Capítulo diez🍼

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Sexto mes.

El castaño se encontraba en su cama, escuchando música con aquellos audífonos que cubrían por completo sus orejas, estaba completamente hundido en su mundo; mantenía los ojos cerrados y tarareaba levemente aquella canción.

SiCheng abrió los ojos y retiró los audífonos de sus orejas y lo abrió hasta el punto de ponerlo en cada extremo de su ya visible vientre, sonriendo como un niño pequeño. Su sonrisa se hizo más grande al sentir aquellas certeras pataditas que la bebé le proporcionaba, era su motivo de felicidad, su niña.

Últimamente se la pasaba ahí, "escondido" en su habitación para que nadie le moleste, aunque no era solo porque quisiese sino, porque sus movimientos se estaban volviendo más dolorosos debido al peso que ya traía consigo encima, había aumentado varios kilos más.

Escuchó a alguien tocar la puerta por lo que retiró los audífonos de su vientre y se acomodó esperando a que la persona que estaba al otro lado de la habitación entrase. 

-¿Cómo están?- Habló con una voz cálida el japonés quien entraba a la habitación.

-Bien, solo... Lo de siempre. -Sonrió un poco nervioso el menor. Yuta tomó asiento en la cama.- ¿Deseas algo?

-¿No puedo entrar a ver cómo estás?- Río amargamente el mayor y suspiró. -¿Puedo?- El japonés se refería a tocar el vientre del menor.

SiCheng asintió levemente, escogiéndose de hombros. Sin más, alzó su camiseta dejando ver su notable panza, Yuta sonrió y tembloroso colocó su mano en el vientre del menor acariciándole con suavidad.

El chino rió levemente y tomó la mano del contrario para ponerla justo donde la bebé pateaba en esos instantes.

-Tonto.- Dijo entre risillas, mirando los pequeños mimos que daba en mayor a su vientre.

-Esto es asombroso WinWinie.- Yuta estaba completamente concentrado en los movimientos que hacía la bebé dentro del chino. -Hola pequeña, soy yo Yuta.~

-Yah, no hagas eso.- Yuta le miró con confusión. -La alteras.- El menor rió y al mismo tiempo Yuta rió también.

Sin previo aviso, Yuta dejó un corto beso en el vientre ajeno, provocando que el chino se colorase.

-Yuta...- SiCheng no encontraba donde esconder su cabeza.

-¿Qué? ¿Celoso?- Yuta negó con una amplia sonrisa, se acercó y dio un pequeño beso en la nariz de su dongsaeng. -Gracias por dejarme pasar tiempo contigo WinWinie.

El japonés se levantó de la cama y se dio la vuelta para salir de la habitación, con velocidad SiCheng tomó de su muñeca mirándole un poco suplicante.

-Quédate, por favor.- Musitó el castaño y Yuta asintió. -¡S-solamente porque me siento solo!- Aclaró y el japonés le abrazó para que el contrario se acomodase.

Después de un rato WinWin se quedó profundamente dormido, Yuta le arropó y apagó las luces de la habitación mientras estaba apoyado en el marco de la puerta, el menor había quedado agotado por todos los jueguitos que hizo con su hyung.

-Espero que puedas perdonarme, SiCheng...

¿quién es el padre? ; yuwin♡kunwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora