¡No me siento celosa!

334 43 0
                                    


Ya han pasado cuatro días desde que Shadow ha estado quedándose en mi casa y, a decir verdad, he sido incapaz de ayudarle a encontrar un sitio en cual quedarse.

Hemos tenido varias ideas, pero ninguna de estas nos ha logrado convencer a plenitud. Aclararé que no me molesta en ningún modo que se esté quedando conmigo, sin embargo, no me siento bien conmigo misma al vivir con él de manera tan pronta.

–Podría... Irme con EggMan. Él posee muchas bases cercanas, no creo que le importe que vaya. –Me dijo Shadow, al notar que estaba deformando mi cara con una mueca de preocupación.

Yo le miré a los ojos un poco desconcertada; no cabía duda de que él ya comenzaba a conocerme más que bien. –De ninguna manera Shadow. –Le respondí con un cierto tono de intranquilidad en mi voz. –Ya sabemos cómo es ese cabeza de huevo. De seguro se aprovecharía de ti, pidiéndote que hagas cosas malas y feas.

Tras un suspiro pesado, volvió a sugerir una opción que ya he perdido la cuenta de las veces que la he rechazado. –Podría quedarme con Rouge, Amy. Ella tiene su base 47D oculta no muy lejos de aquí. Estoy seguro de que no le...

–¡Por supuesto que no! –Le interrumpí sumamente irritada. Él simplemente se me quedó viendo con una expresión de perplejidad, pues no era muy normal el verme tan enojada. –Olvídalo... Yo no he dicho nada.

Poniendo una mano sobre mi cabeza, despeinó suavemente mi cabello. –No deberías sentir celos de ella, niña. –Musitó muy divertido. En serio que me enojaba cuando trataba de pasarse de comediante conmigo, ¡Es un tonto!

–¡Amy! Ya te he dicho que, si piensas llamarme por mi nombre, no me vuelvas a llamar niña. –Contesté de manera muy infantil. Supongo que con eso arruiné el tono de seriedad que quería utilizar para llamarle la atención. –Y no me siento celosa, Shadow. No entiendo bien las ideas raras que te estarás armando.

–Aham, ¿Y entonces por qué reaccionaste de ese modo? –Me cuestionó cruzándose de brazos.

–Simplemente no le veo nada viable y ya. –Cruzándome también de brazos, le encaré dibujando un puchero en mis labios.

–Estás celosa. –De nuevo con eso. Sin duda trataba de sacarme de mis casillas.

–¡Que no estoy celosa! –Le grité al darle la espalda, a lo que echaba a andar para salir de la cocina. –¡No me siento celosa!

–Admítelo. Te sientes celosa y mucho. –Re afirmó siguiéndome de cerca.

–¡Que no siento celos! ¡No! –Reclamé a lo que recorríamos la casa una y otra vez.

–Lo estás y lo sé. –Continuaba exclamando ese tonto sin cansarse.

–¡No me siento celosa!

FIN.

ShadAmy - After daysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora