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Pasaron el resto del día sin meterse al agua, por las dudas. Decidieron volver a casa cuando ya no había más sol qué tomar, ni comida para comer. Mientras cargaban las cosas en el auto, Chris se encontró con un amigo y se quedó charlando con él. Joanna se preguntó quién sería él. ¿Algún delincuente?

La playa los había agotado. Evan terminó lleno de arena porque se había caído unas cuantas veces jugando al beach voley. La única que no había participado era Verónica, porque tenía miedo de recibir un pelotazo en la cara. Ella había adquirido un perfecto bronceado, que Violeta envidiaba con su cara colorada. Jo se había llenado tanto de protector solar, que apenas se había quemado, y, otra vez, tenía el cabello hecho un desastre. Esta vez, por efecto del agua salada.

Se habían divertido muchísimo.

La novia de Evan se subió al coche y cerró sus ojos, en espera de los demás. Era bastante impaciente. Joanna no sabía cómo la aguantaba él.

─Por lo visto, todo resultó bien ─le comentó el chico.

─Sí. Deberíamos hacer esto más seguido, ¿No crees? ─Jo estaba contemplando el atardecer.

─Va a ser un poco difícil volver a reunirlos a todos, en especial porque no hay mucha afinidad.

─Sabes que eres lo único que todos tenemos en común, Evan. Si alguien puede reunirnos un día entero sin que nos matemos los unos a los otros, eres tú ─se dirigieron lentamente hacia el vehículo─. Me divertí.

─Me alegro. Necesitabas el descanso. Ya me estabas preocupando con esas crisis de ansiedad que tienes. De vez en cuando, hace bien olvidarse de todo y relajarse.

─Eres un experto en eso, ¿no?

Él se rió.

─Bueno, creo que es hora de regresar ─suspiró ella, mirando el coche.

─Un último favor, ¿Podrías ir por Chris? ─y lo señaló─ está por allá, con aquel amigo suyo. Yo no quiero ir porque el tipo ese me odia, desde que lo mandé a ya sabes dónde, porque no me quiso pagar una apuesta. ¿Lo harías? ─y juntó sus manos en forma suplicante─ Porfis...

─¡Está bien! ─exclamó ella─ ¿Cómo puede ser que me manipules de esta manera?

─Por que eres la mejor prima de toooodo el mundo ─le dio un beso─ ¡Gracias!

─Sí, sí... ─contestó ella, caminando hacia su vecino adorado.

Su amigo la observaba de manera alevosa.

─¿Ya nos vamos, Jo? ─quiso saber el músico.

─Sí. Evan nos está esperando.

─¿No vas a presentarme a esta muñeca? ─preguntó el hombre.

─No ─respondió Chris seriamente, tomando a la joven del brazo y llevándosela con él─ sigue caminando y no voltees, Jo ─le murmuró.

─¿Por qué? ¿Quién es él?

Su vecino se veía un poco alterado. Caminaba rápidamente para alejarse de su supuesto amigo y ella trataba de seguirle el paso, porque de lo contrario, la arrastraría. Estaba sujetándola con fuerza. Lucía muy nervioso.

La liberó cuando estuvieron a una distancia prudente.

─¿Qué fue eso, Chris?

—¿Qué fue qué? —se hizo el tonto.

El ángel de la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora