1: Tres hombres y un serio

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~ Robert  McLauren~

Los días era brillantes como cada junio en la ciudad de Napa en California, el calor era más de lo normal, pero eso no evitaba que la población estuviera alegre como siempre y fuera amable con los turistas que llegaban a visitar la ciudad como cada año. Napa era una ciudad pequeña a comparación de sus vecinos en el Estado de California, el gran rio de napa, sus valles verdes, agricultura, su gente amable y su arquitectura sencilla pero cautivadora lo hacían un lugar acogedor para cualquiera que quisiera unas vacaciones tranquilas.

Robert McLauren, un chico de 21 años estaba sentado en una banca afuera de una panadería comiendo un bísquet delicioso a su paladar, estaba recién horneado y ese momento de tranquilidad se esfumó cuando su celular empezó a vibrar como loco, se trataba de su amiga y psicóloga que estaba llamándole.

— ¿Qué quieres Amelia? — Dijo con una cara seria mientras seguía comiendo su pan recién horneado, saboreando lentamente aquel intenso sabor a mantequilla y canela.

— ¿Así le contestas a tu mejor amiga? Eres de lo peor Robert siempre te he apoyado para que me salgas con esto. — Pequeños sollozos se escuchaban al otro lado de la línea; el joven solo rodó sus ojos al escuchar los sonidos; serio continuó comiendo su pan.

— Sabes perfectamente que a mí no me engañas con eso. — Contestó sin pena alguna.

Estás más frio que de costumbre, me agradas más cuando estas de mejor humor. Deberías aprender de mí. — Dijo la chica orgullosa.

— ¿Aprender de ti? Me dice eso la chica que se emborracha y después llora en mi hombro a cada rato, no gracias. Prefiero tener mi orgullo intacto. — Replicó el chico comiéndose el último bocado de su desayuno.

— Por lo menos deberías intentar reír, te hará bien. Nadie te entiende Robert McLauren. Oye... ¿Qué no deberías estar camino al trabajo? — Cuestionó la mujer al otro lado de la línea.

— Estoy en ello... — Se fijó en su reloj y el chico se puso de pie para seguir su camino. — Andaba desayunando. —

— No puedes llegar tarde en tu primer día, que dirá tu jefe de ti. Tienes mucha suerte de trabajar con el sexual y sensual Philippe Montesco. —

— ¿Sexual y Sensual? ¿Acaso es un juego de palabras? — Robert sintió una sensación reseca en su garganta, necesitaba agua y estaba seguro de que en la oficina habría algún despachador de agua con conitos de papel, por lo que su caminata se volvió un poco más rápida con tal de llegar rápido. Su amiga se empezó a reír del otro lado.

— Para nada, son palabras para definir a tu querido jefe, mi cielo. Es sensual porque a pesar de su casi decalustro es todo lo que una mujer busca en un hombre maduro: Fuerte, hermoso, con sus canas que muestran su experiencia de la vida y es rico. Y tambien es sexual porque se corren rumores que es toda una máquina de hacerlo que te hace llegar al punto más de una vez... — Sonidos extraños se escuchaban de la voz de su amiga, por lo que nuestro protagonista reaccionó casi al momento.

— ¿Estás bien? — Lo sonidos continuaron hasta que un gran gemido se escuchó. — Oh por dios Amelia ¿Estas teniendo un orgasmo? — Preguntó cerrando los ojos tratando de borrar todo pensamiento que pudiera crearse y haciendo todo lo posible para borrar aquellos sonidos obscenos de su memoria.

— No puedo evitarlo. Ese hombre es una de mis fantasías... Robert por favor prométeme que me lo presentaras algún día. — Las suplicas de la mujer se hicieron eternas, pero no podía decirle que no a la mujer que era su mejor amiga

Trio de Amor  (LGBT)  ~ 2da Temporada: Próximamente ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora