La noche ya estaba presente mientras Laura y Ainhoa veían una serie en la televisión. Por un momento, Ainhoa giró la cabeza hacia Laura y se quedó mirándola escasos segundos. Vio que no estaba atenta a la televisión.
Ainhoa carraspeó y Laura no hizo ni un solo movimiento.
-¡Ey! -Exclamó.
Laura al momento giró su cabeza hacia esta, pegando un pequeño brinco.
-Qué susto.
-¿En qué piensas? -Le preguntó su querida amiga Ainhoa.
Laura sonrió.
-En ella. -Dijo sonrojada.
-Mírala, cómo se sonroja. -Comentó Ainhoa pegándole un pequeño golpe en el brazo derecho.
Laura solo se limitó a sonreir.
-Me encanta. -Bajó la mirada sonrojada aún.
-Vamos... ¿por qué no le dices lo que sientes?
-Porque no es fácil.
-Bueno... no exageres.
-¿Cómo que no exagere? Cada vez que estoy con ella me bloqueo, me pongo muy roja, tú bien sabes lo que me pasa.
-Existen otros medios. Estoy segura de que tú también le gustas.
-Ojalá. -Dijo Laura con voz tierna.
-Te voy a ayudar.
Laura miró a Ainhoa.
-¿Cómo?
-Vamos a darle pistas como si fuera un juego.
-¿Qué dices?
-Déjamelo a mí.
Ainhoa quitó la tele, le dedicó una sonrisa a su amiga y la rodeó con sus brazos.
-Ven conmigo. Por cierto, llama a tu madre que hoy te quedas a dormir aquí. -Le dijo Ainhoa a la chiquita de ojos verdes.
Ainhoa cogió de la mano a Laura y fueron camino a la habitación.
Mientras Laura marcaba el número de su madre para decirle que no dormía en casa, Ainhoa sacaba un estuche y unos cuantos folios.
Cuando Laura colgó, Ainhoa la miró.-Ven. -Le dijo.
Laura se sentó en la silla de su izquierda.
-¿Ves este folio? -Preguntó Ainhoa.
-Sí. -Dijo Laura confusa.
-Esto va a ser el comienzo de algo grande.
Las dos se miraron y sonrieron.
Ainhoa cortó el folio por la mitad y lo dejó sobre el escritorio.-Vale. El lunes, sin que se dé cuenta le dejaremos este folio en su pupitre. -Dijo Ainhoa.
-Está en blanco.
-Sí.
Laura miró confusa a Ainhoa.
-Le voy a escribir un mensaje. -Afirmó Ainhoa.
-Eh no, no, ¿qué le vas a poner? Que tú eres muy bestia.
-Como te he dicho le vamos a dar pistas. Vale. Le voy a poner en el folio: "A una chica muy linda le encantas."
-Oye... yo no lo veo esto eh. Déjalo mejor. No hagas nada.
-¿Te vas a echar atrás ahora?
-Sí.
Ainhoa miró mal a Laura y guardó el estuche.
-Oye tampoco te pongas así. -Dijo Laura.
-No me pongo de ninguna manera. -Dijo Ainhoa borde.
-Para nada.
Ainhoa se paró enfrente de Laura.
-¿Sabes? Me da mucha rabia que seas así. -Dijo más relajada.
-Es que...
-Yo lo hacía por ti, porque se nota a distancia que Erika quiere algo más que amistad contigo. -Dijo cortándola.
Laura bajó la mirada.
-Si de verdad es eso lo que quieres, permanecer en silencio, allá tú. Solo te digo que conozco perfectamente a Erika y ella no te va a decir lo que siente.
-¿Sabes si le gusto? -Preguntó Laura.
-No. -Dijo Ainhoa seca.
-Entonces no sabes lo que siente.
-Se nota a lo lejos lo que siente.
-Las apariencias engañan.
-Tienes tres opciones. -Dijo Ainhoa mirando a Laura.
Laura alzó la cabeza para mirar a Ainhoa.
-Callarte y dejarla pasar, decírselo tú misma como puedas o, si tú quieres, claro está, dejarme a mí hablar con ella. Tú eliges. -Aclaró Ainhoa.
El silencio se hizo por unos segundos.
-¿Y que le dirías a Erika si hablas con ella? -Preguntó Laura.
-Le preguntaría si siente algo por ti y si se lo consigo sonsacar, te lo digo y haces lo que te parezca.
-Vale.
-¿Quieres?
-Sí.
-Pero no te eches atrás, ¿eh?
-Que no.
-Vale, el lunes hablo con ella.
-Me voy a dormir ya. -Dijo Laura.
-¿Ya? Si solo son las once.
-Estoy muy cansada, me he despertado muy pronto.
-Mañana domingo.
-Lo sé. -Dijo borde Laura.
-Buenas noches. -Dijo Ainhoa.
-Que descanses.
-Igualmente.
Ainhoa depositó un beso en la mejilla de Laura, seguidamente se acostó ella también.
Al día siguiente, la madre de Ainhoa entró cuidadosamente en la habitación.
-Chicas, arriba, es hora de comer. -Les dijo.
Las dos abrieron los ojos con dificultad.
-Buenos días dormilona. -Dijo Ainhoa.
-Habló. Buenos días. -Contestó Laura.
-Me despertaste a las 4 de la mañana de un patadón, bestia. -Informó Ainhoa.
-¿Enserio? No me enteré.
-Normal. Estabas roncando.
-Yo no ronco.
-Sí lo haces.
-Que no.
-Pero si te escuché anoche, lerda. -Aclaró Ainhoa.
-Ok.
-Va borde, levántate.
Laura se levantó a desgana y fue al comedor.
-¿Cómo habéis dormido? -Preguntó la madre de Ainhoa.
-Ella de puta madre. -Dijo Ainhoa por detrás.
-Esa boca. -Dijo su madre echándole la bronca.
-Bah. -Refunfuñó la chica de ojos miel.
Después de comer estuvieron toda la tarde juntas mientras pasaban el rato.
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A pesar de todo, te quiero.
Teen FictionLaura y Erika son dos chicas adolescentes dispuestas a luchar por su amor a pesar de las distintas adversidades que se les aproximan. ¿Será un primer amor para siempre o pasará algo?