4.9K 624 72
                                    



La sonrisa que el más bajo mostraba en ese momento era una de las más genuinas que podía regalarle al mundo, y una sonrisa suya era como el canto de un ángel para cualquier ser que fuese capaz de mirarla. Sus brazos se encontraban alrededor de aquella fina cintura, la cual estaba cubierta por varias capas en forma de suéter debido al frío. El invierno había entrado hace unas pocas semanas y las bajas temperaturas eran muy comunes en la zona que ambos vivían, pero eso no era impedimento para que se encontraran incluso en vacaciones. Su rutina estaba basada básicamente en lo mismo todos los días, desde encontrarse en clases en la universidad hasta encontrarse a diario fuera de clases, y no era algo incómodo para ninguno de los dos.

El más alto cubría con la mayoría de su torso el pequeño cuerpo de su mejor amigo debido al frío aire que cubría su atmosfera, el parque estaba vacío casi en su totalidad de no ser por ellos dos, un par de locos que eran capaces de salir con aquellas bajas temperaturas con tal de verse. La urgencia en la voz de YoonGi había que SeokJin no se pensara demasiado las cosas cuando salió de su casa con rapidez para encontrarlo sentado en una banca cercana a los edificios en los que vivían. Ninguno había sido capaz de hablar después de finalizar la llamada y encontrarse por fin en su lugar habitual, pero para el mayor no era necesario al confirmar que su mejor amigo se encontraba completo y bien.

La diferencia radicaba en que las palabras sí eran necesarias para el menor de ambos, pero no sabía cómo comenzar con su discurso, uno que había ensayado desde varios días antes, y aunque estaba seguro de que sus sentimientos iban a ser aceptados de la misma manera tenía miedo de equivocarse, pues un error de este tamaño implicaba más que quedar como un idiota frente al mayor, podía implicar perder todo lo que hasta ahora habían logrado construir después de varios años de amistad. Su amistad no era común, no solo se habían conocido en una clase de la universidad y habían decidido ser amigos, de hecho si ese hubiese sido el caso lo más seguro es que ninguno de los dos se hubiese acercado al otro pues sus personalidades eran totalmente diferentes, SeokJin gozaba de ser extrovertido en todo el sentido de la palabra y por otro lado, YoonGi gozaba de ser su lado opuesto pues introvertido venía a ser la descripción más acertada que podías dar de él. Eran polos opuestos que se habían atraído hace mucho tiempo y ahora eran difíciles de alejarse.

Ambos valoraban su amistad, pero de diferentes maneras, el mayor solía valorar aún más su amistad de lo que el menor lo hacía y esa era la línea que YoonGi no debió haber cruzado con tanta deliberación. El menor por fin fue capaz de levantar su mirada para encontrarse con los claros ojos del más alto, quien sonrió sin pensarlo cuando ambas miradas se cruzaron. Las mejillas del más bajo estaban teñidas de un fuerte color rosado, y su pequeña, y redonda, nariz estaba del mismo color por lo que fue fácil matar de ternura al mayor quien no dudo en dejar un corto beso sobre aquella zona. Y esas muestras de afecto, inofensivas por parte del mayor, eran las que hacían sentir seguro al menor respecto a sus pensamientos.

Aún sin romper su abrazo, YoonGi fue capaz de levantarse sobre las puntas de sus pies para quedar más a la par del mayor. Era el momento decisivo y estaba seguro de dar el siguiente paso, más aún cuando SeokJin optó por rodear de mejor manera la anatomía impropia y pegarle más a sí mismo. Todo fue tan rápido que de un momento a otro los labios de ambos estaban unidos en un tímido contacto; los pensamientos de YoonGi habían desaparecido momentáneamente cuando se sintió correspondido, pero los de SeokJin no.

Un ligero empuje sobre el cuerpo ajeno fue lo único que logró terminar con aquella muestra de afecto, de inmediato fue imposible para el mayor mirar los ojos del menor y justificar lo que acababa de suceder. Definitivamente se arrepentía un poco de haber hecho que todas sus muestras de cariño se confundieran de esta manera, él no podía corresponder a los sentimientos ajenos porque estaba mal. Ambos eran mejores amigos, ambos eran hombres.

Optó por negar rápidamente con la cabeza y huir despavorido del lugar antes de tener que dar explicaciones, o justificaciones, para sus actos. Se alejó de inmediato dejando el corazón de YoonGi pisoteado a las afueras de su parque favorito, no hubo tiempo para más desde ese día; no hubo tiempo para conversar, para reunirse a jugar o a escuchar alguna canción compuesta por el menor en la voz del más alto; tampoco hubo tiempo para más demostraciones de afecto, y mucho menos hubo tiempo para aclarar los sentimientos entre ambos. Algo que definitivamente los había llevado a esta situación.








Sus brazos se encontraban alrededor de aquella fina cintura, la cual estaba cubierta únicamente por una chaqueta de cuero y una sencilla, y ligera, camiseta en color oscura. Sus ojos se habían encontrado hace unos momentos y lo primero que el mayor de ambos atinó a realizar fue dejar un corto beso sobre los cerezos ajenos, ocasionando que la linda sonrisa del más joven hiciera una nueva aparición por esa noche.

Era bastante tarde y a pesar de eso el menor no quería dejar ir al mayor de su habitación, quien no ponía resistencia para permanecer en aquel sitio. Habían hablado apenas un poco después de que ambos colocaran aquel dije alrededor de sus cuellos, la mayoría eran bromas estúpidas por parte del menor que hacían reír al más bajo, y por ende a él mismo. Pero ambos se sentían cómodos con la cercanía del otro en aquel sitio; uno sintiéndose pleno al tener el cuerpo del mayor tan cerca de sí, y el otro por pensar que era una de las personas a quien más atesoraba la que se encontraba entre sus brazos. Porque aunque ese abrazo pareciera plenamente otorgado a Jeongguk, la realidad era que el pensamiento de YoonGi solo podía tener presente el momento en el que uno de sus errores había terminado con la poca felicidad de la que se daba el lujo de presumir, quizá por eso cada día odiaba más los perlados dientes que aparecían sobre el rostro de Jeon cuando le miraba, porque cuando eso sucedía una parte de su ser se ablandaba ante el más joven. 




parece relleno, pero no lo es, y sí, al fin volví del hiatus, pidan un deseo. 

Jealous ; jjk + myg ; finalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora