Colección de One-Shots

De riñas juguetonas a grandes peleas

Las habituales riñas juguetonas entre Nico y Will se han convertido en una gran pelea. Y ahora ellos dos no se hablan.

Desde que él y Will habían estado juntos, Nico había sido feliz. Estaba menos triste, era menos aterrador, menos intimidante. Pero ahora un aura de oscuridad parecía rodearlo, una vez más. Siempre que Will pasaba junto a él, finas grietas aparecían en el suelo.

Will, también, estaba sintiendo los efectos de la pelea. Nunca antes había tenido miedo de Nico, pero ahora se mantenía alejado. Incluso cuando sentía el impulso de disculparse, no se atrevía a acercarse al hijo de Hades.

Habían pasado semanas desde que habían hablado y eso estaba matándolos lentamente, todo el campamento podía notar eso. Casi todo el mundo había intentado hablar con cada uno de ellos por separados.

—Sólo conversen. Se sentirán mejor.

Eso normalmente termina con Nico convocando zombis para perseguirlos y con Will ignorándolos hasta que se iban.

Tiempos desesperados exigen medidas desesperadas, por lo que un grupo de unos diez amigos de Nico y Will se reunieron para hacer un plan para hacer que volvieran a hablar.

Fue Leo quien lo sugirió, sobre todo como una broma, pero de algún modo parecía la mejor opción.

—Sólo hay que tirarlos a un pozo profundo en medio de la nada y dejarlos ahí hasta que se maten o arreglen las cosas.

Por supuesto, existía la pequeña posibilidad de que realmente podrían terminar matándose, pero todo el mundo estaba harto de que se ignoraran y que por ello causaran problemas en el campamento. Sacarlos del camino cuando menos, era atractivo para todos.

No fue fácil hacer el hoyo y no fue fácil lograr que los dos cayeran en él, pero se las arreglaron.

—¡Diviértanse! —dijo Percy, antes de que él y el resto de su grupo los abandonaran.

Inmediatamente, el suelo delante de Nico se abrió y una mano esquelética saliera trepando, seguido de un brazo esquelético, seguido de un...

—Espera, Nico. —dijo rápidamente, antes de que perdiera valor. Cautelosamente miró el esqueleto.

Nico agitó una mano para despedir al esqueleto y el suelo volvió a cerrarse. Se cruzó de brazos y no dijo nada, solamente miraba a Will.

—¿Por qué estamos peleados? —Will preguntó.

—No lo sé. Pero tú empezaste. —Nico respondió.

—¡No lo hice! Tú... —Will se detuvo y suspiró—. ¿Acaso tenemos doce? Vamos.

Nico no respondió. Se apoyó contra la pared detrás de él y aparto la mirada.

—Odio esto. —murmuró Will.

Nico puso los ojos en blanco.

—Nuestros amigos nos atraparon en un foso. También odio esto.

Will negó con la cabeza.

—No, no es el que estemos atrapados aquí. Odio que estemos peleados.

Nico guardó silencio por un momento hasta que en voz baja habló.

—Yo también.

—Entonces... ¿podemos besarnos y reconciliarnos ahora o qué?, —preguntó Will. Su habitual sonrisa juguetona estaba de vuelta en su rostro, pero su voz vacilaba.

—Por supuesto, —dijo Nico.

Will dio unos pasos adelante, sosteniendo a Nico, contra la pared, por sus caderas y besándolo. Al inicio fue un beso lento y suave, pero rápidamente se hizo más intenso, ambos chupándose mutuamente como no lo habían hecho en semanas.

—Dioses, había extrañado esto. —Will dijo mientras se apartaba, su mano en el rostro de Nico—. Te he extrañado.

—Yo también. —dijo Nico antes de jalar a Will a otro beso.

Cuando Leo se acercó sobre Festus para revisarlos y vio que se besaban, presionados contra el otro, gritó:

—¡Vaya! Ustedes dos, dejen espacio para Jesús.

Nico y Will rápidamente se separaron, Nico sonrojándose y Will sonriendo tímidamente.

—Me mandaron a revisarlos, pero parece que están bien, —dijo Leo.

—Sí, —dijo Nico—, ¿Vas a sacarnos de aquí?

Festus se sumergió, cogiéndolos en sus garras y llevándolos de nuevo al campamento.