Capítulo 9

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El frío de los azulejos ya comenzaba a calarme en las plantas de los pies, había bajado la tapa del excusado para sentarme y concentrarme en la imagen de mi reflejo deformado que brillaba en el suelo, aunque no lo observaba realmente, tan sólo intentaba perder el mayor tiempo posible.

Había dejado el cambio de ropa de hoy extendido sobre la cama.

Mi cabeza no dejaba de remolinarse entre un montón de pensamientos.

La contestadora de mi alcoba mostraba ocho mensajes pendientes de los cuales no pude continuar escuchando después de iniciar el segundo, escuché la voz de Peter preguntando por mi nombre y de inmediato presioné el botón de borrar mensaje. El primer mensaje era de Christina del sábado en la noche, hablaba de algo acerca de un vestido que necesitaba comprar y deseaba que la acompañara. La verdad olvidé todo después de escuchar la voz de Peter.

Los siguientes mensajes también fueron hechos por Peter y Christina, a excepción de uní que era de la compañía de cable por un retraso de pago.

Finalmente decidí a levantarme y me encaminé a la habitación, busqué un par de calcetines, pero recordé que no había recogido la ropa de la lavandería. Bajé las escaleras y en el momento en el que me dirigía a la puerta del sótano vi un halo de luz reflejado en el suelo, la puerta del estudio se hallaba entreabierta. Dante se encontraba adentro observando los largos libreros en las paredes.

La luz de la mañana se colaba por las cortinas color crema matutina que atravesaba las altas cortinas color crema de las ventanas quedando en el cuarto un tono pardo.

Dante avanzó a uno de los estantes y sacó un libro.

La puerta emitió un chirrido al tomar la perilla.

-Por un momento creí que estaba en la oficina de NovaTec, -examinó las páginas- pero no hay colores chillantes y afiches en las paredes con uvas aterradoras -cerró el libro levantando motas de polvo-, y claro, todo está ordenado. -Levantó el libro mostrándome la portada-¿No crees que esta es una lectura un poco pesada para ti?

En el título del libro se leía "Neurocirugía de urgencias" con gruesas letras rojas.

-Aquello parece más de tu interés.

En la otra hilera de estantes a sus espaldas se encontraba repleta de libros de arte y alguno que otro de historia y filosofía.

-Ningún libro es mío -contesté tomando el que tenía entre sus manos y volviéndolo a acomodar-, todos son de mis padres.

Dante elevó una de sus gruesas cejas.

-Mi madre es neurocirujana y mi padre un profesor de historia del arte.

-Claro, ahora recuerdo, en tus archivos decía que tu madre era una de las doctoras titulares del hospital hipocrático. Y tu padre, es catedrático en la Universidad de Eudebba, ¿cierto?

Mantuve silencio por un tiempo mientras limpiaba con mis dedos la capa de polvo que había sobre las orillas de los estantes.

-Creo que la información que te dieron estaba un poco desactualizada, ellos ya no están aquí.

Sacudí mis manos en los costados de mi pantalón y me dirigí a la puerta.

-Oh... lo siento.

Resoplé una risa en mis labios evitando que escapara.

Bajé a la lavandería y tomé los primeros calcetines que vi sin molestarme y ver si eran par. Regresé por mi mochila y tomé un plátano y una magdalena al pasar por la cocina. Al llegar a la sala volví a encontrar a Dante, observando fijamente un retrato que colgaba sobre uno de los muros.

PAR [normal] - Nuestras distintas fotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora