El fin de semana transcurrió más rápido de lo que le hubiera gustado, se había pasado todo el día en su cama pensando en lo que había pasado y en como haría para volver a ver a Komaeda sin sentir vergüenza.
Ese día durante la noche había recibido un mensaje del albino disculpándose por haberse ido sin decirle nada, asegurando que había sucedido algo importante y por ello se había retirado. Él no respondió. No quería. Estaba sumamente avergonzado.
Él nunca había sido del tipo de personas que se escandalizaban ante el tema del sexo, o de los que creían que la virginidad era algo puro y sagrado, para él nada de ese tipo de cosas tenia importancia. Así que siempre supuso que la primera vez que tuviera sexo no le iba a importar, y en cierta parte, no le importaba. Lo que realmente le importaba y preocupaba era tener que ver a la cara al albino y recordar lo que habían hecho. También le preocupaba lo que fuera a decir el chico.
–Hajime, ¿no vas a ir a clases?
Con lentitud abrió los ojos para ver a la persona que le había hablado. Su madre se encontraba de pie en la puerta de su habitación observándolo con una evidente preocupación.
–¿Se me ha hecho tarde? –cuestionó mientras comenzaba a ponerse de pie.
–No, aún es tempra –se interrumpió– Hajime, ¿qué tienes ahí? –Cuestionó señalando su propio cuello.
–Ah... –rápidamente se llevó la mano al cuello, había olvidado que estaba sin camisa por lo cual dejaba a la vista las pequeñas marcas que había dejado Komaeda en su cuello– me... me caí en casa de Nanami... y me lastime el cuello –dijo comenzando a reír nerviosamente.
Su madre elevo una ceja en señal de evidente confusión e inmediatamente rompió en carcajadas, provocando que Hinata se tensara.
–Hajime cariño, la excusa de los mosquitos hubiera sido más creíble, pero te daré algo de crédito por tratar de ser creativo –una gran sonrisa se formó en sus labios al ver como el rostro de su hijo se teñía de un potente carmesí debido a la vergüenza– en fin, tengo que irme al trabajo, te he dejado el desayuno listo y no olvides que te toca preparar la comida y por cierto... ¿fue Chiaki? ¿O acaso fue Kazuichi?
–¡Détente! –gritó completamente avergonzado, ocasionando que la mujer volviera a soltar una carcajada mientras abandonaba la habitación, instantes después, Hajime escucho el sonido de la puerta al cerrarse, lo que le indicaba que su madre finalmente se había ido. Dejo escapar un fuerte suspiro y se dejó caer de nuevo en la cama. Realmente, su día no había comenzado bien.
–Buenos días, Hinata-kun –murmuró la pelirosa con voz soñolienta al verlo entrar al aula, inmediatamente, se volvió a recostar en su pupitre y cerró los ojos dispuesta a dormir un poco más.
–Buenas noches –respondió Hinata entre risas acariciando el cabello de la chica, esta soltó un quejido en señal de molestia, ocasionando que el chico riera más fuerte.
–Buenos días chicos, el profesor Munakata no podrá venir hoy, así que yo daré la clase en su lugar –con una gran sonrisa Chisa comenzó a hablar mientras ingresaba al aula, llamando la atención de todos los alumnos, en cuanto la vio, Hajime despertó a Chiaki, no quería que ahora fuera ella la que tuviera que soportar el regaño– por favor, tomen asiento.
Un sonido casi sepulcral inundo el aula cuando todos tomaron sus asientos y observaban a la profesora que revisaba entre un montón de papeles que llevaba en sus manos.
–Veamos, Munakata tenía planeado un trabajo en parejas.
–¡Yo pido estar con Sonia-san! –exclamó Souda elevando su mano derecha para llamar la atención, la chica rubia lo observó y rio con incomodidad.
–Parejas que él ya tenía elaboradas –término de hablar Chisa mostrando una hoja en la que se lograban apreciar algunos nombres escritos.
Después de escuchar los lamentos de Souda, Yukizome comenzó a explicar en voz alta las indicaciones y las parejas que debían formarse, no se sorprendió cuando la joven maestra menciono que su pareja seria Mikan, después de todo desde temprano se había dado cuenta que su día no iría bien.
–Perdón... Supongo que querías estar con Nanami –murmuró la chica con voz tímida mientras se sentaba a su lado.
Él sonrió y negó con la cabeza, indicándole que no le importaba en lo más mínimo. Ninguno de los dos volvió a hablar, se concentraron en realizar el trabajo en silencio y solo se hacían pequeñas preguntas cuando era necesario. Él estaba bien con eso.
Desde que se había enterado que la chica había salido con Komaeda una extraña sensación le inundo. Y después de lo que había sucedido el fin de semana esa sensación no había hecho más que aumentar. Y también se sentía mal. Después de todo, la tímida chica también era su amiga, y sentía como si le estuviera traicionando. Su mente sin duda estaba hecha un caos.
–Tsumiki- san –dijo llamando la atención de la mencionada, ocasionando que esta ladeara la cabeza con curiosidad– ¿Cómo conociste a Komaeda? Dijiste que se conocieron en la secundaria, ¿no?
–No, estuvimos en la misma secundaria, pero nos conocimos cuando éramos más chicos –habló con apenas un hilo de voz, Hinata no estaba seguro si era por la timidez que poseia o si trataba de que la maestra no la escuchara– Estábamos en el mismo internado.
Así que son amigos de la infancia, tiene sentido. Pensó.
–Solíamos pasar las fiestas juntos, era muy divertido –Continuó hablando, llamando inmediatamente la atención del castaño.
–¿Las fiestas? ¿No se supone que en esas fechas deben ir a sus casas?
–Ah, en teoría... –murmuró con timidez– Pero mi familia nunca tenía tiempo para mí, así que me quedaba en el internado, y la familia de Komaeda... Lo lamento, pero no creo que deba hablar sobre eso.
Hinata frunció el ceño claramente confundido, pero antes de que pudiera seguir hablando, la chica volvió la vista a su cuaderno y continúo escribiendo, dando por finalizada su conversación
Abrió la boca dispuesto a seguir hablando aun cuando Tsumiki ya no tenía intenciones de hacerlo, mas antes de que pudiera emitir palabra fue distraído por el sonido de un mensaje entrante en su celular, rápidamente y antes de que pudieran decirle algo lo saco de su bolsillo, e inmediatamente abrió el mensaje.
Era de un número sin registrar, pero aun así había hablado con esa persona anteriormente, era la chica que le había proporcionado el número telefónico de Komaeda.
–¿P-por qué?
Hinata dirigió la mirada a la chica junto a él, no se había dado cuenta de cuando ella había volteado. Se encontraba observando la pantalla del teléfono con una expresión de evidente confusión y algo más que Hinata no supo interpretar.
–¿Sabes quién es? –Cuestionó confundido.
La chica asintió, y con rapidez le arrebato el teléfono de las manos bloqueándolo en el acto. Y sin decir más, se levantó de su asiento. Hinata observo como se dirigió hacia la mesa donde se encontraba la profesora y después de intercambiar unas palabras desapareció por la puerta.
Sin comprender, volvió a tomar su teléfono y releyó el mensaje.
"¿Pudiste hablar con Komaeda-senpai?"
Simple y sencillo.
No entendía por qué Tsumiki había lucido tan preocupada.
Sin entretenerse más, respondió el mensaje.
Haber si me muero.
Creo que después de doce intentos de capítulos es un buen momento para agradecer a las personas que siguen leyendo esto, así que muchas gracias u3u
Estoy consciente de que esto no es ni medianamente bueno así que realmente aprecio a las personas que siguen leyendo y están interesadas, y bueno, nos leemos el siguiente mes v:
Y por cierto: VIERON QUE EL NUEVO ALBUM DE OGATA INCLUYE ZETSUBOUSEI HERO CHIRYOUYAKU (¿lo he escrito bien?) AAAAAAAAAH me siento muy bendecida
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Cabhrú ||Komahina
FanficHinata tiene problemas académicos. Komaeda tiene excelencia académica. Komahina/Hinakoma ||AU ♧Descripción sujeta a cambios. ♧Portada cortesía de FreeTheNami♡