2 Horas.

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Soy un estúpido y eso, estaba seguro, se ve desde millas de distancia. ____(tn) se había dado cuenta de que la miraba, ¿ahora qué pensaría? Realmente trataba de mantener mi distancia con ella en escuela, eventos sociales, en casa, en todos lados. Pero aquí era imposible no poder quitar mi vista de lo que era aquella chica de cabello negro. Ambos terminamos con la barra de chocolate y nos quedamos en silencio, ella tenía abrazadas sus piernas y yo solo miraba a la nada. Dirigí mi mirada hacia arriba y supe que había una puerta de emergencia. ¡Bingo!

—Mira hacia arriba. —le dije y ella me miro confundida, pero lo hizo. Una sonrisa —hermosa como ella, por cierto— se vislumbro en su rostro y se paro rápidamente.

—¿Como haremos para alcanzar abrirla? —pregunto y me di cuenta de que era realmente bajita. Bueno yo media 1.80 por lo que le llevaba máximo 15 centímetros. Me dio risa ver sus pies y notar que ya no llevaba las botas que la hacían ver más alta, y que sus pies se adornaban de calcetines perfectos para una niña de 8 años. Ella bajo su mirada hacia donde yo y se sonrojo a tal grado que no sabía si era de vergüenza por usar esas lindas figuritas o de enojo por burlarme de ello.

—La única manera de eso tendría que ser cargándote —dije cambiando el tema para que ella no me alcanzara a golpear. 

Hizo una mueca, como de no estar segura y eso me pareció adorable, créanme. Después de ver aquellos calcetines, todo me parecía ser adorable en ella desde ahora.

—Si quieres salir, es la única manera, Ali. —dije

—____(tn). Dime ____(tn). —contesto mirándome seria.

—¿Por qué no Ali? Es lindo —conteste y a pesar de que estaba de acuerdo en llamarla ____(tn), quería saber el porqué de su cambio tan extremo de actitud.

—Ali es un apodo idiota, hecho por personas idiotas que no valen la pena ser recordadas. —dijo y en ese momento no supe que decir. No sabía quien había creado el apodo, pero cualquiera que fueran aquellas personas “idiotas” como decía, merecían estar enterradas. —¿Seguro puedes cargarme? —pregunto y yo asentí, alejando esos pensamientos para rato.

—Ahora necesito que te subas a mi espalda —conteste poniéndome de espaldas a ella, esperando que lo hiciera. 

—¿Estás seguro que puedes hacerlo Niall? No sé, no te quiero dañar la espalda y que quedes mal o algo así. —casi quise reír. Esa chica era demasiado delgada como una modelo de esas que mi hermana idolatra. 

—Hazlo ____(tn). Estoy seguro de que aguantare, no soy tan enclenque como me imaginas. —fingí seriedad.

—Perdón yo no…—iba a disculparse y lo sabía a lo que yo me reí.

—Estoy bromeando, sube. —voltee mi cara y le di una sonrisa. Ella cerró los ojos y suspiro. ¿Qué tenía? Quién sabe. Subió lentamente a mi espalda y como lo calcule, no pesaba nada. —Bueno, ahora sube a mis hombros—comente y ella subió una pierna ahí y después puso la otra en mi otro hombro, casi topaba al techo, pero gracias a Dios no lo hizo. 

—Odio las alturas. —la escuche susurrar y sonreí. 

—No te apures, te agarrare fuerte. —comente mientras ella me respondía un tímido “de acuerdo”.

Esto era una de las pocas veces en las que había tenido tanto contacto con ____(tn) y en parte me gustaba. No lo sé, tal vez Dios se apiado de mí en el último minuto y me hizo quedarme con ella aunque fueran unas horas. Y se lo agradecía. 

—Ya encontré la manija para poder abrir —dijo y asentí.

—¿Puedes abrirla? —pregunte mientras sentía como ella se movía.

—Esta algo atascada, tratare más fuerte, comento mientras podía escuchar sus gemidos de cansancio al no poder con tan dura puerta.

—Si no puedes, podemos…—no pude decir nada más porque escuche como se abría algo. 

—¿Decías? —pregunto ____(tn) victoriosa y solté un bufido. Pude jurar que estaba sonriendo ante mi reacción, sin embargo no podía subir la vista, estaba muy ocupado tratando de que no se cayera.

—¿Ves algo? —le pregunte.

Ella no respondió y fruncí el rostro, ¿Por qué no me respondía? Si subía mi cabeza, no pasaría nada, ¿cierto? Comencé a mirar hacia arriba y vi como ella trataba de mirar algo. 

—No se ve nada… —dijo más para ella que para mí e hice una mueca. No teníamos lámparas ni nada para observar más allá de lo que la poca iluminación de este elevador daba. Suspire cansado, mis hombros comenzaban a doler y me empecé a tambalear, pero trataba de que no se notara.

—¡Hey no te muevas tanto! —me reprendió ____(tn), pero en mis hombros se sentía tanto dolor, trate de aferrarme a sus piernas todavía más, y ella dio un respingo, sin embargo no dijo nada. 

Di un paso en falso y escuche como ____(tn) se había golpeado con algo. 

—Me duele…—dijo en voz baja mientras se sobaba la cabeza. Me sentí tan culpable de haber visto esa escena, que quería gritar de impotencia. No quería lastimarla, genial Horan, ahora ella te odiara. 

Agacho la cabeza y con mi ayuda, bajo de mi, y… y me sonrió. 

—Gracias…—dijo en un hilo de voz, cayendo desmayada en mis brazos. Rápido la tome y así evite que cayera al suelo de aquel lugar en el que estábamos.

La cargue en mis brazos y me senté en la esquina donde ella había estado mientras trataba de hacer que reaccionara, mientras el pánico crecía en mi. Gritaba “¡Ayuda! ¡Por favor, una herida!” estaba como loco, tratando de hacer que me escucharan y la chica no despertaba, comencé a darle leves golpecitos en la mejilla para que volviera a la realidad pero no volvía y me hacía creer en lo peor. Me maldecía a mí por haberle ocasionado esto. ¿Qué podía hacer? Su frente tenía un moretón y aquellos hermosos ojos estaban cerrados.

—____(tn) despierta por favor… soy un idiota, despierta… —dije zarandeándola para que reaccionara.

Pero era inútil. 

Lo único que me quedaba era gritar para que alguien me escuchara.

Trapped |Niall Horan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora