Dos.

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Sonó el despertador. Los nervios de Laura recorrían su cuerpo, ya que su mejor amiga iba a hablar con la chica que le gustaba e iba a salir de dudas.
Muerta de sueño, se vistió lo más rápido que pudo y se preparó la mochila. Cuando ya lo tenía todo a punto, se puso en marcha hacia la casa de su mejor amiga para ir al instituto.
Tenía dudas, las respuestas de Erika no sabía si iban a ser buenas o malas y de ahí los nervios.
Ainhoa bajó después de cinco largos minutos esperando.

-¿Cuándo vas a hablar con Erika? -Preguntó Laura impaciente.

-Se dice buenos días.

-Hola. ¿Me puedes contestar? -Insistió.

-A la hora del patio, pesadilla.

-Joder, qué nervios.

-Ya te veo, ya. Escucha, en el patio, obvio, no te vengas conmigo, vete con otra persona o quédate en la biblioteca o algo lejos de mí para que pueda hablar con esta.

-Sí, sí.

Entraron a clase. Fueron las tres horas más largas de su vida. Laura no había tenido tantos nervios desde aquella vez que le iban a dar un premio por ser la niña que más rápido comía del colegio. Sí, existen ese tipo de premios.
Ainhoa ya tenía pensado qué le iba a decir a Erika para sonsacarle si le gustaba Laura. Ella estaba convencida de que sí por la forma en la que la mira, le habla, etc... pero tenía que salir de dudas ella también.

Llegó la hora del patio. Ainhoa consiguió ver a lo lejos a Erika y sin dudarlo llamó su atención.

-¡Eri! -Gritó Ainhoa-. ¡Espera!

Erika paró en seco y se giró hacia esta.

-Hola. -Dijo con una gran sonrisa.

-¿Qué tal? Esto... tengo que hablar contigo.

-¿Sí? ¿De qué? -Preguntó intrigada.

-Es sobre Laura.

-¿Qué pasa con Laura? -Dijo y al instante se puso un poco roja.

-Quiero que seas sincera, voy a ser directa.

-¿Sí? -Dijo nerviosa, más roja que antes aún.

-¿Te gusta?

Hubo un silencio incómodo, Erika notaba que el corazón le iba a explotar de lo rápido que le iba. Miraba a un punto fijo sin saber qué contestar y al final logró hablar.

-No, no me gusta.

En ese momento Erika solo tenía ganas de llorar de la impotencia de no poder decírselo a nadie. Con los ojos llorosos alzó un poco la mirada. Ainhoa tampoco la quería presionar.

-¿Estás bien? -Le preguntó Ainhoa.

-Sí. -Dijo con la cara desencajada.

-¿Segura?

Sin poder aguantarlo más, Erika explotó en lágrimas.

-Lo siento. -Dijo sollozando y se fue corriendo.

Ainhoa no dudó en ir detrás de ella.

-¡Erika! -Gritó Ainhoa.

Ainhoa corría más que Erika así que no tardó en alcanzarla.
Una enfrente de la otra y el impulso que le dio a Erika fue abrazar a Ainhoa.

-Tranquila. -Dijo Ainhoa.

Le limpió una de las lágrimas y la volvió a abrazar.

Acabó la hora del patio, Ainhoa acompañó a Erika a su clase y fue a la suya. Aún no había llegado la profesora. Laura miró a Ainhoa y se acercó a ella.

A pesar de todo, te quiero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora