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En un inmenso bosque, plagado de flora y fauna hay una colina y allí se encuentra un dollo, rodeado de miles de árboles, de bellas flores y un riachuelo que va colina abajo...Es un paisaje sin igual, las ardillas y los mapaches sé logran ver mientras corren o saltan entre los árboles.
Dos niños y una adolecente están en este bello sitio, los tres jugaban, con el agua y las plantas parecían las perfectas vacaciones pero ninguno tenía idea de lo que el destino tenía preparado para ellos...A lo lejos un alto hombre de anteojos los miraba.
Su vestimenta era simple, lleva un jeans azul, una camisa negra, unas tennis blancas con un toque de negro y su cabello luce desordenado dejando que los colochos salten en diferentes formas y direcciones...

-Ustedes son el arma que defenderá el futuro y estoy seguro que acabarán esta guerra- Analizaba estas palabras en su mente y a su vez avanza hacia los niños...

La mayor carga en su vientre a un bebé, una temprana edad a quedado embarazada, el padre a desaparecido como la arena en el viento se disuelve sin embargo sus hermanitos han sido su apoyo ante su sufrir, en medio de risas y juegos la tarde se hizo notar poco a poco el sol se escondía, dando paso a una calmada noche.Dentro del dollo los niños estaban sentados observando al hombre con sus manos en la espalda, parecían esperar órdenes como en el ejército...

-Acercate- Exclamo el hombre extendiendo su mano a su hijo menor, la luz de las velas sé reflejo en sus lentes y por un segundo salieron sus ojos cafés con los cuales observaba a los niños

Tiernamente sonrió a su padre e inocentemente lo miro, a sus cuatro años no lograba entender que pasaba pero para sus ojitos casi negros parecía un juego, ama a su padre, es su super héroe y su mayor afán es ser como el..

-Tienen que estar cerca, son guerreros distintos, cada uno complementa al otro, si luchan codo con codo serán imparables- Repuso el hombre mientras se ponía en cuclillas para así estar a la altura del niño...Se quito los lentes, para mirar a su hijo por unos segundos el silencio invadió el dollo, la sonrisa de un inocente niño chimuelo era la único que sobresalía ante este momento, las lágrimas bajaron por su rostro, beso a su retoño en la frente -Perdona a tú padre por robar tu inocencia y enviarte a la muerte- Grito en su mente con su corazón destrozado...
Segundos después colocó un dedo en la frente de el niño, una luz incandescente lo rodeó, el negro de sus ojos fue borrado y por unos instantes se tiñeron de rojo, sus encías vacías ya tenían dientes blancos y relucientes, su sonrisa fue censurada en su lugar apareció un simple sonrisa sin mostrar sus dientes que se colgaba de su mejilla izquierda, y en sus manos se formó una amarga cicatriz representando sus despertar y su nuevo nacer como elegido al igual que sus hermanos

-Ya no son hermanos sólo de sangre si no que también de espíritu, es pronto para que entiendan mis palabras pero se que lo harán- Dijo el padre mientras salía de esta habitación con escasa luz.

~ Nuestro padre sólo nos podía enseñar los caminos, nosotros deciframos los misterios y secretos que ellos ocultan, pero siempre trató de hacernos cada vez más y más fuertes~

Al día siguiente los rayos del sol iluminaban un campo de combate y entrenamiento, las figuras de madera y hierro daban una pincelada de arquitectura, de sus muros colgaban muchas armaduras unas muy antiguas y unas modernas e incluso únicas en su clase, en una enorme mesa está en el centro, sostiene sobre su peso al menos cien armas de distintos tipos, formas y épocas, un mercenario medieval se hubiese llevado la mejor sorpresa de su vida { hachas, mazos, arcos, dagas, espadas, baculos, lanzas, shurikens, kunais, látigos, etc}. Es la mas grande colección de armas que alguien pudiese tener.

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