Dedicado a GeorgiiCeccarossi14
Todo respecto a la cena, lo habíamos hablado el domingo. Ya era miércoles y aún no le decía a mis padres, sólo faltaban dos días y Santiago me iba a matar cuando supiera que aún no le había dicho nada al respecto a mis padres.
Vendría hoy a pasar un rato conmigo, ya que mis padres saldrán hasta mañana, por negocios de la empresa de mi padre y mi madre como buena esposa debe acompañarlo.
Estos días me he portado muy bien, he hecho todos mis deberes, todas las tareas que mi madre me ha puesto, he ayudado a mi padre con su trabajo y a organizar la biblioteca de su despacho, no he salido de la casa después del domingo, incluso he hablado poco con todos.
Mis padres se irían a eso de las tres de la tarde y Santiago vendría antes de que ellos se fueran. Apenas eran las 12:22, estaba un poco nerviosa porque no quería que Santiago le comentara nada de eso a ellos, la verdad nunca había deseado tanto que mi padre tuviera un viaje por al menos una semana, de esos que suelen hacer en el trabajo y que fuera justamente esta semana, pero no, no me pasa.
Estuve ayudando a mi madre toda la mañana con el almuerzo, cocinamos juntas, conversamos y de vez en cuando podía sentir sus ojos observandome sin decir nada y yo solo seguía fingiendo que no me estaba dando cuenta.
—Mama ya recogí todos los adornos y coloqué la mesa— le dije limpiándome las manos con una toalla.
—Esta bien hija, ve a llamar a tu padre— me dijo apagando la estufa.
Subí las escaleras y caminé al despacho de mi padre. Toqué dos veces y escuché que me mandó a pasar.
—Pa, dice ma que bajes, el almuerzo está listo— le dije y él levantó la mirada del papel que tenía en sus manos.
—Bajo en un segundo mi niña— comentó.
Entré a mi habitación y tomé algo de ropa para tomar una ducha. Entré en la bañera, enjabone todo mi cuerpo y enjuague los residuos del jabón. Sequé mi cuerpo y me puse ropa para estar más cómoda.
Bajé las escaleras directo al comedor, mis padres ya estaban sentados esperándome. Mi madre estaba terminando de acomodar los platos como siempre, para mejor accesibilidad, según ella.
—¿Qué estabas haciendo mi niña?— preguntó mi padre.
—Estaba tomando una ducha para comer más fresca— respondí tomando mi plato y sirviendo un poco de pasta.
—Elizabeth ya sabes las reglas, ¿Cierto?— dijo mi madre mirando sus plato. Siempre decía y preguntaba lo mismo, como si fuera una niña pequeña.
—No mamá, tengo diecisiete años y aún no me sé las reglas de cuando mis padres salen de la casa— dije en tono burlón, cargado de mucho sarcasmo.
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Por mi ángel ©
RomanceEllos eran amigos de toda la vida, estuvieron enamorados desde niños pero nunca se dijeron nada. Conjunto el tiempo pasó, se declararon el uno por el otro, pasando maravillosos momentos juntos, pero el pasado atacaba por la espalda y todo era de vid...