H I P O X I F I L I A || NamMin

Capítulo IX

La habitación se quedó en silencio por varios minutos, ninguno de los dos había dicho nada después del último comentario de Namjoon. Yo no tenía el valor para decir cualquier cosa, y Namjoon parecía bastante cómodo con aquel silencio, porque se mantenía con una suave sonrisa en su rostro mientras bebía de vez en cuando el líquido de su taza.

—Se supone que íbamos a hablar —dijo Namjoon después de tanto silencio—. ¿Te quedaste sin palabras?

Carraspeé un poco antes de volver a decir algo. Podía utilizar esa oportunidad para desviar un poco el tema y continuar con la conversación que debíamos tener. Ya no había una escapatoria, cualquier tema que fuéramos a tocar sería demasiado para mí, pero no podía echarme atrás ahora que había comenzado a hablar, sólo me quedaba seguir hasta resolver todas mis dudas y recuperar por fin la amistad que tanto echaba de menos.

—Entonces... —comencé a hablar, dándome un poco de tiempo para ordenar mis ideas—, ¿qué fue todo eso que pasó ayer? Quiero decir, ¿cómo es que terminamos en esa... situación?

—Eso deberías explicármelo tú —afirmó el líder mientras volteaba su cabeza para encararme—. ¿Qué fue lo que pasó en el baño?, ¿fue un plan para que dejara de ignorarte o algo así?

—Básicamente —suspiré. Ya sabía que Namjoon no era tonto... bueno, sólo un poco, pero se daría cuenta de eso, y aún así, la manera en la que lo dijo sólo me hacía sentir más patético—. En realidad... escuché tu conversación con Yoongi hyung, tenía tanta necesidad por saber el porqué me ignorabas, que no pude evitar espiarlos un poco ayer. El punto es que, dijiste que no me hablarías por otros tres días y eso... no me gustó, yo quería hablar contigo.

Bajé un poco la cabeza, apenado por diferentes razones. Primero, por haber admitido que escuché su conversación, siendo algo que no me gusta hacer para nada. Y en segunda porque, de alguna forma, me avergonzaba admitir que quería hablar con Namjoon. ¿Por qué? No lo sé, quizás ahora que sé sobre sus sentimientos por mí todo es diferente.

Sólo alcé la mirada cuando sentí su mano acariciando mis cabellos como solía hacerlo tantas veces en el pasado. Cuando lo miré pude ver dos pequeños hoyuelos formarse en las comisuras de su boca, producidos por la suave sonrisa que me dedicaba en ese momento. Esa sonrisa que tanto me gustaba de él.

—Lo siento por eso, pero en serio necesitaba ordenar mi mente. —Detuvo las caricias en mi cabeza y bajó su mano, acariciando mi mejilla con delicadeza antes de apartarse por completo—. Continúa.

Con la calidez de su tacto subiendo por mi cuerpo, intenté continuar. Recordaba a la perfección todos los detalles del día anterior, después de todo, no había pasado tanto tiempo y todos habían sido momentos memorables. Todavía podía sentir las manos de Namjoon sobre mi garganta y todas y cada una de las palabras que me dijo en la noche, pues no eran nada fáciles de olvidar y, nuevamente, mis entrañas se contrajeron con fuerza de sólo recordarlo.

Pero aún no era tiempo para eso, aunque sea unos minutos más podrían pasar antes de hablar justamente de la situación que más conmocionado me tenía.

—Así que... —continué, cuando los pensamientos revoltosos se habían tranquilizado ya—, pensé que intentarías detenerme si volvía a hacer algo "peligroso". Creí que esa era la única manera de hacer que me dirigieras la palabra, y funcionó. Te acorralé en el baño porque quería respuestas, tal vez no fue lo mejor que pude haber hecho pero estaba desesperado. Pero luego dijiste que mis gustos eran estúpidos y... me hiciste sentir mal; por eso me fui de ahí.

—También lamento eso —dijo rascando un poco su nuca—. Hablé sin pensar y no creí que eso fuera a dolerte.

—Dolió —admití sin filtros—, demasiado. Pero eso no es lo importante. Ahora, el resto tienes que explicarlo tú.