Ataque de pánico

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Nico no está seguro del por qué. No está seguro de que lo causó. Todo lo que sabe es que está sentado en el suelo de su cabaña, con sus rodillas contra el pecho, inhalando y exhalando en cortos y temblorosos jadeos. Llorando, temblando, hiperventilando. Un ataque de pánico.

Repentinamente Nico siente una mano en su hombro y se congela, conteniendo la respiración por un segundo hasta que explota nuevamente en otro estremecedor sollozo cuando ve quien es. Ni siquiera oyó entrar a Will Solace, pero ahí está él, agachado junto a Nico con la preocupación escrita por todo su rostro.

Nico, instintivamente, sacude su hombro apartando la mano de Will y hunde la cabeza entre sus rodillas, no queriendo que su novio lo vea así.

—¿Qué ha pasado? ¿Qué ocurre?, —pregunta Will, su voz es suave, como si estuviera hablándole a un niño.

Por lo general, Nico se enojaría por esto, consideraría ese tono como uno condescendiente. Pero ahora mismo no le molesta. Se siente como un niño. Un estúpido, niño egoísta. Ante este pensamiento, otro fuerte sollozo se le escapa, su respiración aún más temblorosa que antes. No está recibiendo suficiente oxigeno, causando que sus manos se entumezcan.

No puede dejar de temblar e hiperventilar lo suficiente para hablar, pero logra encogerse de hombros y niega con la cabeza, esperando darse a entender.

—No lo sé.

—Bien. De acuerdo. Tienes que respirar, —dice Will. Ahora está sentado al lado de Nico, pero no demasiado cerca de él, pareciendo respetar el hecho de que tal vez no quisiera ser tocado en ese momento.

Nico vuelve a negar con la cabeza.

—No puedo. —Su voz es más suave que un susurro.

—Si puedes. —dice Will—. Inhala por cinco segundo, exhala por cinco segundos.

Nico lo intenta, realmente lo hace, y se las arregla para inhalar por cinco segundos, pero su exhalación es breve y temblorosa como antes. Se odia a sí mismo por tener un ataque de pánico. Se odia por poner a Will en esta situación.

—Está bien. Vuelve a intentarlo. Lo haremos juntos, —ofrece Will—. Inhala y exhala.

Así que Nico inhala cuando Will inhala y exhala cuando Will exhala. Aún está temblando, pero lo hace. Instantáneamente se siente un poco más tranquilo.

Will hace que Nico haga esto un par de veces más hasta que la sensación vuelve a las manos de Nico y él se haya calmado lo suficiente para hablar.

—Lo siento. —dice Nico.

—No hay necesitad de disculparse. —responde Will.

—Debería haberte dicho que te fueras. Debería haber lidiado con esto por mi cuenta, —insiste Nico—. No me gusta volcar mis problemas en otras personas. Se siente como si estuviera siendo manipulador.

Will niega con la cabeza.

—No lo eres. No estás "volcando tus problemas en mi" o siento manipulador. E incluso si me hubieras dicho que me fuera, me hubiera quedado. Necesitabas ayuda, ya sea que lo quisieras o no, así que ayudé. Para eso estoy aquí.

—No te merezco. —dice Nico.

—No, no, no, nunca digas eso. —Will dice envolviendo un brazo alrededor de los hombros de Nico, acercándolo más, y Nico se lo permite, incluso si su cerebro aún sigue gritando: NO LO MERECES. NO LO MERECES. NO LO MERECES.

Nico le dice que se calle. Porque tal vez no merece a alguien que lo cuide como Will lo hace, pero eso no significas que no pueda disfrutarlo mientras dure.

—Te amo. —Nico susurra después de unos minutos de silencio.

Will besa su mejilla.

—También te amo.

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