Ramen & Chocolate [NamMin]

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Pasaron nueve días desde que conoció a Jimin pero poco podía quitarse ya fuera su sonrisa o mirada melancólica de su mente. No había salido del apartamento. No había hablado con nadie. Se sentía solo. No sabía qué estaba haciendo con su vida. En toda la semana desde que Jimin fue a su casa no había salido, como si esperase una señal para hacer algo.

—Solo te quiero a ti ahora mismo —dijo echado en el piso.

Y probablemente esa era su razón de no haber salido. Lo único que quería era a Jimin. No quería ver a nadie ni nada más. Cada vez que cerraba los ojos lo veía en frente suyo, pero esa imagen era intocable.

Su celular comenzó a sonar desesperadamente, pero no era una llamada, eran mensajes.

"PENDEJO.
RESPONDEME.
LOS
MENSAJES
COÑO
QUE
HACES
ESTAS
MUERTO
?!?!??
C
O
N
T
E
S
T
A
M
E
K
I
M
N
A
M
J
O
O
N
Me tienes preocupado ..."

Aunque tenía cierta pereza decidió responder. Si le pedía salir o visitarlo no se opondría, necesitaba algún tipo de interacción social. Si no, acabaría deprimiéndose –si es que no lo estaba ya. Estaba seguro.

"Ya, ya está.
S
E
O
K
J
I
N
Solo quería estar un rato solo :/"

Seokjin le preguntó por qué quería eso pero Namjoon no dio más razón que "porque sí".

Su amigo no volvió a mandarle ningún mensaje, tiempo durante el cual Namjoon lo único que hizo fue mirar el suelo a través de la ventana. No es que tuviese pensamientos suicidas, pero se sentía tan confundido, triste, solo, que le habría gustado estar muerto por un rato. Aunque en cierto modo, estando encerrado en su apartamento sin hacer nada productivo, casi se sentía muerto.

Lo que lo sacó de su trance fue quien tocaba el timbre de su apartamento.

Cuánto habría deseado que fuese Jimin, pero solo pudo ver con desilusión a quien estaba allí delante suyo al abrir la puerta.

—¿Por qué esa cara? ¡Namjoon, no has dado señales de vida en días! —Seokjin lo miraba preocupado.

Al menos es alguien, pensó Nam.

—No importa, estaba aburrido de salir y ya está. Tenía pereza, nada más.

—Sí, claro —contestó Seokjin con un tono sarcástico y entró al hogar de su amigo para sentarse en el sofá—. ¿Estabas esperando a otra persona cuando abriste la puerta?

Namjoon lo miró con el ceño fruncido y negó con la cabeza.

—Ya sé, en la fiesta te acostaste con alguien. O después de la fiesta, y te gustó pero no te ha vuelto a hablar.

—Deja de sacar conclusiones precipitadas.

—¡Namjoonie! —exclamó en un puchero—. Antes de la fiesta estabas todo el rato acompañándome a todos lados. Y por favor, eres de las personas más sociales y extrovertidas que conozco. No sé tú, pero yo no me trago lo de "quiero estar solo".

—Tengo derecho a querer no hacer nada durante un par de días...

Seokjin cerró los ojos con un suspiro.

—Con todo el respeto, te quiero mucho y todo eso pero ¿sí te das cuenta de que en todo el mes no has hecho nada? Nada productivo al menos. Casi todas las semanas te pasabas un día en casa solo, uno o dos donde mí, luego venía yo a visitarte, y salíamos con más personas o a una fiesta. Y se reiniciaba el ciclo.

Namjoon se sentó junto a su amigo y miró el cielo nublado con cansancio. Seokjin le peinaba el cabello.

—Es... He estado aburrido. No he tenido motivación, nada que hacer, siento todo tan igual. Y nada me emociona, podría estar riéndome, pero pasa la risa y vuelvo a sentirme gris. Lo peor de todo es que no puedo plasmar cómo me siento en un papel.

Seokjin le sonrió con tristeza sin dejar de acariciarle el cabello.

—¿Hay algo especial que quieras hacer?

Namjoon suspiró y miró el resto del apartamento que entraba en su campo de visión. Solo quería una cosa. En parte quería contárselo a Seokjin, pero tenía miedo de herirlo.

Se acomodó en el sofá, quedando en frente de su mejor amigo.

—Conocí a un chico —confesó e hizo una pausa.

—¡Lo sabía! —saltó Seokjin con una sonrisa—. ¿Y cómo lo hizo?

Namjoon negó con la cabeza.

—No me acosté con él, lo conocí en el supermercado mientras te llevaba el ramen de pescado.

Seokjin miraba extrañado, intuía que estaría pensando algo parecido a "llevo intentando enamorarlo por años y él se fija en alguien que conoció hace semana y media en un supermercado".

—El punto es que, no lo sé. No sé cuándo me volví tan cursi, pero... Seokjin, deberías verlo. Tiene una sonrisa hermosa, diría que el chico brilla por sí solo. Pero lo que realmente me duele es que está enamorado de alguien más. Y es eso, que ahora mismo quisiera estar solo con él. Digo, agradezco que estés aquí, solo que... —Sacudió su cabeza—. Olvídalo.

Se quedaron un rato en silencio mirando hacia el comedor, Seokjin hacía tiempo ya había parado de acariciarlo.

—Nam —lo llamó Seokjin, mirándolo a los ojos—. Mírame.

Namjoon se giró para ver la manera en que Seokjin lo miraba. Era cierto que tenía cierto temor, era impredecible lo que Seokjin fuese a decir. No podía imaginar cómo reaccionaría a lo que acabó de decir.

Pero fue peor. Seokjin le colocó una mano en la mandíbula y se acercó para besarlo. Namjoon de la impresión dejó que sus labios se tocaran pero de inmediato se alejó.

—¿No acabaste de escuchar que me gusta alguien?

—Sabes que yo estoy enamorado de ti. Y podrás enamorarte de cualquier hombre del mundo, pero ninguno te que–

—Sal de aquí —lo interrumpió.

—...rrá como yo. Nam, lo siento, no pensé que te lo fueras a tomar a mal.

—Yo también lo siento, no debí decirte eso. Pero deberías entender que no siento lo mismo. Te adoro, en serio. Pero no logro pensar en ti románticamente.

—La vez pasada fue delicada.

Namjoon hizo un sonido para indicar que no había entendido.

—La última vez que nos acostamos me tocaste con delicadeza.

Namjoon se odiaba, había hecho un esfuerzo por no imaginarse el cuerpo del chico y ser igual con Seokjin como lo había sido siempre. Creyó haberlo hecho bien, pero ya veía que no.

—Estaba confundido, ahora sal de mi casa.

—Idiota —murmuró Seokjin.

Se levantó para tomar su chaqueta y desapareció detrás de la puerta, cerrada con demasiada fuerza.

Ahora sí tenía ganas de llorar. Debió hacerse caso cuando pensó que sería mala idea decirle algo acerca de Jimin.

¿Por qué no lo dejó ir?

Si nunca se le hubiera caído la cantidad de ramen, tal vez se hubiera enamorado de Seokjin, tal vez se sentiría un poco menos deprimido, tal vez... No lo sabía. Todo estaba tan extraño, tan incierto.

Solo pudo identificarse con el cielo gris que veía a través de la ventana.