VII: Afecto

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1

No tengo idea de la hora, pero apenas hay claridad y no puedo distinguir mucho en la habitación. Me hubiera gustado despertar más tarde, pero el peso extra sobre mí me ha terminado por despertar. Siempre duermo sola, no me sorprende que cualquier cosa externa y muy ajena a mí me despierte.

Ayer seguimos hablando mucho más, principalmente del novio de mamá, del cual no sé mucho más que la edad; no lo había mencionado antes y prefiero no pensar en eso, pero es difícil ignorar el hecho de que tiene solo cuatro años más que yo. 

Y este no es el pensamiento con el que quería amanecer. 

Aquí el único problema es que es lunes y él se debe levantar pronto...

Cierro los ojos de nuevo, aunque ya no puedo dormir, no cuando él acaba de moverse y me respira en la oreja. Debí irme a dormir al sofá, al menos no lo tendría casi aplastándome, pero he de admitir que esta cama es bastante cómoda y el sofá en definitiva no lo es. 

No soportando más comienzo a zafarme de entre sus brazos, aunque es difícil hacerlo porque me tiene abrazada. 

—Ahg —Me muevo y eso parece poder despertarlo, pero solo consigo que me estruje más. 

¿Por qué tiene que pasarme esto?

Y doy gracias a que las madrugadas sean frías o estaría asfixiándome de calor por tanta cercanía.

Yo no estaba preparada para despertarme de esta manera. 

2

Lo veo ir de un lado a otro usando solo una toalla, parece tener la costumbre de volverse a bañar en la mañana porque, según me ha explicado entre su carrera por encontrar su chaqueta, es más fácil peinarse. Aunque no sé por qué usa el cabello para arriba, se le ve mejor cuando le cae por la espalda. 

Yo solo estoy esperando a que se vaya para volver a dormir, me había ofrecido —hace una hora— a prepararle desayuno, pero parece que tiene la costumbre de desayunar en Yuuei en compañía de Aizawa y Nemuri...creo que ese era el nombre de ella... en fin, eso me quitó la molestia de tener que levantarme de la cama, pero él hace mucho ruido aun estando en silencio y no me he podido volver a dormir. 

Aun así estoy hecha un tamal con las sábanas, viendo lo que hace. 

—¿Estás segura de que te quedarás aquí? —Habiendo encontrado la chaqueta, que estaba en el suelo del armario por alguna razón, se vuelve a mí. No sin antes dejar la ropa sobre la cama, aprovechando que no estoy cubriendo el largo.

—Sí. No me pienso mover a menos que sea necesario.

—¿No irás a casa? 

—No.

Él se quita la toalla luego de haberse puesto los calzoncillos, ajustado y de color negro...no sé que me estoy fijando en su ropa interior. Es simple igual que la de Natsuki. 

—Me estás mirando mucho —Hace el comentario manteniendo una sonrisa divertida, el tono fue algo elevado, pero no lo suficiente para ser molesto. Creo que me estoy acostumbrando a sus niveles elevados de voz. 

—No hay otra cosa que hacer...

Él ríe...este momento es tan fresco y no lo digo por el clima, el cual es ideal, sino por la tranquilidad que siento. 

—Si necesitas algo, la señora de al lado es muy amable, pero puedes llamarme. Tienes mi número —Tomo mi teléfono con algo de pereza y busco entre mis escasos cinco, ahora seis, contactos. Aparece una foto de él, es claro que se la tomo ayer, es la misma camiseta.

The Poetry of your Heart || Present MicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora