Escuché el canto de los pajarillos, ¡malditos animales molestos!.
Me cubrí con la almohada, quería seguir durmiendo todo el día aunque por supuesto...
Un momento.
Me levanté rápidamente e incluso estuve a punto de caer de bruces contra el suelo, miré todo a mi al rededor, notoriamente estaba en mi habitación pero ¿No había muerto? ¿Qué pasó? ¿Fue sólo un sueño?.
Miles de incógnitas pasaban por mi mente, se había sentido muy real, el dolor, las voces, el sonido.
Me vestí rápidamente y salí corriendo de mi edificio. Miré a un lado del café, estaban inaugurando una tienda de regalos.
¿Y los discos? ¿Qué carajos está pasando?
Me adentré en la cafetería algo nervioso y pedí mi orden de todos los días.
—Hoseok.— mi voz temblaba por los nervios, me miró fijamente.— ¿Y la tienda de discos?.— Levantó una ceja, se veía algo confundido ante mi pregunta.
—¿De qué hablas?
—Había una tienda de discos ayer.
Ví el rostro del peli negro ponerse serio, acercó su mano a mi frente y frunció el ceño.
—No estás enfermo.— murmuró extrañado.— Jimin nunca han abierto tal cosa.
Me apreté la cabeza, ¿Realmente fue un sueño?.
Salí de la cafetería peor de como entré, caminé hacia la nueva tienda de regalos y al pasar frente a ella, me detuve en seco, mis ojos se abrieron de sobremanera y mi corazón comenzó a palpitar aún más rápido.
Ahí estaba...
El chico del día anterior estaba ahí, pero ahora tenía el cabello teñido de rojo, entregaba propaganda de la tienda mientras hacía posiciones tiernas.
La gente no dejaba de sonreírle y gracias a él entraban a curiosear.
Tragué grueso, caminé a paso lento hacia él y me planté enfrente suyo.
—Ehm...Hola.— lo saludé.
—Hola, ¿Puedo ayudarte?.— me ofreció una sonrisa.
—Veo que cambiaste el color de tu cabello.— mencioné, pero que idiota, ¿Cómo pude empezar una conversación así?.
Su sonrisa se borró lentamente y me miró confundido.
—¿Te conozco?.— me preguntó mientras retrocedía.
—¿En verdad no me recuerdas? Nos conocimos ayer.
—No, jamás te había visto.— se alejó de mi, parecía que me tenía miedo.
Quiero saber qué rayos está pasando.
Decidí seguirlo, él caminó más rápido al notar que lo estaba siguiendo.
—¡Hey espera!.— le grité y lo tomé del hombro.
Él se giró bruscamente y pude notar el temor reflejado en sus ojos.
—Por favor jóven, no se me acerque más.
Se marchó y yo me quedé estático, mirándolo.
Salí de la tienda unos segundos después y entré al edificio. Subí hasta mi departamento y me asomé por la ventana, se podía ver perfectamente aquel lugar.
...
El día siguió su curso, casi al anochecer volví a hechar un vistazo y ví que ya estaban cerrando, tomé mi suéter café y bajé corriendo.
—¡Oye!.— le grité de nuevo mientras corría hacia él.
El chico me miró asustado y apretó su abrigo mientras comenzaba a retroceder.
—Te dije que no te acercaras.— su voz se entre cortaba.
—Sólo quería disculparme.— su rostro cambió completamente, le dediqué una sonrisa.— Te confundí con alguien más, no era mi intención asustarte.
Pude ver que su cuerpo se relajaba un poco.
—Creí que eras algo así como un psicópata.
Solté una carcajada y él sonrió nuevamente mostrándose más tranquilo.
—No, nada de eso.— paré de reír.— Oye, te invito un café.
—¿Eh? Ah... No lo sé.— comenzó a frotarse las manos y eso me agradó bastante, lo ponía nervioso.
—Por favor, tómalo como una disculpa por asustarte así.
Bajó la mirada unos cuantos segundos y luego asintió con la cabeza.
—De acuerdo, pero sólo un café.
—Por supuesto.
Caminamos a la cafetería mientras platicábamos de esto y aquello. Nos sentamos y casi de inmediato llegó Hoseok a tomarnos la orden.
—¿Qué les ofrezco?
—Yo un capuchino.— dije sonriente.
—Si, también yo.
Hoseok se retiró y yo miré de nuevo al ahora pelirrojo, sus mejillas estaban pintadas con un hermoso tono carmesí.
—¿Cómo te llamas?.— me preguntó de repente.
—Soy Jimin ¿Y tú?
Por fin el momento había llegado, conocería el nombre de mi príncipe azul.
—SeokJin.
Hoseok volvió con nuestro pedido y nos la pasamos casi una hora ahí pláticando y riendo de chistes realmente bobos.
—Bueno Jimin, creo que ya es hora de irme.
Me sentí triste al escuchar eso, yo quería seguir más tiempo con él, pero al final comprendí.
—Bien, te acompaño.
Creo que eso no fue lo mejor que pude decir, pues él frunció el ceño y apretó los labios, creerá que soy un acosador. Me encogí de hombros, me avergonce un poco pero todo cambió cuando me mostró su sonrisa.
—Esta bien, vamos entonces.
Me quedé algo sorprendido, no podía creer que hubiera aceptado.
Salimos de la cafeteria y caminamos por un buen rato hasta llegar a la parada del autobús.
—No es necesario que vayas conmigo.
—Esta bien, entonces aquí nos separamos.
—Si.— bajó su cabeza y luego se acercó a mí para depositar un dulce beso en mi mejilla.— Gracias por el capuchino...¿Te veré mañana?
—¡Por supuesto!.— exclamé feliz.
Pocos segundos después comencé a alejarme, jamás me había sentido tan lleno de vida.
Voltee a mirarlo una vez más y entonces me dí cuenta de que un automóvil se acercaba a gran velocidad tambaleándose y supuse que el conductor iba ebrio.
Corrí hacia Jin, él estaba distraído buscando algo en sus bolsillos.
—¡Jin!.— grité captando su atención.
Volteó a verme y luego se percató del vehículo pero no se movió, y poco antes de que éste se estrellara contra él, yo lo empujé y el auto me arrolló a mí.
Todo me dió vueltas, escuchaba eco en mis oídos y no podía moverme.
Ví el rostro de Jin cuando se acercó a mí, él estaba llorando... Me tomó entre sus brazos y pronto todo se comenzó a obscurecer.
No otra vez...
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Los planes del destino
Fanfiction"-¿Te conozco? -¿En verdad no me recuerdas? nos conocimos ayer. -No, jamás te he visto..." °°°Pareja Gay°°°