Batallas en la noche

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-¿Pr...Profesor?-María aún se encontraba algo desorientada.

-Sí, él mismo-sonrió este.

-¿Qu...qué hace aquí?-

-Yo mandé que os trajeran-

-¿C..cómo?...¿usted?...-

-Yo-

-¿Por qué de entre todos los habitantes de Perfield tenía que ser usted?-le miraba con rabia-¿Quién eres en realidad?-

-No tengo por qué responderte nada, María, habéis husmeado tus amigos y tú demasiado para mi gusto en mis asuntos, es una lástima ya que os consideraba buenos alumnos y por lo tanto, grandes policías en un futuro, pero...-

-¿Pero qué?-

-Pero voy a tener que mataros a todos-

-¡No se atreverá!-

-Uy que no, a lo largo de mi casi medio siglo de vida me he atrevido a muchas cosas, esta no sería una que me quite el sueño, la verdad-

Alguien pegó en la puerta.

-Doctor, ¿puedo pasar?-se escuchó a Anna tras ella.

-Adelante-le dio permiso.

Esta entró acompañada de Arturo, que llevaba con él a John, el novio de María, atado.

-¡JOHN!¿Por qué lo has cogido a él?¡Suéltalo!-

-Cuando tu desaparezcas este chico seguro que mueve cielo y tierra para encontrarte y podría convertirse en un problema a largo plazo, así que lo eliminaré junto a ti y ya-se encogió de hombros.

-Nunca me espere algo así de usted....que decepción...no descansaré hasta verlo entre rejas...-

-¿Entre rejas?, pues como no me observes desde el más allá ese no sé como-se rio-tú y tus amigos estáis muertos, María, a ti te mataré la última, te haré ver como ejecuto a los demás, llamaré a Luke para que los traiga-cogió un teléfono.

-¡Maldito!-

-Oiga Luke-se comunicó con este-tráeme a los dos que tienes ahí contigo, vamos a encargarnos de ellos-

-De acuer...-un ruido muy fuerte interrumpió su respuesta-¿Quienes cojones sois vos...?-se cortó la comunicación.

-¿Qué ha ocurrido?, Arturo, ve a ver-

-Voy-abrió la puerta de la habitación, Luke salió disparado y se chocó con él, estrellándose ambos en una esquina de aquel lugar.

-¡¿Cómo?!-

-Hola, buenas-entraron tres personas.

-¡No!¿Vosotros tres?-

-Vaya, Profesor Mans, me ha sorprendido esto, no esperaba que usted fuera el tipo que nos ha dicho Bride que le entreguemos-sonrió el hombre que iba delante, se llamaba Reck Dream, era inspector de la policía, de la misma edad que el hospitalizado, alto, llevaba gabardina y corbata negra, de pelo largo y engominado hacia atrás y dos cicatrices en su cara, estaba fumando y empuñaba una pistola en cada mano.

-Un tipo tan serio y profesional como usted siendo un sucio criminal-puso cara de asco una mujer que entró a su izquierda, de pelo castaño recogido con una coleta y un traje rojo, en su mano derecha llevaba un látigo, se llamaba Amy Road y, era compañera de los otros dos, aún siendo un año menor que ellos.

-Yo siempre me olí que tanta perfección ocultaba algo-le miró con asco el tercero, colocado a la derecha de Dream, era Yamada, otro inspector más, con gafas de sol y una cicatriz le recorría el ojo derecho, por el cual no podía ver, llevaba una espada envainada en su espalda, vestía con una gabardina similar a la de Dream pero verde oscura.

Crónicas MágicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora