[D I A 3] (1/2)

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Escuche el canto de los pajarillos, malditos animales molestos.

Me cubrí con la almohada...

-¡Maldita sea!- grité mientras me paraba de golpe.

Corrí al calendario y si... Era sábado otra vez.

¿Que pasaba?, No lo sabía pero esto ya me está comenzando a asustar.

Caminé en círculos, pensando porque me estaba sucediendo esto.

Estaba inmerso en mis pensamientos cuando alguien llamo a la puerta haciendome brincar del susto.

Me asomé por la mirilla y ví a un chico de cabello negro, alto y bastante atractivo debo reconocer.

Abrí la puerta y enseguida me sonrió, sus dientes parecían de conejo lo cual me dió gracia.

-¿En que te puedo ayudar?

-Me llamo JungKook, me acabo de mudar aquí a lado.

Estrechamos las manos y conversamos un rato, en el cual olvide el extraño acontecimiento de que el día de repetía una y otra vez.

-Bueno Jimin, nos vemos.

Sonreí para luego cerrar la puerta, caminé hacia la habitación pero me detuve antes de llegar... «¿Como supo mi nombre?» me quedé pensando en que momento se lo dije y no recuerdo haberlo hecho, esto se pone cada vez más confuso.

Termine de desayunar y baje por el ascensor, salí del edificio y me encontré con la sorpresa de que ahora a lado de la cafetería habia un consultorio médico.

Caminé hacia allá, me daba una idea de quién sería el doctor.

-Buenas tardes señorita, quisiera pasar a una consulta, me duele la cabeza- inventé para que me dejara pasar.

-Un momento por favor.

Mire a todos lados y realmente no parecía que fuera un lugar nuevo si no que ya tenía ahí un tiempo.

-Pase por favor.

Me adentré en el consultorio y ví a mi hermoso Jin con su bata blanca, mirando unos documentos y esta vez peli negro.

-Buenas- hablé para que notará mi presencia.

Enseguida me miró y me regaló una de sus hermosas sonrisas, tenía la esperanza de que me recordara, quería abrazarlo y porque no besarlo.

Todo eso se esfumó cuando respondió a mi saludo.

-Buenas tardes joven.

-Esque me duele la cabeza.

Comenzó con la consulta, me dió varias indicaciones y al final termine sentado frente a su escritorio mientras el hacia una receta.

Me frote las manos nervioso, en verdad este chico me pone a temblar pero odio que no sepa quién rayos soy y esa es otra de las tantas cosas que me tienen confundido.

-Aqui tiene, con estas pastillas el dolor seguramente desaparecerá.

Sonreí forzado, en verdad no entiendo nada.

Me levanté y salí rápidamente del consultorio directo al edificio.

Llegué hasta mi departamento y me tiré en la cama, al parecer esto no es una pesadilla,lo se porque ya me pellizque el brazo y me dolió bastante.

Me levanté y me asomé por la ventana, lo ví salir del lugar con una hoja en las manos.

Suspire y quise seguirlo así que tome mis llaves y abrí la puerta pero me encontré a JungKook afuera.

-¿Se te ofrece algo?- pregunté amablemente aunque quería darle un empujón y apartarlo de mi camino.

El me miró y por un momento sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, su rostro estaba completamente serio y su mirada era atemorizante.

Abrió la boca pero no dijo nada hasta después de unos segundos.

-No lo hagas.

Me quedé confundido.

-¿Que no haga que?

Suspiró profundamente y me sujeto el hombro.

-No lo sigas...

Los planes del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora