Capitulo 26

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Saimon con su linda novia de la mano.

Hola, le puedes dar sus valijas a mi hermanita por favor? – pregunto saimon mirándola dormir.

Si claro, chau – respondí agarrando las valijas y cerrándoles la puerta en la cara.

Escuche como Emma decía que era una grosera por cerrarle la puerta en la cara. Estúpida dije por lo bajo.

Vi a marti que se movía a cada rato como si tuviera una pesadilla, me arrime a verla y estaba toda transpirada, tenía fiebre.

Marti estas bien? – pregunte nerviosa.

Me duele mucho la cabeza – respondió casi en un susurro.

Espérame aquí, iré a enfermería y traeré para tomarte la fiebre y también un remedio. Ya vengo marti – dije dándole un beso en la cabeza.

Salí de la habitación, y me dirigí a enfermería, la señora medio el termómetro y un medicamento para la fiebre, fui al comedor a comprar un agua fría y estaba sentado saimon y arriba su chica.

El me miraba con sus ojitos tristes, me daban ganas de ir abrazarlo y no soltarlo nunca.

Salí del comedor lo antes posible, no aguantaba verlo con otra que no fuera yo.

Entre a nuestro cuarto y marti estaba totalmente empapada de transpiración.

Marti, despierta – dije a su lado.

Me trajiste a saimon? – pregunto triste.

Quieres que te llame a saimon? – pregunte sorprendida.

Si mia por favor – me dijo suplicándome.

Bien, ahora te lo llamo, primero tomate esto, aquí te traje agua – dije dándole su pastilla.

Listo – me dijo acostándose devuelta.

Marti, ven, te tengo que poner el termómetro y te acuestas – dije poniéndoselo.

Bueno – me dijo casi en un susurro.

Me dirigí al baño, a ponerle la bañadera tibia así le bajaba un poco la fiebre.

Marti dormía como un angelito, me daba lastima verla así.

Marti, despierta, déjame ver cuánto tienes de fiebre – dije despertándola.

Toma – me dijo dándome el termómetro.

Me lo dio y tenía 39 de fiebre, dios mío pensé.

Marti ven, vamos a ducharte un poco, te tiene que bajar la fiebre.

La ayude a levantarse y la metí en su ropa interior al baño. No me daba vergüenza verla ya que es como una hermana para mí.

Mientras ella se refrescaba un poco, le acomode su cama y su pijama para que se lo ponga.

Marti iré a buscar a tu hermano, ahora vengo si? Quédate ahí hasta que yo regrese – dije saludándola.

Salí de la habitación y me dirigí al comedor, seguro saimon estaría allí con todos sus amigos y su chica. No entendía porque siempre me tocaba esto a mí.

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El es mi salvacionWhere stories live. Discover now