Capítulo cinco🍼

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Primer mes.

SiCheng aún no podía aceptar que estaba premiado, o sea, ¿de cuándo acá los hombres podían embarazarse? ¡Era imposible!

El joven chino estaba recostado boca arriba en su cama, mirando el techo con la cabeza volando en otra parte.

¿Cómo le diría a sus padres que iba a tener un hijo, y mucho peor, que no sabía quién era el padre? El castaño abrazó su almohada y se giró en la cama, sin más comenzó a preparar su discurso.

—¡Mamá, papá! Les tengo una sorpresa~ Voy a tener una bendición y no sé quien es su papá, felicidades.— Fingió estar muy feliz al decir eso, tomó la almohada y la puso sobre su cara tratando de ahogarse, pataleando en señal de berrinche.

Quitó la almohada de su rostro volviendo a su posición anterior, quería llorar muy fuertemente hasta ahogarse con sus propias lágrimas.

Kun, quien dormía en la habitación de alado tocó la puerta de WinWin.

—Win... ¿Puedo pasar?— Habló en el idioma natal de ambos chicos, el contrario no respondió. —Tomaré eso como un sí.

El mayor entró a la habitación de su dongsaeng y se sentó en el borde de la cama del mismo, mirándole con tristeza.

—Hey, Win... Yo, en serio lo siento... No quise hacerte daño nunca, pero si ese bebé es mío prometo que...

El discurso motivador de Kun fue interrumpido por el sonido de la puerta abriéndose, llamando la atención de ambos chinos.

Yuta, quien entraba con una bandeja de desayuno en sus manos había  interrumpido la conversación y miraba a los contrarios de manera fulminante.

—¿Qué haces aquí? — Preguntó abiertamente Kun utilizando un tono retador.

—¿Estás ciego? Ah cierto, tus ojos son demasiado pequeños como para poder ver bien.— Respondió de igual forma el japonés.

—Habla por ti mismo.

—Largo de aquí. — Reprochó Yuta.

Un murmulló inundó la habitación, ambos chicos peleaban hablando al mismo tiempo como dos niños pequeños, WinWin movía su cabeza de lado a lado, no podía entender que es lo que quería decir cada uno.

—¡Ya basta!— Dijo el menor de los tres casi en un grito, llamando la atención de los dos inmaduros.

—Perdón... — Susurraron al unísono ambos provocando un silencio que perduró por un par de minutos.

—¿Es para mi?—  El joven chino se refirió a la bandeja de desayuno.

—Ajá.— Afirmó Yuta. —Tú y el bebé deben alimentarse bien. —Se cruzó de brazos y sonrió ampliamente como de costumbre.

WinWin sintió un escalofrío al escuchar la palabra bebé, por un momento se le había olvidado ese pequeño problema como le llamaba él.

—Fuera, los dos.— Se limitó a decir el pequeño.

Kun iba a empezar a reprochar pero Yuta tomó su muñeca y lo jaló fuera de la habitación, sabía que debía darle su espacio al joven chino.

—Todo esto es tu culpa.— Le señaló con el índice el chino. —Nosotros dos estábamos bien juntos y tu llegaste a interrumpir. —Gruñó y le dio la espalda.

—No lo presiones, es normal que siga intentado asimilar las cosas...— Murmuró Yuta, estaba agobiado por los sentimientos de su menor.

Kun, sin prestarle atención a lo que decía el japonés, abandonó el corredor sin decir nada más aunque mantenía un semblante molesto.

«Realmente lo siento, SiCheng...»


¿quién es el padre? ; yuwin♡kunwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora