1
Con la llegada del verano también vinieron algunos problemas. Y no me refiero a problemas que generan dramas, no, más bien me refiero al hecho de que, aunque mi primer libro ha logrado dar la vuelta al mundo, los otros no tanto y eso genera un decrecimiento en ventas. Todas mis esperanzas están en esta segunda parte, la cual muchos esperan. Pero desde hace dos semanas no puedo escribir, nada me convence...
Ni la música me ayuda.
¿Quizás estoy pasando alguna crisis? ¿La intromisión de Yamada en mi vida ha afectado? ¿O es la reciente mudanza de mi hermano a unas ocho cuadras de aquí? No sé que sea, pero me estoy frustrando cada vez más mientras se van acumulando los papeles arrugados a mi alrededor.
Isae procura no molestarme...pero me molesta más el hecho de que se lleve a Haruki con Azumi, mi hermano (creo haber olvidado mencionar su nombre)... Uh, quizás sea la ausencia de Haruki en casa... Como sea, estoy a punto de darme cabezazos contra la máquina de escribir.
Pero soy salvada por el teléfono...uh, mi héroe. Sí claro.
—Yagami—Ni me fije en el número, podría ser cualquier persona.
—¡Yagami-san! —Ay, es Yamada. Justo ahora, ¿por qué? ¿Acaso no puede adivinar que quiero ahogarme en miseria? —. ¿Tienes tiempo?
—¿Para?
—¡Salir! Estaba pensando en que podíamos ir al parque o, si lo prefieres, a algún café. ¿Qué dices?
¿Salir? ¿Al mundo?
Miro hacia la ventana, cubierta por gruesas cortinas marrones. No sé ni qué hora es... no vendría mal, ¿o sí? Quizás ayude a despejar la mente...aunque es Yamada, no me dejará relajar la cabeza...
—De acuerdo.
—¡¿En serio?!
¿Eso fue el sonido de una silla cayéndose? Este tipo es muy efusivo. También se escuchó una queja del otro lado...
—Sí.
—Iré por ti, ¡llego en una hora!
Creo que alcanzo a escuchar el susurro de su voz antes de colgar, obviamente debido a que alejo la bocina del teléfono... Era un claro...
Aizawa, ¡¿puedes creerlo?!
2
Jamás imaginé que me traería a un café con gatos, hay varios y se ven muy bien cuidados. Se ve que son los reyes de este lugar. ¿Lo malo? Tengo dos encima...y no deberían.
—Siempre que te tocan pareces asustada, ¿por qué?
Hasta se tardó mucho en preguntar, aunque de todas formas no pretendo responder. Es algo muy mío, muy de mi familia.
—No te incumbe.
—No, pero puedes confiar en mí —Este hombre solo sabe hacer sonrisas torcidas, quizás le funcionen a las chicas que lo siguen, pero siempre que lo hace me dan ganas de borrarla de una patada (aunque sé que no lo conseguiré, es un héroe profesional).
—Si sigues sonriendo así menos ganas dan de decirte.
—Uh, que injusta. ¡Es mi sonrisa! —Oh, más reina del drama... al menos no ha sido tan fuerte como otras veces. Asusta a los gatos...
Me está mirando con una sonrisa, natural, sí, pero raro. Bueno, él es raro de por sí.
—¿Qué?
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The Poetry of your Heart || Present Mic
FanfictionSobre aquello que, a la larga, nos impulsa a seguir.