Esa noche me quedé pensando en todo; ¿por qué todo era tan extraño? ¿Tanto había cambiado el mundo?
También me quedé pensando sobre los sectores; de un momento a otro tendría que formar parte de alguno... Pero yo no tenía madera de sabio y mucho menos de constructor, mi destino estaba predestinado al sector de Élite; además tenía mi poder... ¿Qué malo podría pasar?
Todo era muy surrealista, la verdad... tal vez era mejor vivir en la falsa realidad...
Pero para volver a estar en paz debería de acabar la guerra; y yo pesentía que podía hacer algo al respecto.
* * *
Por la mañana me desperté con más fuerzas que nunca; tenía una decisión y era entrar en el sector de Élite.
— Parece que te has levantado con energía Zak. Ven, vamos a desayunar.
Mientras desayunábamos saqué el tema.
— Papá, quiero entrar en el sector Rojo.
A mi padre se le fue casi la leche por la nariz.
— ¡¿ESTÁS LOCO?! ¿Tú sabes lo difícil y duro que es estar en ese sector?
— Pero papá yo quiero ver mundo y no quiero cruzarme de brazos ante tal conflicto bélico; presiento que yo podría cambiarlo todo!
— Ya veo, espero que te lo pases bien... recuerda que puedes visitarnos cuando quieras.. toma este invento; te señalará el camino exacto con una flecha roja, estés donde estés.
— Emmm gracias, esto... adiós papá... te quiero mucho.
— Yo también hijo, vuelve sano y salvo para que pueda verte... Por cierto, acércate un momento, déjame hacer una última prueba por favor: ¿Puedes intentar usar el déjà vu por favor?
— Claro, como quieras...
— Ññññññññ (concentración intensificada). No puedo, hay algo que me lo impide. ¿Por qué?
— ¿Ves esto hijo?—se saca un frasquito con una piedra del bolsillo—Esto es un trozo de candre; cuando haya candre muy cerca de ti no podrás usar tu poder ya que las ondas electromagnéticas interfieren en su uso. Si algún día vas a la guerra, intenta no acercarte a alguien que lleve algo de candre tanto como para las armas, como para la armadura. Es fácil distinguir a alguien que lleve algo de candre; ya que es un mineral azul eléctrico a rayas blancas.
— Gracias por la recomendación papá. (Le doy un beso).
* * *
Adrien me llevó hacia una cabina de teletransporte; ese armatoste era gigantesco así que dudo que se pudiera utilizar para la guerra.
— Vale chico, métete en la cabina y cierra los ojos, de lo contrario te quedarás ciego.
Comenzó a teclear en un ordenador mientras decía:
— Escaneando Zak, conversionando Zak, ¡VIRTUALIZACIÓN!
Comencé a elevarme, como si flotara en el aire.
— ¿Seguro que esto va a salir bi...
* * *
— ...en?
De repente aparecí en otra cabina de teletransporte, aterrizando suavemente.
— Pues parece que ya he llegado... ¿Hola?
ESTÁS LEYENDO
Déjà vu
De TodoEsta es la historia de un chico llamado Zacarías, para muchos; Zak, un chaval que empieza a descubrir la verdad de lo que le rodea. Lo que había empezado siendo en un instituto normal... había acabado en una especie de 3a guerra mundial? Alguna vez...