★Lo soñé★

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JIN

Lo ví salir de la tienda, parecía nervioso y por impulso sonreí, la última semana estuve soñando con él y nunca supe porque. En mis sueños nunca nos hablamos, nunca supe su nombre solamente veía su rubia cabellera, esos ojos cafés tan bellos y su sonrisa que hacía desaparecer sus ojitos, por eso fue que ayer que lo ví, no dude en acercarme, pensé que tal vez era el destino encontrarlo.

Caminé de regreso a la caja y entonces uno de mis compañeros se me acercó.

-No deberías estar aquí con ese brazo lastimado.

-No es gran cosa- aclare y sonreí, la verdad era que si dolía pero cuando desperté está mañana, tenía la esperanza de encontrarlo otra vez y así fue, ahora tenía una cita con el.

Miraba el reloj en la pared cada que podía, ya quería que dieran las 7 para ir a su departamento.

Seguí trabajando lo más normal que pude, intentando no pensar en el dolor de mi brazo hasta que dió la hora.

-Ya me tengo que ir- dije apresurado y tome mi chamarra.

-Oye, ¿Porque tanta prisa? ¿No recuerdas que hoy debemos reorganizar?

Me detuve en seco, era verdad, lo había olvidado por completo... Mire a mi compañero y fruncí los labios, dejé mi chamarra de nuevo y volvi hasta donde él estaba.

Una vez que cerramos empezamos a revisar todos los discos y a organizarlos por género y grupo, después de un rato mire al reloj y ya eran las 10pm, suspire desganado, probablemente el ya estaría dormido o algo así.

Seguimos con la reorganización y acabamos hasta casi la 1am.

Salimos de la tienda y mire al edificio en frente, de todos los departamentos solo había uno con la luz encendida pero está se apagó después de unos segundos, quizá ahí es donde el vive.

La mañana siguiente llegué al trabajo, abrí, me adentre en el lugar y prendí la calefacción, hacia demasiado frío, no pasó mucho tiempo cuando llegó el primer cliente.

La mañana empezó normal. Todo el día me pregunté que estaría haciendo el, si se sentiría mal por haberlo dejado plantado ayer.

Casi al anochecer, mire por las puertas de cristal y logré ver a Jimin, iba caminando hacia su edificio, llevaba un abrigo beige y una bufanda blanca, también tenía un vaso de café en la mano, se veía tan adorable.

Entró y entonces suspire por milésima vez en el día.

Cuando salí de trabajar, caminé hacia el edificio y me adentre, tuve que convencer al portero de que me dejara pasar pues el hombre no me daba acceso hasta que dije que venía a ver a Jimin.

Subí por las escaleras pensando en que debía decirle.

Cuándo llegué al departamento 18, me quede paralizado, una parte de mi estaba nerviosa la otra parte aterrada.

Con dificultad toque la puerta y tardó unos segundos en responder con un..."Quien es", no pude responder porque las palabras no me salían.

Cuándo la puerta se abrió y el asomó su cabeza yo sentí que mi corazón iba a estallar, pensé que me desmayaría.

Jimin abrió la puerta completamente y solo me quedo mirando.

-H-Hola- logre decir pero el no respondió- Siento mucho lo de anoche, tuve mucho trabajo y... Lo siento de verdad.

Baje un poco la cabeza pero sin apartar mi vista de él.

-¿Quieres pasar?- me dijo pegando su cuerpo a la puerta y dejando libre el paso.

Asentí y caminé lentamente hasta estar dentro, cerró la puerta y caminó hacia lo que parecía ser la cocina.

-¿Quieres cenar algo?- preguntó y yo solo afirme moviendo mi cabeza- Solo tengo sopa de verduras y carne cocida ¿está bien?

-Si gracias.

Después de un rato volvió con dos platos, el de sopa y el de carne, los puso sobre la mesa de madera y me invitó a sentarme.

Tome asiento, en verdad olía bien, ví a Jimin venir de nuevo con un vaso de jugo de naranja. Se sentó a mi lado y recargo sus brazos sobre la mesa.

-¿Tu no cenaras?- pregunté.

-No, yo cene hace un rato.

Me sentía un poco apenado de que él me observará. Durante todo ese rato ninguno de los dos pronunciamos palabra.

-Estuvo delicioso, gracias- agradecí mientras el retiraba el plato.

Después nos sentamos en el sillón y puso los discos que habíamos quedado de escuchar juntos.

-Vaya, de verdad son buenos- mencionó y dió unas palmaditas en sus piernas.

Lo mire y sonreí, asentí para seguir escuchando la música.

-Jimin- capte su atención- Sabes algo- me detuve unos segundos y me acerque un poco más a él, tome su mano y ví el sonrojo que apareció en sus mejillas- Siento como si ya te conociera se hace tiempo.

El bajo la cabeza después me miró de nuevo- Yo-Yo Siento lo mismo.

Nos quedamos viendo a los ojos por un momento y después me acerque hasta que pude tener sus labios entre los míos.

Jamás había sentido algo como lo que sentí en ese momento, fue un beso perfecto.

Los planes del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora