La cárcel y el Hospital

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Sally gritó aterrada, un haz de luz apareció desintegrando a todos los demonios que estaban cerca de ella, su jefe, Albert Eriann se agachó para ver como se encontraba, otros demonios corrieron hacia ellos pero fueron eliminados por el camarero amigo de la chica, Ronald.

-No sé qué ha pasado, pero en la televisión está saliendo que un ejército de demonios ha aparecido en la Academia Levier, están convirtiendo Perfield en un caos-les avisó el camarero-será mejor que nos escondamos y dejemos que la policía haga lo que sea por acabar con ellos-

-¿El lugar de la graduación donde están mi hermano, mi sobrino y su novia?...me gustaría ayudar en algo, pero tienes razón...aunque sea un mago experto si nos superan en número no podremos hacer mucho, vamos, Sally-admitió su jefe.

-¿Atacan Perfield?...¡El hospital!¡Elenna!-se soltó de Albert, cruzó los dedos de sus manos y desapareció.

-¡Sally!¿Cómo puede conocer un hechizo como ese?¿Donde ha ido?-

-Al hospital, ha ido a verla-tragó saliva Ronald.

-Tenemos que hacer algo o la matarán-

-No se preocupe, yo iré tras ella y la traeré-desapareció Ronald de la misma forma.

-Vaya con los jóvenes de hoy en día, que rápido aprenden la magia que les interesa-alucinó Albert levantándose y eliminando a otro demonio que iba a atacarle por la espalda-cabrones, vais a pagar el atacar mi establecimiento y asesinar a mis clientes-fue furioso hacia un grupo de enemigos que aun quedaba allí.

La Cárcel mágica de máxima seguridad, Magnus, también se encontraba bajo ataque, Anna escuchaba ruido fuera pero no se había levantado de su cama y seguía mirando al techo como si nada estuviera pasando, cuando un guarda chocó contra los barrotes de su celda.

-Mirad chicos, aquí una humana bastante apetitosa-escuchó hablar a alguien.

-¿Humana?-se preguntó-¿quiénes están atacando este sitio?, ¿donde están el alcaide y los demás?¿tan fuertes son?-escuchó como doblaban los barrotes por lo que miró haber quienes eran, unos cinco demonios la miraban fijamente.

-¿Quienes sois vosotros?¿Qué hacéis aquí?-

-El amo Braun nos ha encargado que ataquemos la prisión, matemos a todos los guardias y liberemos a todos los criminales posibles para nos ayuden a formar el caos-

-Pero creemos que es mejor matarlos también-

-Y ya que hemos llegado al ala femenina, ¿por qué no divertirnos un poco antes de matarla?-

-Cierto, violémosla y comámonosla viva-

Para su sorpresa Anna apareció fuera de la celda detrás de ellos.

-Perra, ¿cuando has hecho es..?-antes de que pudieran acabar de hablar sus cabezas cayeron al suelo, decapitadas.

-Los guardas deben estar ocupados peleando contra estos bichos feos, buscaré a Arturo y me piraré de aquí-se marchó por el pasillo mandándolo a volar otro demonio que apareció.

Anna cruzó varios pasillos y patios eliminando a todos los demonios o guardas que se encontraba por su camino y llegó a la zona masculina de la prisión.

-¿Donde estará este tío?-se echó hacia atrás esquivando la cabeza de un recluso que había sido arrancada por un demonio de un mordisco.

-¡Ayuda!-se escuchaba por megafonía-¡necesitamos ayuda en el sector oeste, no podemos contener a los demonios!¡se le han unido varios prisioneros!¡Ayu...aaaah-

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