Hola chicos, como están? les traje la actualización de esta loca y bizarra historia, espero les guste.
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Capitulo 18
-¡Por mis dioses! ¿qué es lo que han hecho aquí?
-no puede ser ¡este lugar es un infierno!
-¡papi! Shion corrió a esconderse tras su padre, Albafica le imito y se ocultó tras Manigoldo mientras Degel apretaba con fuerza la mano de su pareja
-¿Qué ocurre?
Sísifo, Cid y Defteros veían sin comprender nada, para ellos solo se trataba de un viejo edificio, lleno de grafiti y polvo.
-¿Puedes verlo?
La mujer veía a Dokho, que había retrocedido un poco escondiéndose tras la camioneta.
-No...pero...sé que hay algo malo...el aire...
-mmm, interesante, parece que tus sentidos están ligeramente desarrollados, practicas algo de Yoga, Zen, arte marcial.
-mi abuelo me enseño un poco de Kun fu.
-je, puede ser por eso...está relacionado con el equilibrio mental y espiritual.
La morena tomo las caracolas y les amarro un pequeño hilo, de forma que quedaron como parches.
-tengan, los necesitaran.
Def, Cid y Sísifo tomaron los objetos, Dokho dudo un poco pero al final acepto, suponía que era su castigo por no haber intervenido a tiempo. Enorme fue su sorpresa al ver el edificio a través del caracol. El lugar si se encontraba en ruinas, pero había más. Las paredes estaban cubiertas por oxido y sangre, la cual escurría en algunos sitios, por las ventanas se podían ver a unas sombras deambulando...y otras más reptando por las paredes.
-creen que ¿habrá algún poltergeist?
-es probable, por el lugar y lo que sea que este aquí.
-¿poltergeist? ¿Eso qué es?
El español veía al gales esperando respuesta.
-es una especie de fantasma, muy agresivo y peligroso, con grandes garras y...
-viejo, si ves una gran sombra negra con garras...solo corre.
-no entiendo muy bien.... ¿esos son los fantasmas del hospital?
Sísifo veía un par de sombras que se desplazaban en el primer pasillo.
-si...pero no todos, algunos son...más recientes.
La dama tomo una mochila de su auto y les mostro el contenido, los chicos quedaron boqui abiertos al verles. Los restos de unos brazos humanos les saludaban, estos se encontraban cercenados desde una parte del humero hasta las falanges, algunos con restos de carne y piel. Formaban una especie de Lanza, en la cima, los esqueléticos dedos sostenían una punta de obsidiana, brillante y filosa como la mejor de las espadas.
-pero...que.... ¿de dónde sacaron esto?
-hay cariño, créeme, no quieres saberlo, solo te diré que son armas dignas de un Dios....y que nos costó mucho el poder ingresarlas al país.
Los oficiales veían aterrados a la mujer.
-tenemos que hablar cuando esto acabe, amenazo el moreno.
-si amor, lo que digas...con suerte y morimos antes.
-¡Calvera!
-¿Qué?
