Siete.

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Pasaron los días, las semanas y poco a poco el día de regresar a España se acercaba.
Muy lentamente.
Laura todos los días llamaba a su novia.
A Julen no la había vuelto a ver, se supone que ella se fue a su país o a otro lugar y abandonó el hotel.
Laura ya contaba las horas que le quedaban para subir otra vez al avión y volver. Solo le quedaba hacer eso, harta de esperar después de dos largos meses.
Veinticuatro horas justas para coger ese avión.

-Voy a empezar a recoger mis cosas y las meto en la maleta. -Dijo Laura.

-Vale.

Laura empezó a recoger todo. Tan solo habían pasado 2 horas y ya lo tenía todo en orden para regresar, pero, por desgracia, aún le quedaban veintidós para coger el medio de transporte.

Erika también estaba deseando que su novia apareciera por el aeropuerto para abrazarla con fuerza. Cogió el móvil y le envió un whatsapp a Ainhoa.

"Ainhoa, ¿mañana me acompañarás al aeropuerto?" -Preguntó Erika.

"No puedo, tengo que ir al médico."

"¿Y eso?"

"Revisión."

Después de un larguísimo día, Laura se durmió.

Laura iba caminando por una calle de su pueblo, era de noche y había muy poca luz, la justa para ver lo que tenía enfrente y poco más.
Notaba como sus ojos se cerraban solos pero hacía el esfuerzo de abrirlos.
No había ni un alma en la calle y, la verdad, ni ella misma sabía qué hacía a altas horas de la madrugada paseando por aquellos estrechos callejones.
Notaba como le iba pesando más y más todo el cuerpo y se cayó al suelo notando un grande vacío en el pecho.
Estaba asustada, no sabía qué podía ser lo que le estaba pasando.

Derrepente Laura se despertó sobresaltada y encendió la luz.
Eran las tres y media de la madrugada. Le esperaba una noche muy larga.
Se paró a pensar qué podría significar aquello que había soñado.
Un sueño extraño, el cual nunca había tenido.
Sabiendo que no iba a llegar a ninguna conclusión, no le dio importancia e intentó dormir otra vez.
Pero el sueño se le apareció de nuevo y volvió a despertarse sobresaltada.
Solo había pasado media hora desde que se durmió de nuevo.

~¿Por qué me pasa esto a mí? ~Pensó.

Harta de la situación, cogió el móvil y se puso a ver unos vídeos.

Vídeo tras vídeo, se hicieron las seis de la mañana y, Laura, vencida por el sueño se volvió a dormir.
Al menos esta vez no soñó lo mismo.

El avión salía a las once de la mañana, el despertador sonaba a las nueve y media.
Ese día Erika no iba al instituto, decidió pelarse las clases y quedarse en casa.

Y después de todo el tiempo esperado, al fin ese momento llegó, el momento de volver a España.

Tras todas las horas de vuelo, Laura se bajó del avión con ganas infinitas de poder volver a tocar a su novia después de dos largos meses.
Laura salió con su maleta y detrás estaba su madre. Laura empezó a caminar rápido mirando a todos los lados.

-Toma mamá. -Dijo Laura.

Francisca cogió la maleta de Laura llevando una maleta en cada mano.
Laura seguía mirando a todos los lados y nada, pero no se cansaba de girar y girar la cabeza todo el tiempo.
Hasta que al final encontró lo que buscaba, esa chica de ojos café que la volvía completamente loca.
En cuanto vio su rostro empezó a correr sin importarle nada, cuando Laura llegó a donde estaba Erika, chocó contra ella abrazándola y tirándola así al suelo.
Ya en el suelo, Laura comenzó a besar a Erika.
Recibieron miradas y comentarios de la gente no muy agradables, pero a ellas les daba igual.

A pesar de todo, te quiero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora