco que te secuestro!?, Frank por Dios!, tú amas a Jamia!- el castaño respingó apretando el agarre a la puerta. Ladeó el rostro y se relamió los labios.

- Claro. Es mi mejor amiga y la madre de mis hijos. Siempre la amaré. Es mi mujer.- Afirmó.- Lo que siento por Gerard...

- Gerard!- Repitió ella. Frank le restó importancia al tono de irritación y cólera usado por su madre y prosiguió.

- Lo que siento por Gerard podría pasar por una enfermiza obsesión. E incluso podía jurar que eso era lo que él sentía hacia mí cuando lo vi la primera vez que desperté en su casa.- Recordó.- Pero...- Linda veía atónita a su destruido hijo. Solo quería matar a ese Gerard por arruinarle la vida a la persona que más amaba en el mundo.- No. Es amor. Es amor mamá. Es enfermizo por qué nos necesitamos el uno al otro para seguir, pero es amor!!- Expresó de manera exasperada.- Y ahora renunciaré a ello por el amor que le tengo. Por qué quiero que este bien y que nadie nunca se entere de esto. Confío en ti mamá, confío en que nunca dirás lo que te he contado hoy por qué es algo que necesitaba decirle a alguien, y así enterrar. Quiero seguir con mi vida, y te prometo que todo estará bien, así que quiero que esta conversación quede como si nunca hubiese existido.- Pidió. Linda entonces sintió ese sufrimiento. Su voz temblaba, su cuerpo igual.

Solo pudo asentir vagamente y luego ver cómo el tatuado entraba a casa de nuevo.

Y en la rendija de la puerta, mirar a su hijo que caminaba casi sin motivo entre los pasillos de su hogar.

***
Capítulo relleno y popó y relleno, y sin sentido y bah, no sé :b

Supongo que solo quería alargarles la historia y no me salió muy bien pero, el próximo ya se continúa normal con el Gerardo

:b

Las amo ❤️🌻

Enfermiza Obsesión. ||Frerard||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora