Capitulo 6

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Fue algo constante para Peter la ausencia de Eugenia en el hogar y luego escuchar las fantásticas historias de cómo había sido su día al lado de su nueva amiga. También era algo doloroso para él, y no entendía porqué. ¿Por qué lo ponía tan mal no ver a Lali? No lo sabía, en serio no lo hacía; solo pensaba que necesitaba hablar con ella. Aunque se trabara una y otra vez, quería hablar con ella por mucho tiempo. Todo el tiempo que se pudiera, pero nunca se sabe cuánto es todo el tiempo. Nunca se sabe todo, porque siempre faltan detalles, y, a veces, esos detalles son la verdad en algunas historias; historias como las de Lali.

-Y entonces, Lali y yo caminamos por ahí, y ella me enseñó este lugar...—Suspiró y rió.—Nunca en mi vida había visto un chico tan lindo, y ella me lo presentó, y todo...—Suspiró risueñamente, y Rochi rió dándole un suave empujón.—

-¿Y cómo se llama?—Preguntó Rochi con una sonrisa entre sus labios. Le era tan divertido y lindo ver a su hermana de esa manera. Después de todo, ella lo merecía, por su historial amoroso, un refresco le haría bien a la rubia.—

-Nico...—Suspiró una vez más.—

-Dios mío...—Murmuró Peter rodando sus ojos.—

-¿Qué?—Cuestionó a la defensiva la protagonista de la conversación.—

-Siento que volvemos unos años atrás donde Rochi se la pasaba suspirando y hablando de lo lindo que era Gaston.—Rió.—Hasta por un momento creí que yo terminaría enamorado de Gas.—Bromeó el mayor y las mellizas rieron dándole un suave golpe en su estómago.—

-Eres un idiota.—Rió Rocío y descansó ambas manos en su estómago.—¿Puedo decirles un secreto? Nadie sabe esto, y necesito que lo guarden.—Ambos asintieron.—

-Puedes decir lo que qu...

-Estoy embarazada.

-¿¡ESTÁS EMBARA-!?—Rocío cubrió la boca de su hermana frunciendo el ceño.—

-¿Eres idiota o algo por el estilo? Se nota que yo soy la más inteligente entre las dos.—Murmuró.—

-¿Estás segura?—Preguntó el de lunares. No podía creer que su prima, la que él mismo había protegido una vez de los acosos que sufría en la escuela, ahora, luego de una dura aceptación que su amigo era su pareja, llevaba una vida en su vientre. Sí, tal vez Peter era algo celoso.—

-Peter, una no simplemente va diciendo por ahí que lleva un bebé en su vientre porque se encuentra aburrida.—No, claro que la ironía no se iría nunca de su prima.—

-¿Voy a ser tía?—Eugenia ya salía de su trance.—¿Serás tío? ¿Y tú serás madre? Oh mi Dios.—Rocío rió. Sus ojos cristalizados hicieron caer del todo a Peter.—Serás madre.—Abrazó a su melliza con lágrimas cayendo por sus ojos.—

-Creo que tengo que matar a alguien...—Rocío rodó sus ojos sin sacar a su hermana de encima suyo. Eugenia no era la persona más afectuosa que podría haber en el mundo, y no desaprovecharía el gran abrazo que su hermana le daba.—

-Tienes que cuidar a ese bebé con tu vida, Rocío. Debes ser...—Eugenia limpió sus lágrimas.—¿Gaston sabe?—Preguntó de repente. Las lágrimas de la melliza cayeron sin previo aviso, y el de lunares y la rubia cruzaron miradas.—

-Ro...—Negó con su cabeza.—

-¿Y si él no quiere a este bebé?—Eugenia abrió su boca para decir algo, cuando el timbre del hogar, que parecía querer invitar más y más gente a vivir dentro de él, resonó por cada habitación.—

-Ya vuelvo.—Peter dejó a las mellizas y se encaminó hasta la entrada, sin esperar a quien interrumpía sus noches de sueño sin la necesidad de su presencia física.—¿Quién e-?—Las palabras de Peter quedaron en su garganta. Sus palpitaciones aumentaron con fuerza, y no pudo evitar sentir un nudo en su garganta al ver la misma chaqueta de cuero, y aquellos oscuros lentes que se posaban perfectamente encima de su perfecta nariz. Su pelo caía con la misma perfección que todas las veces que había visto a la joven. Y todo parecía perfecto, en la chica perfecta. Todo.—

El rastro del picaflor {Laliter}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora