- Buenos días, _____.
Justin besó la frente de _____ y luego la observó. Se había transformado en una rutina que él ya se acostumbró. Al entrar al cuarto, Justin la saludaba besándola en la frente y al momento de irse repetía el procedimiento. Hoy, él se sentía un poco más tranquilo. No había tanta gente en el hospital y aprovechó la situación para ver a _____ unos pocos minutos. De alguna forma, al momento de estar con ella, lo hacía sentir en paz. Toda tensión en su cuerpo desaparecía al momento de entrar a la habitación y mirarla. Oh, lo que daría él por verla despierta…
Justin ahuecó la mejilla de ella en la palma de su mano y dulcemente le acarició el pómulo con el pulgar. La esquina derecha de su boca se levantó al sentirla cálida y suave bajo sus manos. La piel de _____ ya no estaba pálida o fría, sus mejillas habían adquirido un rosa pálido que la hacían ver aún más preciosa y él mismo podía decir, que poco a poco, ella estaba mejorando.
- Hermosa.- murmuró, pasando su dedo pulgar por el labio inferior de ella y acariciándoselo suavemente.- tú sí que eres hermosa.
Justin le besó los párpados, la nariz y las mejillas, deseando que de ese modo lograra despertarla, pero se vio obligado a detener su sesión de besos cuando recibió un mensaje de Minny a su celular, avisándole que lo necesitaban para atender a unos pacientes. Suspirando, él besó la frente de _____ y dejó sus labios pegados a su piel unos pocos segundos antes de apartarse.
- Te veo después en el almuerzo.- le dijo y la besó rápidamente otra vez en la frente.- adiós, linda.
A Justin le sorprendió que le costara tanto separarse de ella. He incluso le dolió salir de la habitación y hasta podía sentir su corazón latir cada vez más rápido por el impulso que sentía en ese momento por regresar a la habitación, tomar a _____ en sus brazos y acunarla sobre su pecho para no soltarla jamás. Por supuesto, él no hizo nada de eso. Decidiendo ignorar esos absurdos pensamientos, Justin sacudió la cabeza y comenzó a caminar por los pasillos.
A la hora del almuerzo, Justin llevaba en las manos una taza de café y el típico sándwich que comía todos los días. Caminaba apresurado por los pasillos del hospital en dirección al cuarto de _____. Ansiaba poder mirarla y sentarse a su lado. Poder tocarla y susurrarle frases cariñosas al oído. Decirle cuánto quería que se despertara.
Justin se detuvo al seco al darse cuenta que la puerta estaba entreabierta. Frunciendo el ceño, él abrió un poco más la puerta hasta darse cuenta que había un hombre en la habitación. Se lo quedó mirando fijamente. Él estaba sentado en una silla al lado de la cama de _____, tomando su mano sobre la suya y besándola dulcemente en los nudillos. Cuando la miró, Justin notó la tristeza que llenaba sus ojos y eso, de algún modo extraño, lo incomodó.
Justin tomó aire antes de tocar tres veces con los nudillos en la madera maciza de la puerta y entrar a la habitación. Casi de inmediato, el chico se volteó y lo miró.
Justin clavó sus ojos en la mano de aquel chico, deseando que por un segundo soltara la mano de _____. Pero al ver que él no la soltaba decidió finalmente hablar.
- Doctor Bieber.- se presentó, alargando la mano hacia él.
El chico finalmente soltó la mano de _____ y se levantó para estrecharle la mano. Justin lo examinó por breves segundos. Él tenía el pelo castaño, lo suficientemente largo como para que le cayera sobre la frente. Sus ojos eran de un color marrón oscuro, y vestía una simple camiseta blanca de cuello “V” que combinaban con sus pantalones negros. Tenía un arete en la oreja derecha y unas Ray-Ban que colgaban desde el cuello de su camiseta. A simple vista, Justin calculó que tenía más o menos la misma edad que _____.
- Hola, Doctor. Me llamo Travis. ¿Es usted el Doctor que está a cargo de _____?
- Si.- respondió, mientras dejaba su café y su sándwich sobre la mesa que había al lado de _____.
- ¿Desde hace cuánto tiempo ella está en coma?
- Un poco más de un mes.
Justin lo oyó maldecir por lo bajo y luego frotarse la cara con frustración. De pronto, una idea se cruzó por su mente, que una vez que pensó en eso, no pudo quitárselo de la cabeza.
- ¿Es usted el novio de la señorita Mills?
- No. Bueno, aunque me hubiese gustado serlo.- dijo, como si estuviese pensando en ello. Justin se aguantó la necesidad de querer fulminarlo con la mirada.- soy solo un amigo suyo. No la había visto hace tres meses, desde que nos licenciamos de la universidad. Yo había tomado unas vacaciones junto con mi familia en Inglaterra. Siempre le enviaba mensajes de texto, pero jamás ella me contestaba y supuse que estaba demasiado ocupada como para responderme, porque yo sabía que ella estaba buscando un trabajo. Pero cuando regresé a la ciudad.- tragó saliva y miró hacia _____. Se calló por unos segundos y cuando habló, la voz le tembló.- traté de llamarla, se lo juro, Doctor. Fui a su departamento pero no me abría la puerta. Pensé que estaba enojada o algo así conmigo, hasta que un vecino me dijo que ella estaba… en el hospital. Le juro que vine apenas supe aquí al hospital. Jamás pensé verla en esta situación… ella siempre era tan alegre… no se merece nada de esto. No. Ella… ella merece ser feliz.
Entonces, Travis se llevó las manos a la cara y se echó a llorar. Justin se compadeció de él y trató de confortarlo dándole palmaditas suaves en la espalda y diciéndole que todo estaría bien.
Después de todo, Justin se había dado cuenta que no era el único que se preocupaba por _____.