Parte sin título 5

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El fin de semana inicio con un agradable y tranquilo desayuno, ya que Kardia y Manigoldo aun se encontraban dormidos.

Sage, Degél y Albafica se encontraban en la cocina, desayunando panquecitos de mantequilla y leche, el anciano les narraba la historia de su familia.

-la aldea fue destrozada, solo sobrevivió un chico, este fue acogido por un monje que le cuido como si fuese su hijo, claro que no se dedico a la vida eclesiástica, si me entiendes no, cuando creció se dedico a cazar a la secta que destruyo su villa, los encontró ocultos en las entrañas de una montaña, un santuario donde se adoraba a la muerte, donde se adoraba al Dios Thanos. Lucho contra ellos y al final contra el mismo Dios, logro desterrarlo al infierno, pero antes de eso el dios le maldijo, le dio el don de ver muertos y poder ser dañado por ellos, esperando así que alguna de las almas lo asesinara, o que quedase loco por traspasar el sutil velo de la vida y muerte, contemplando las visiones que no están permitidas a los humanos...en fin, sea cual sea el motivo, así es como nuestra familia adquirió ese Don.

Albafica escuchaba atento la historia, había decidido indagar un poco más sobre ese Don de Manigoldo.

-aunque...también hay otra versión. Parece ser que el Dios Thanos vino por un tiempo a la tierra, para experimentar la frágil vida humana, y...termino en un pleito de cantina con nuestro antepasado, el cual le golpeo la cara, esto hizo enfadar al Dios y decidió maldecirlo con la visión de su mundo, a él y su descendencia, aunque claro, esa no es la historia que contamos en la familia, ja,ja,ja.

Los jóvenes solo rieron, por lo poco que conocía del Señor Sage y Manigoldo...era lo más aceptado.

-Demonios! es muy tarde.

El grito de cierto peli azul se escucho desde la sala. Manigoldo subió corriendo las escaleras, en poco tiempo se escucharon el abre y cierre de cajones.

-ah (bostezo) bueno...Panquecitos!

Kardia corrió feliz a la mesa, estaba por tomar un pastelillo cuando su amigo bajo corriendo.

-no hay tiempo, vámonos!

Tomo al joven espartaco de la bufanda y salió corriendo, cargando con su amigo y una maleta negra.

-je,je, ese par no cambia, supongo que es inevitable...ah, les preparare un almuerzo, Degél podrías llevarlo?

-por supuesto señor.

Sage tomo algunas cosas de la nevera y empezó a cocinar, por su parte el peliverde regreso a la sala para ordenar las "camas". Albafica también ayudo, recogía la mesa pero con uno que otro inconveniente ya que en ocaciones evaporaba los platos. Para el medio día los chicos salieron cargando un almuerzo muy completo, de acuerdo al peli celeste.

-y...como conociste a Manigoldo?

Albafica decidio romper el silencio, Degél se detuvo ante la pregunta, pareció meditar un segundo antes de caminar hasta una barda y sentarse ahi, invitando a su compañero a seguirle.

-bueno, como Kardia y Manigoldo siempre lo dicen, soy francés, provengo de la región de Borgoña, mi familia era propietaria de unos viñedos, nos mudamos a Italia en 1338, a Florencia, continuando la tradición vinícola. Tenía una buena vida, padres cariñosos y dos lindas hermanitas, todo iba bien hasta que...la peste negra broto- La noticia asusto a Albafica, acaso murió por esa horrible enfermedad?- Las personas fallecían por cientos, la escases de alimentos era muy dura, la inseguridad...digamos que cuando el ser humano se encuentra tan desesperado, los peores sentimientos se apoderan de uno. Una noche cuatro hombres entraron a nuestra pequeña granja, papá logro detener a dos de ellos...acosta de su vida.

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