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La noche era bastante fría y el hoddie no ayudaba mucho, nuevamente se reprendió mentalmente por haberse negado a dormir en la casa de TaeHyung, más aún por no haber sido él quien invitará a sus amigos a una noche de viedojuegos en su casa. También pensó ¿cómo era que no había accedido a la invitación del hermano mayor de su amigo? Cierto, aquel joven de casi 20 años se sentía lo suficientemente maduro y grande para viajar solo de regreso a casa en el bus a las 23:40 hrs. Bien, todo bien, Kookie.

La calle estaba casi desierta en aquella zona y llevaba más de 10 minutos esperando el bus, misma razón por la cual sus nervios comenzaban a hacerse notorios y el miedo invadía cada parte de su ser, ahora solo tenía ganas de llorar y volver corriendo para con Jimin y TaeHyung, pidiendo siquiera piedad por parte del hermano mayor de este último, pero no podía volver llorando como la nena que se sentía o sería la burla de sus dos amigos por el resto de la semana, del mes, del año y de su vida. Podía tolerarlo, ya casi era un adulto y podía soportar esto, lo haría.

Pero el grito que estuvo a punto de soltar, cuando alguien llegó por detrás, no decía lo mismo. Cerró los ojos con fuerza y tragó saliva sintiendo como si fuesen miles de clavos viajando por su garganta. Ya podía imaginar el dolor que sentiría cuando sus órganos fuesen sacados sin anestesia y el ardor al vivo, o podía imaginarse en un vídeo crudo de esos que cualquiera encuentra en la deep web pagando una cantidad un poco grande. Ya podía imaginarse vendido por partes y sintió culpa por no haber obedecido a su madre cuando le dijo que esa noche se quedara en casa. Jeongguk siempre pensando que hacer cosas vandálicas, como lo era salirse de casa un día que no tenía permitido, era lo más cool hoy en día.

Estaba a punto de botar incluso su celular en la cara de su agresor, pero no podía siquiera girar sobres sus talones para encararlo. Se congeló aún más cuando sintió la respiración, de alguien que no era él, chocando lentamente con su rostro. Recordó entonces todas las creepypastas que había visto o leído con anterioridad, vídeos de casos paranormales y pensó que sus órganos no serían vendidos en el mercado negro pues quizá eran tragados ahí mismo por aquella cosa que fuera lo que se encontraba frente a él.

No sabía si prefería que fuera un humano o un ser no identificado. De ambas maneras iba a terminar mal, una parte de su ser se lo decía.

- Bebé –Susurró melifluo, incluso así su voz era capaz de apaciguar los sonidos de la ciudad que les rodeaba, y no pudo evitar sentir aún más miedo en cuanto la reconoció-. ¿Por qué estás solo aquí, a esta hora?

Y quiso convencerse a sí mismo de que aquellas palabras no iban cargadas de preocupación, pero era tan difícil, fue aún más difícil cuando abrió lentamente los ojos al sentir una suave mano sobre su mejilla. Por instinto –y como si fuera un cachorro- su cabeza se impulsó un poco hacía aquella parte de la anatomía ajena. El más bajo le miraba con una sonrisa ladina y a pesar de eso Jeongguk podía sentir cuanta amabilidad expulsaba en aquel simple gesto. Tuvo que tomar por los hombros al más bajo cuando sintió que sus piernas perdían fuerza con aquel ligero roce.

- Y-yo... vine con TaeHyung. –Soltó con un poco de miedo por romper la magia que apenas hacía unos segundos se había creado-. También estaba Jimin. –Trato de solucionar su oración anterior-. Jugamos un poco.

- Ya veo. Que poco amables al dejarte solo aquí. –Y su voz se escuchaba esta vez más fuerte, más potente y más fría-. Pero no tanto como el hecho de que mi novio no me hubiese llamado para venir a recogerle.

Y ahora no solo fue su voz, también su rostro se había relajado tanto que pronto se formó una de esas muecas a las que Jeongguk solía temerle, siempre que sucedía sentía que había arruinado todo con cada cosa que hacía o decía. Todavía con temor, llevó más atrás sus brazos hasta poder rodear con ellos la mayor parte de la espalda ajena y entonces, lentamente acercó su cabeza hasta dejar caer su barbilla sobre el hombre del más pequeño, dejó salir también una apenas audible risa cuando hubo terminado su acción. Se permitió relajar en aquella posición cuando las manos del otro rodearon totalmente su cintura.

Una corriente eléctrica era lo que ahora mismo llenaba el cuerpo del más joven, una de las manos de su novio se colaba por debajo de su jersey, y a pesar de las bajas temperaturas, se sentía tan cálido aquel toque que ayudo a su cuerpo, a pronto, recuperar todo el calor corporal que había perdido esperando en aquel lugar. La otra mano del más grande se encontraba jugando con los cabellos de su pequeño con sonrisa de bebé, se relajó cuando hubo escuchado sus risas como consecuencia de sus caricias en la anatomía impropia.

- Te llevaré a casa. –Y no fue una sugerencia, fue más bien una orden que no sintió como tal pues había recuperado el tono que uso al principio. El menor asintió totalmente entusiasmado apretujando con ligera fuerza el cuerpo impropio-. Y no te daré besos por no haberme avisado.

El reprendido se alejó apenas un poco para quedar de frente al rostro ajeno, un ligero mohín se asomaba por sus labios inconscientemente al escuchar lo que decía el mayor, quien no pudo evitar reír al mirar la escena de su bebé descontento. A pesar de esa reprimenda, Jeongguk disfrutaba estar de esta manera con el castaño. Disfrutaba tanto del sonido que hacía su risa y no se avergonzó al ser contagiado por aquella felicidad, dejando salir una de igual manera.

El mayor soltó su afiance recorriendo con su diestra el brazo izquierdo del menor hasta que sus dedos se encontraron, enredando los propios con los ajenos, una vez el bus se detuvo frente a ambos. La subida, y el recorrido hasta encontrar un lugar que a ambos les satisficiera, estuvo unido por sus dedos jugando ligeramente con los otros, hasta que YoonGi decidió romperlo para dejar su cabeza en el hombro del menor, cerrando ligeramente sus ojos.

Una última sonrisa apareció en el rostro del más joven antes de mirar hacia fuera y notar que el auto estacionado en la esquina de esa misma calle era de SeokJin, y antes de mirar como el mayor les miraba detenidamente con ambas manos empuñadas.

- No vuelvas a hablarme hasta que lleguemos. –Soltó de manera fría, Jeongguk no evitó sorprenderse un poco, sin embargo estaba acostumbrado a ese tono de voz usado en el mayor para con él-. Incluso si pudieras ni siquiera avisarme cuando bajes, estaría mejor.

Y a pesar de estar acostumbrado, su pequeño pecho se sintió estrujado con cada una de las palabras del mayor. Quizá fue la exageración en las muestras de afecto, o quizá fue que no había notado la presencia de un tercero y por eso se había sentido todo tan real, desconocía la verdadera razón para que una vez más doliera de esta manera. Estaba acumulando lágrimas, sí, pero no las iba a dejar salir, al menos no hasta llegar a casa y encontrarse solo en su habitación. Miró lascivamente al mayor, aún con los ojos cerrados pero esta vez con la cabeza recostada sobre el ventanal, y se preguntó cómo era posible que un ángel pudiese dañar más aún que un demonio. Al final, los demonios alguna vez fueron ángeles. Pero YoonGi era uno disfrazado aún de pureza. 

Jealous ; jjk + myg ; finalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora