xxvii. poema para los puños (para higui)

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i. la desesperanza

las partes del cuerpo, una a una
van cayendo, envueltas en hojas
de diarios --
"brutal femicidio".

una niña,
apenas doce años,
no conocía
el miedo
hasta que el miedo la encontró a ella.

hombres como animales,
hombres más hombres que nunca,
manos
como garras,
completamente despiertos.

y este cuerpo
odiado como una peste,
y esta niña
duerme
apretando puños y dientes,
y ahora,
aunque solo sea por un momento,
es una mujer roja
para el dolor,
y es una mujer roja para la lucha.

ii. la esperanza

y vos, la única Santa
en la que creo,
en bautismo de sangre consagrada;
a tus pies el sucio
Leviatán sangra tendido,
y la única victoria es momentánea:
condenada por la corte de las bestias.

y vos, la única Virgen
en mi altar, orgullosamente impura -- en el encierro
hablé con Dios,
y Ella amaba a las mujeres
y llevaba cuchillos en las manos.

iii. la desesperanza

del sueño despierta
con violencia, este cuerpo
de niña es cada día
más pequeño;
el corazón
bajo el pecho femenino tiembla.

los nudillos
doloridos,
uñas en las palmas
de las manos;
en la oscuridad del cuarto
se proyectan mil historias
repetidas,
con palabras que esta niña
no comprende.

las partes del cuerpo, una a una
van cayendo, y el amor
como un prisionero de guerra
la cabeza agacha
y espera el latigazo.


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