Justin Bieber terminó de beberse su taza de café y la dejó sobre la mesita que estaba a su lado. Sus ojos se mantenían siempre fijos en la mujer que tenía al frente. Ella había llegado hace cinco días por un ataque al corazón y desde entonces ha permanecido inconsciente, y había algo en ella que le llamaba la atención a Justin. Algo sumamente extraño. Algo inexplicable que le hacía imposible poder apartar sus ojos de aquella mujer. Su nombre resonaba en su cabeza una y otra vez.
_____ Mills.
Suspirando, él se inclinó sobre la silla apoyando sus brazos sobre sus muslos y la contempló. _____ estaba acostada sobre una cama a una esquina de la habitación, con las sabanas cubriéndole hasta el pecho y los brazos extendidos sobre el colchón. Vistiendo una simple prenda que las enfermeras le habían colocado al cambiarla de ropa, para él ella era sumamente atractiva. Hace tres días _____ había sido sometida a una cirugía para transplantarle el corazón, y aunque había estado en un estado crítico que casi la lleva a la muerte, afortunadamente Justin actuó rápido y logró que la cirugía fuera todo un éxito. Prácticamente él le había salvado la vida. Y de algún modo, a Justin le aliviaba el hecho de que _____ aún siga con vida. Inconsciente, pero viva.
Ella era tan hermosa.
Justin se levantó de la silla y lentamente se le acercó. El único sonido que se escuchaba en la habitación era la máquina que anunciaba el ritmo cardiaco de _____; bip, bip, bip. Los labios de ella estaban tentativamente cerrados, llenos de sensualidad y no necesitaban ser pintados por un color rojo fuerte para llamar la atención de algún hombre que quisiera saborearla. De por sí, sus labios ya eran rojos. Y Justin estaba haciendo un gran esfuerzo para no inclinarse y besarla. Su boca sin duda era la cosa más deliciosa que haya presenciado jamás.
- ¿Doctor Bieber?
Justin se volteó y miró a Ally, una de las muchas enfermeras del hospital quien se asomaba desde la puerta.
- Disculpe Doctor, pero lo están llamando para revisar a unos pacientes que están en la sala de espera esperando ser atendidos por algún Doctor.- dijo ella mientras le lanzaba una mirada caliente que él ignoró.
Justin volvió su mirada hacia _____. Después de varios segundos y aún sin apartar los ojos de ella, él asintió.
- Dame un segundo, Ally. Estaré allá enseguida.
Ally le frunció el ceño, pero finalmente asintió y abandonó la habitación. Justin miró la preciosa cara de _____ y delicadamente le apartó un mechón que estaba sobre su mejilla, sólo entonces para llevarse el mismo mechón a la nariz y aspirar profundamente. Ella olía tan bien. Inconscientemente, Justin se inclinó y enterró su nariz en su cabello para embriagarse con su olor. Y era exquisito. La fragancia de frutas y rosas llenó su cabeza con una satisfacción que lo hizo endurecerse de inmediato. Su pene se tensó, sacudiéndose por debajo de sus pantalones. Justin cerró los ojos y suspiró para luego frotar la cara contra la suavidad de su pelo y susurrarle al oído:
- Eres… preciosa.
Justin a medio esperó a que _____ se moviera. O se despertara. Pero no pasó nada. Ella se mantenía inmóvil como una estatua. Justin se alejó un poco y de pronto una extraña sensación de tristeza invadió su corazón.
Él quería que ella se despertara.
A pesar de que la cirugía de transplante al corazón salió bien, el cuerpo de _____ no fue lo suficientemente fuerte como para recuperarse de inmediato y cayó en un coma profundo. Nadie sabía cuándo _____ despertaría. La única opción que quedaba era esperar. Y Justin odiaba esperar.
Justin besó la frente de _____ y luchó contra el deseo de querer bajar sus labios hasta la boca de ella y besarla. Luego se apartó y caminó hacia la puerta. Al abrirla, él la miró por última vez sobre su hombro, deseando que _____ se despertase y lo mirase a los ojos. Pero nada de eso ocurrió. Justin bufó al darse cuenta del rumbo que tomaba sus pensamientos y puso los ojos en blanco antes de salir de la habitación. Él quería sacarla de su cabeza.
El problema era que Justin no podía.