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Como odiaba los cambios, no eran otra cosa mas que su peor pesadilla. 

Prácticamente desde que nació había sido una persona acostumbrada a la rutina y la organización era su mejor aliada, por muy controlador compulsivo que eso sonase. El hecho de tener que mover su vida completamente de lugar se le hacía una verdadera e inquietante tortura y, además,  le tenía con los nervios de punta. Cuanto le hubiese gustado estar en su antiguo apartamento leyendo algún libro de Stephen King o viendo una serie en netflix. En ese minuto tan solo deseaba relajarse y no estar luchando con un sofá que no quería entrar por la puerta.

− ¡Mierda, Taehyung! −Suelta exasperado mientras siente como las gafas se le estaban cayendo− ¡Colócalo en diagonal o este maldito pedazo de chatarra no va a entrar!

Puede sentir como su mejor amigo suelta un suspiro de cansado. Habían estado al menos una hora intentando entrar el enorme sofá de cuero negro por la puerta sin resultado alguno. Parecía que el objeto no estaba dispuesto a darles ni siquiera una pequeña por más que insistiesen.

− Joder, Jungkook −Contesta Taehyung empujando nuevamente−. Esto te pasa por tacaño y no querer comprar uno nuevo, idiota.

− ¡Me gusta este sofá!

− Pensé que ahora que te nombraron editor dejarías de preocuparte en mantener tus cosas viejas y comenzarías a gastar en cosas lindas... Pero siempre serás un tacaño.

− Cállate, Taehyung. Solo empuja de una vez.   

No es que fuese tacaño, pensaba a el, aunque sonase poco creíble a Jungkook no le importaba tener más o menos dinero en sus bolsillos, la realidad de su problema erradicaba en que le costaba mucho despegarse de las cosas porque eran parte de su rutina. Si ya se le hacía bastante difícil comenzar una nueva vida en esta nueva ciudad al menos quería tener las cosas que le hacían sentir cómodo consigo, casi como un recuerdo de lo que era su vida antes del enorme cambio. Podría haberle dicho eso a su mejor amigo, pero sabía que Taehyung lo molestaría por ser un viejo quisquilloso así que prefirió callar.

De todas formas tenía bastante claro que el esfuerzo que estaba haciendo valdría la pena. Más que mal le habían ofrecido el puesto el puesto de Editor en la sección de Criminología en el periódico más importante de Busan. Aquello podía ser considerado fácilmente un logro a sus cortos 26 años donde la mayoría de los periodistas estaban con problemas de trabajo o amarrados a escribir columnas mediocres en revistas de chismes. Todo el asunto era un sueño cumplido, así que Jungkook se vio en la obligación de dejar su trabajo en la revista de crímenes de Daegu, su ciudad natal, y hacer el viaje hasta Busan para comenzar con un nuevo proceso en su vida. Aunque eso trajese consigo varios pros y contras que tenía bastante claros dentro de su cerebro.

Contra número uno: Se había alejado de su familia. Jungkook es hijo único y tiene una relación bastante cercana con sus padres. El hecho de dejarlos atrás le dolía pero sus dos progenitores le habían dicho que era una oportunidad que no podía rechazar así que ni siquiera existía la posibilidad de haberse quedado por ellos. Pro número uno: Taehyung, su mejor amigo, vivía en Busan hacía dos años. Ambos se conocieron en la Universidad de Daegu donde Jungkook estudió periodismo criminal y Taehyung estudió literatura universal. Se habían separado porque a Kim le ofrecieron un trabajo como profesor en la Universidad de Busan y este aceptó de inmediato. Mantuvieron el contacto por Skype y ahora Taehyung era el encargado de ayudarlo con la mudanza, lo que Jungkook agradecía de todo corazón. Al menos así no se sentiría tan solo en esta enorme ciudad.

Deadly ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora