Capítulo 7: La chica guerrera.

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Esa noche me quedé pensando en todo; ¿por qué todo era tan extraño? ¿Tanto había cambiado el mundo?

También me quedé pensando sobre los sectores; de un momento a otro tendría que formar parte de alguno... Pero yo no tenía madera de sabio y mucho menos de constructor, mi destino estaba predestinado al sector de Élite; además tenía mi poder... ¿Qué malo podría pasar?

Todo era muy surrealista, la verdad... tal vez era mejor vivir en la falsa realidad...

Pero para volver a estar en paz debería de acabar la guerra; y yo pesentía que podía hacer algo al respecto.

                                             *  *  *

Por la mañana me desperté con más fuerzas que nunca; tenía una decisión y era entrar en el sector de Élite.

  — Parece que te has levantado con energía Zak. Ven, vamos a desayunar.

Mientras desayunábamos saqué el tema.

— Papá, quiero entrar en el sector Rojo.

A mi padre se le fue casi  la leche por la nariz.

  — ¡¿ESTÁS LOCO?! ¿Tú sabes lo difícil y duro que es estar en ese sector? 

  — Pero papá yo quiero ver mundo y no quiero cruzarme de brazos ante tal conflicto bélico; presiento que yo podría cambiarlo todo!

  — Ya veo, espero que te lo pases bien... recuerda que puedes visitarnos cuando quieras.. toma este invento; te señalará el camino exacto con una flecha roja, estés donde estés.

  — Emmm gracias, esto... adiós papá... te quiero mucho. 

— Yo también hijo, vuelve sano y salvo para que pueda verte... Por cierto, acércate un momento, déjame hacer una última prueba por favor: ¿Puedes intentar usar el déjà vu por favor?

  — Claro, como quieras...

  — Ññññññññ (concentración intensificada). No puedo, hay algo que me lo impide. ¿Por qué?

— ¿Ves esto hijo?—se saca un frasquito con una piedra del bolsillo—Esto es un trozo de candre; cuando haya candre muy cerca de ti no podrás usar tu poder ya que las ondas electromagnéticas interfieren en su uso. Si algún día vas a la guerra, intenta no acercarte a alguien que lleve algo de candre tanto como para las armas, como para la armadura. Es fácil distinguir a alguien que lleve algo de candre; ya que es un mineral azul eléctrico a rayas blancas.

  — Gracias por la recomendación papá. (Le doy un beso).

                                              *  *  *

Adrien me llevó hacia una cabina de teletransporte; ese armatoste era gigantesco así que dudo que se pudiera utilizar para la guerra.

— Vale chico, métete en la cabina y cierra los ojos, de lo contrario te quedarás ciego.

  Comenzó a teclear en un ordenador mientras decía:

  — Escaneando Zak, conversionando Zak, ¡VIRTUALIZACIÓN!

Comencé a elevarme, como si flotara en el aire.

  — ¿Seguro que esto va a salir bi...

                                         *  *  *

  — ...en? 

De repente aparecí en otra cabina de teletransporte, aterrizando suavemente.

  — Pues parece que ya he llegado... ¿Hola?

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