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La joven corrió lo más rapido que podia ya que estaba en una habitación lejana a la de sus hermanos... Al estar cerca de Iyiro lo que vio causó que sus ojos saltarán de sus párpados casi apunto de salir, la lápida de hierro fue destrozada en miles de pedazos casi invisibles, ante la vista son solo polvo..

Los ojos de Iyiro aun lloran, en cada lágrima que recorría su rostro se tortura con los gritos desperados de Bertseker...

-Se lo que piensas pero no- Exclamó el padre siendo interrumpido por un golpe de su hijo, sin mucho esfuerzo lo detuvo con la palma de su mano sin embargo junto a este golpe una pequeña tormenta de viento lo empuja varios metros hacia atrás, desprendió sus vestimentas dejando sólo tirones de tela sin forma o sentido alguno.Con sus pequeños pies se movió más rápido que el viento presenté, el segundo golpe fue efectuado en el estómago de su padre pero este no tuvo efecto alguno sólo un sonido dé un gran impacto y su pequeña mano fue detenida en seco por un armadura de piedra naciente de los poros de este hombre...
Suspiró como si estuviese cansado y con dos de sus dedos lo reprendió justo en su pecho inmediatamente callo inconciente al suelo


-Se que puedes hijo mío confío en ti- Exclamó en su mente mientras se voltea colocando sus manos en la espalda y camina rumbo a cambiar su vestimenta estropeada... Naroa corre para sujetar a Iyiro, sus ojos están sin color alguno, sus pupilas están apagadas, sus piel es más fría que el mismo hielo y sus pulso es muy débil...Sin pensar ni decir nada lo recuesta en su regazo con una sonrisa infantil en el rostro.La armadura de rocas tenía grietas, paso sus dedos para inspeccionar el leve dolor en su abdomen , al abrir su boca derramo unas cuantas gotas de sangre y de su mano derecha salía humo..

-Es estúpidamente fuerte, su fuerza bruta, tu inteligencia y su carácter los harán los tres mejores guerreros- Susurro al mismo tiempo que se vestía...

~●~

Con temor Bertseker abrió uno de sus ojos para revisar si ya estaba asalvo

-No está tengo que salir de aquí pero debo salvar al cachorro- Grito en mente, al ponerse en pie todo su cuerpo le dolía, aún que fuese un elegido su cuerpo es humano y aún peor es un niño todavía...
Sus pasos son lentos, suaves y cuidadosos, arrastra un pie y se sujeta el hombro derecho.Al cabo de una caminata larga de dos horas encuentra al lobo en un río de agua helada, el animal no se mueve si quiera parpadea, a distancia parece que a muerto de una hipotermia o por sus heridas...Gira su cuello a todos lados e inspecciona todo de una manera muy meticulosa con sus ágiles ojos para evitar alguna emboscada, un par de pasos más se posiciona ante el animal su cuerpo no presenta signos de vida pero luce como un cristal, al acariciarlo un pequeño crujir se escucha, donde finaliza este sonido incia un grieta acompañada de unas partes de hielo que salen expulsadas en distintas direcciones, el lobo es una escultura de hielo rota.
Unas gotas de sudor pasan por su rostro al caer estas se rompen como un cristal al ser golpeado, la nieve se transforma en cristal traslucido sin el mayor esfuerzo se podría divisar lo que ocultan las profundidades oscuras de la nieve.Está extraña forma del hielo cubre toda la montaña incluso a Bertseker


-Eres predecible niño, caiste en mi trampa- Retumbo la voz de este misterioso hombre pero su forma física no es visible - Crees fielmente en tu capacidad para controlar el agua y el hielo a tú gustó pero tu mente es lenta, ella te engaña antes de que pienses en algo yo ya e creado diez formas para enfrentarlo- Resito el niño en forma de verso, una sonrisa pícara se colo en sus labios y se puso en pie sin nesecidad de quitar o hacer a un lado el cristal adherido a su piel, extendió su mano derecha -La energía no se puede destruir o crear es algo que cualquier tonto lo sabe inlcuso tú, el elemento que tu crees tuyo realmente no es tu pertenecía, su verdadera dueña es la energía y a diferencia de ti la energía obedece mis órdenes- Grito con furia y mucho orgullo Bertseker y a la ves cerraba su mano lentamente, el cristal de todo el lugar sé volvia agua con cada paso que avanza.
La pupilas de el terrorífico hombre se volvieron aún más rojas y se transformó en un inmenso lobo negro -Yo soy tu demonio, soy tu temor, soy tu delirio, soy tu muerte y has venido a este mundo para servirme- Exclamó la bestia sin mover su hocico


-Nuevamente te equivocas- Contestó el niño.

~Para un elegido como nosotros la energía es manipulable y está puede tomar la forma que tu mente desee darle~

Por un momento cerró sus ojos, la bestia no perdió tiempo y atacó con una fuerte embestida, en la cintura del niño apareció una katana.Con gran habilidad desenvaino esta delgada y filosa obra de arte, sin abrir sus ojos movió su cuerpo despacio y con calma para esquivar ala bestia, instintivamente el animal se dio la vuelta para atacar con una mordida a una distancia muy corta de su rival detiene sus mandíbulas y un click produce un eco que invade la realidad espiritual y la ralidad física.

-Usaste tu arma hijo mío- Pensó orgulloso su padre evitando sonreir para no perder el perfil de maestro disciplinado con los niños...

El arma ligeramente se desliza para ser guardada al finalizar este proceso, un corte aparece en la bestia partiendola en dos mitades, su cuerpo se disipa junto a todo el lugar de nieve y hielo...Dolorosamente abre sus ojos sé encuentra en la misma habitación en la cual meditaba cuando fue transportado al mundo espiritual para realizar su prueba y así descubrir su guía animal, sus heridas siguen allí a pesar de ser una lucha espiritual y de poco tiempo todo lo que le suceda en ese mundo también le sucederá en el plano físico, con las piernas cruzadas está sentado en el centro de esta habitación con solo una vela como luz y con el suelo de madera -E ganado, lo hice- Se repetía una y otra y otra vez así mismo, al tratar de mover su cuerpo el dolor le paralizó de pies a cabeza, en su espalda unas uñas  muy diminutas hacen sonar la madera con unos ligeros pasos -¿No terminó, quien es, quiere?- Desesperado alzó el tono de su voz para hacerse sonar aun fuerte de la nada cuatro papitas escalaron su espalda hasta llegar a su cuello sólo para dar un pequeño salto al centro de sus piernas, su dolor desapareció al ver al cachorro que el salvo ahí a su lado inmediatamente lo sujeto para acostarse en el suelo abrazondolo y riendo a carcajadas....

Los Elegidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora