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No debió quedarse hasta tarde en la casa de TaeHyung, tampoco debió dormir solo tres horas porque se desveló mirando películas con YuGyeom. Quizá ahora no estaría sintiendo arrullo con la insoportable voz de su profesora de historia, pero ahí estaba, casi dormido como un bebé tirando baba sobre su escritorio. Intentaba con todas sus fuerzas mantener los párpados abiertos, ni siquiera se esforzaba por entender el tema del que hablaba la profesora porque, sabía, se iba a dormir. Recordaba cosas estúpidas a lado de su mejor amigo en la noche anterior para mantener los ojos abiertos, y es que a estas alturas ya era eso una gran ganancia.

También no dormía debido al hecho de que sentía el cargar de una fuerte mirada justo detrás de él, ni siquiera tenía que voltear para adivinar de quien se trataba, y aun así lo hizo. A sabiendas de quien era la persona que le miraba tan fijamente con esos felinos ojos, por un instante olvidó lo que había pasado entre ambos cuando una sonrisa se mostró en el rostro ajeno, la cual respondió genuinamente a pesar de su cansancio físico.

No supo exactamente cómo reaccionar al ligero sonrojo que se mostró en las, muy blancas, mejillas del mayor. Pero fue feliz con ese simple gesto, volviendo su vista al frente mientras se encogía un poco sobre su lugar, manteniendo esa amplia sonrisa, ahora más bien llena de nervios. Y entonces, supo cómo reaccionar cuando se dio cuenta que fuera de la puerta un tercero había sido presente de cada uno de sus gestos, por más que quiso mantener aquella sonrisa no lo logró.

Y toda la clase se concentró en mirar a un apático SeokJin ingresando al salón con algunos papeles en mano, los cuales iban dirigidos a la profesora. Desde la manera en la que caminaba hasta la manera en que se posicionaba para esperar la entrega de esos papeles, todo él era tan deslumbrante y esa sería la razón por la cual tenía a media escuela babeando por él, y en ese conteo se incluía a YoonGi.

Jeongguk por fin dejó caer su cabeza sobre sus brazos cuando la profesora aviso sobre salir a reparar cualquier cosa que viniera en aquellos papeles, cerrando ligeramente los ojos y usando sus auriculares, le sorprendía que el joven que había entrado antes aún siguiera ahí, pero no le sorprendió la acción siguiente a la suya.

El azabache se había acercado hasta su lugar, consiguiendo intercambiar con un compañero cercano al más joven, y así comenzó a repartir ligeras caricias en su cabeza. Debía ser natural, así que muy a su pesar elevó lentamente la vista para encontrarse con un sonriente bebé, ansioso por realizar su siguiente travesura, de la cual él sería participe igual.

- ¿Estás bien, bebé?

Y de nuevo ahí estaba ese tono preocupado, ese que tanto odiaba el castaño saliera de la boca del azabache. Asintió lentamente con la cabeza sintiéndose incapaz de responder con palabras entendibles. Pronto una de sus manos fue capturada por una contraria y fue cuando supo que llamaban ahora más la atención, la mirada tan preocupada que le dedicaba YoonGi por un momento le dio asco, pero no hizo nada. Solo cerró los ojos de nuevo, esperando así que todas sus emociones se concentraran en una que le trajera paz interna. Pero con YoonGi a un lado esa palabra no existía.

- No te miras bien, ¿en serio lo estás?

Tenía ganas de responder que no, que ahora mismo quería vomitarle toda la mierda que había acumulado desde hace días en la cara, pero se contuvo, tan solo faltaba un poco más para terminar el curso, y el trato había sido así, su asquerosa relación terminaría junto con el curso pues para aquel entonces era seguro que YoonGi y SeokJin se estuviesen dando besos ya en las jardineras traseras de la universidad.

- Solo estoy cansado, hyung.

Y no mentía, además de que se sentía como la mierda físicamente y el sueño le abatía a cada segundo, estaba cansado ya de su relación jugador-juguete. Fue cuando una idea surgió por su cabeza, una estúpida -pero al menos en aquel momento, inteligente- idea. Si YoonGi podía actuar tan bien con él cuando labios bonitos se encontraba frente a ellos ¿por qué él no habría de hacer lo mismo? Si no podría terminar con esta relación, al menos la haría más amena, y ya no le tenía que importar si lo era para el otro o no.

El menor dejó un casto beso en la mano de su mayor, dando así comienzo a su idea -de la que seguro luego se arrepentía- y miro como el más grande de los tres salía casi furia del salón de clases. Sonrió ligeramente, antes de tomar la mano que se encontraba sobre su cabeza y retirarla sin el más mínimo cuidado para dejarla caer sobre la otra mesa, el sonido que emitió le hizo pensar que había lastimado al mayor, pero vamos, una herida física no se comparaba con las que le éste le había ocasionado con anterioridad.

- Es suficiente, no me toque más, hyung.

Y a pesar de ser amable con las palabras éstas pesaban mucho, si comparas la primera respuesta del menor con ésta te dabas cuenta inmediata del cambio. Aquello tomó por sorpresa al mayor, quien no se movió ni un poco de aquel lugar y por el contrario, se quedó observando como estúpido cómo el menor giraba su rostro, sin la más mínima pizca de arrepentimiento, hacia el otro lado para continuar durmiendo plácidamente.

La realidad era que aunque se mirara fuerte y seguro de lo que hacía, no lo estaba. No estaba seguro de las acciones que realizaba, sin embargo éstas caían una sobre otra y no podía siquiera terminar una cuando la otra ya venía, más sumando el revoltijo de sentimientos y pensamientos que venía arrastrando ya desde hace tiempo, era algo que un simple pre-adulto -el cual recién había dejado ir su primer beso con el enano que tenía a su lado- no podía llevar solo.

Jealous ; jjk + myg ; finalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora