Te veré ahí.

43 4 3
                                    

-¿Y qué si no lo hago? -Dijo Maia.

-Tendré que hacer algo al respecto. -Dije agarrando la soga que tenía Mary.

-¿Como qué? -Duda mirándola a July.

-¿Aceptas o no? -Pregunto seriamente mientras agarro las manos de July.

-¡No me voy a quedar callada! -Grita

-Respuesta incorrecta...

Agarro las manos de Maia a la fuerza y agarro la soga. Se la enrosco a July rápidamente hasta que logro que quede muy apretado. July, ahogándose lloraba.

-Mira lo que has hecho... -Le susurro al oído.

-¡July! -Grita Maia mientras caían sus lágrimas de manera muy frecuente.

July estaba muy morada, hasta que un momento queda con la boca y ojos abiertos, sin respirar y paralizada. Le saco la soga a July y miro a Maia.

-Pobre July... -Digo mientras veía como ella lloraba- ¿Causa de muerte? -Le pongo la soga a Maia, al rededor de su cuello- Ignorancia de su mejor amiga.-Apreto con sus manos muy fuerte- ¿Causa de muerte de su mejor amiga? -Cada vez aprieto más- Su propia ignorancia.

Aflojo la soga un poco, mientras observo su rostro al mismo tiempo que se asfixia.

-Dime cómo es el infierno. -Le digo y comienzo a apretar muy fuerte- Porque te veré ahí.

Aprieto tan fuerte, que la furia era demasiada y le hiso ruido el cuello.

-Wow... ¿Tanta fuerza tengo?... Puede ser, sólo me dejé llevar por la furia... Debe aumentar cuando lo siento... ¿Qué?... Vámonos que nos descubriran.

Salí por la ventana que había en el sótano, y corrí lo más rápido que pude.

(...)

Que bueno que siempre pongo en marcha mis planes y nunca me descubren... Esa es la mejor parte.
Jueves por la mañana... Es muy temprano como para levantarme, necesito descansar.

En mi salón estaban todos tranquilos, no descubrirían lo que pasó en la casa de July porque sus padres no vienen hasta como en un mes. Nadie iría a la casa de esa bastarda, no tendría nadie que le importase ella, ni menos alguien preocupado.
Estaba todo muy calmado, hasta que Tom se acercó a mí.

-¿Has hecho la tarea de Matemáticas? -Nunca hace la tarea, y a veces me la pide.

-Sí. -Le respondo muy seriamente.

-¿Me la pasas? -Pregunta con una cara inocente, haciéndose el pobrecito.

-Los dos sabemos que no tenemos una buena relación entre amigos. -Respondo con tono enojado y miro hacia el frente.

-¿Por qué?

-¡Tú sabes!

-¿Recuerdas lo de la comisaría? -Le pregunto mirándolo a los ojos.

-Oh... ¿Sigues enojada por eso? -Pregunta, parece idiota.

-¡Pues claro que sí! -Grito- ¡Me creen sospechosa por tu culpa!

-No lo hacen.

-Sí. -Me levanto de mi silla- Si sospechan de mí una vez más, te mato. -Me voy.

Tom creía que se lo decía de broma, que lo que yo decía no era cierto. Él pensará lo que quiera, pero si después le ocurre algo ya no será culpa mía.

(...)

Llegué a casa, me cambié rápido y me preparé mi almuerzo. No almorcé comida, me preparé una ensalada de frutas.

Terminé de almorzar y decidí ir a caminar y tomar un poco de aire fresco, para desprenderme del mundo un rato. Camino por el corredor, mirando el cielo, observando los árboles, algunos con nidos donde pájaros tienen sus familias; presto atención a un perro que corre con su dueño; hasta que toda mi concentración y mi paz, se aleja.

-Hola Ashley. Qué casualidad que nos encontramos aquí. -Dice la Oficial, delante mío, parecía seguirme.

-Hola Oficial... ¿En qué puedo ayudarla? -Pregunto haciéndome la inocente para ver el motivo de la conversación.

-Sí. -Afirma.

-¿En qué? -Le digo.

-Quería saber si había una posibilidad de encontrarnos en la comisaría para el interrogatorio de la desaparición de Sam Lynch... ¿Es posible? -Pregunta muy seria, tratando de convencerme con la mirada.

-Claro. -Respondo. ¡Ahora sí me encerrarán!

-Me alegra que podamos estar de acuerdo. -Dice.

-Yo también.

-Estamos en contacto... Adiós.

-Te veré ahí.

Asesinatos de la escuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora